El juicio a Juan Manuel Coronil, el acusado del crimen de la carretera de la Purísima, se reanudó poco antes de las 17:30 horas con las declaraciones de ocho testigos. Uno de los aportados por la defensa, amigo personal del investigado y superior suyo (Coronil es militar), aseguró que se trata de una persona “un poco infantil, quizá”, así como “algo juguetón”. “No es una persona seria”.
Por la mañana, cuando el abogado del inculpado preguntó a éste por qué había trasladado el cadáver de Zinab Manae después de que ella perdiera la vida tras el forcejeo entre ambos, Coronil respondió: “No sabía lo que hacía”.
Cuando este letrado preguntó por la tarde al amigo y superior (que coincidió con Coronil en una misión en Líbano en 2012) del acusado si esta persona podría “no reaccionar ante un problema gordo”, el hombre señaló: “Puede ser”.
El primero de los testigos en declarar tras la reanudación del juicio fue el cuñado de la víctima, quien estuvo cuatro días detenido por la Guardia Civil. Según afirmó, lo arrestaron porque “negó” que ella viviera en su casa, donde hacía las tareas del hogar y cuidaba al hijo de éste, su sobrino. “¿Por qué lo hizo?”, quiso saber la fiscal. “Porque ella no tenía tarjeta de residencia”, replicó.
Hermana de la víctima
También prestó declaración la hermana de Zinab Manae, que precisó de traductor. Ella, que estaba trabajando en Francia cuando ocurrió el suceso, negó que la víctima ejerciera como prostituta. “No me explico que lo hiciera cuando cuidaba de mi niño”, dijo.
También declaró el camarero de un bar del centro frecuentado por la fallecida. A preguntas de la acusación, señaló que la vio dentro del coche de Coronil. La defensa, en cambio, le consultó si al local donde trabaja acuden chicas “como ella”, en referencia a las prostitutas, a lo que respondió que sí.
Hermana de Coronil
La hermana y el cuñado del acusado fueron otras de las personas que testificaron. Ella subrayó que después de que él sufriera en 2005 un accidente de moto, en el que se le diagnosticó una fractura craneal, lo notó “cambiado”, “apagado” y “decaído”.
El cuñado, militar como él, subrayó que Coronil, quien también ejercía como entrenador de fútbol, “era muy querido por los niños que entrenaba”.
Finalmente, declararon los técnicos de la ambulancia que encontraron el cadáver de la joven. El primero indicó que estaba “bajo un matorral” y “dentro de un saco”. Asimismo, subrayó que para acceder a ese emplazamiento “había que entrar en cuclillas”.
La otra sanitaria que testificó dijo que el cadáver “no tenía heridas aparentes”, aunque señaló que trataron de “no manipularlo”.
“Pueden producirse heridas ‘post mortem’ al manipular el cadáver?”, le pregunto el abogado de la defensa, a lo que ella respondió que “puede”, pero eso ha de determinarlo un médico forense.
El juicio se reanuda esta mañana a las 10:00 horas con más declaraciones de testigos.
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