El reciente anuncio por parte de la compañía Air Nostrum de la supresión a partir de enero de los vuelos entre el aeropuerto de Melilla y los de Granada y Almería ha sentado como un jarro de agua fría a los muchos melillenses que viajan con más o menos frecuencia a la península.
Ayer, el presidente Imbroda convocó una rueda de prensa en la que, entre otros asuntos, trató la anunciada eliminación de las citadas rutas aéreas.
El jefe del Ejecutivo local considera “muy difícil” que se obligue a la aerolínea a mantener esas combinaciones con Almería y Granada, dado que la ocupación de los aviones que cubren las rutas no alcanza el 40%, lo que hace que la empresa pierda dinero.
Imbroda afirmó asimismo que el Gobierno que preside no aporta “ni un euro” a la financiación de Air Nostrum, respondiendo así a quienes aseguran que la compañía recibe subvenciones de la ciudad.
El mandatario admitió que a muchos ciudadanos, él incluido, les “fastidia” la supresión de estas rutas, y citó como ejemplo que por motivos personales le interesa que continúe la combinación entre nuestra ciudad y Granada.
Imbroda destacó que Air Nostrum no dispone de suficientes aviones para mantener la conexión con Melilla en buena parte porque es la empresa adjudicataria de un contrato de 12 millones de euros del Estado para la repatriación de inmigrantes.
El presidente también respondió a CCOO, que propuso que se declarase servicio público el enlace aéreo con la península. Según Imbroda, esto sería posible en el caso de las rutas a Málaga y Madrid, que son las “estratégicas”. Sin embargo, Granada y Almería no tienen esa consideración.
Pese a la situación adversa, todavía queda un resquicio a la esperanza. El jefe del Gobierno melillense anunció ayer que el nuevo ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, visitará próximamente Melilla, aunque todavía se desconoce la fecha. En la reunión que mantengan, abordarán varios temas, y sin duda estará sobre la mesa la eliminación de las combinaciones aéreas entre Melilla y los aeropuertos granadino y almeriense.
Ahora, muchos de melillenses esperan que de ese encuentro salga una resolución que permita, al menos, paliar la decisión adoptada por Air Nostrum. Aunque cada vez hay más personas que prefieren al barco al avión, la reducción de la frecuencia aérea con la tierra peninsular nunca puede ser una buena noticia para Melilla.