El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó la semana pasada un informe de su encuesta anual sobre el uso de las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) y el comercio electrónico en las empresas, del que se ha deducido que el volumen de ventas por Internet en las empresas españolas durante el 2018 fue de 281.638 millones de euros. Un 8,5% más que el año anterior.
Hay que tener en cuenta que desde hace unos años a esta parte con Internet y las nuevas Tecnologías, cualquiera con un ordenador o un dispositivo inteligente como un teléfono móvil puede realizar ya sus compras desde la comodidad de sus hogares. Por ello, El Faro ha salido a preguntado a los melillenses si prefieren hacer sus compras con un en la tienda física o a través de una pantalla.
Desde las asociaciones de comerciantes y la Administración local se trata de potenciar también desde hace algunos años el comercio local con diversas iniciativas, como la pasadas ediciones de la Feria Outlet. Como se ha comentado desde la Asociación de Comerciantes Zona Centro entras ocasiones con este periódico, existen diversas razones por las que el comercio en los establecimientos de la ciudad se ha visto mermado, y una de ellas es el “cambio de mentalidad a la hora de hacer las compras”.
Entre esos cambios de filosofía entran en juego las compras ‘online’. De esta forma, muchos ciudadanos, navegan por la red de redes para hacerse con un producto deseado. Suele ser bien porque les gusta más la oferta que hay en las tiendas de la red, por la comodidad de hacer la transacción desde casa; o porque el producto que están buscando no se halla en los comercios de nuestra ciudad.
Aunque la mayoría coinciden en que si tienen la posibilidad de visitar la tienda física, para ver el producto in situ, ver sus dimensiones y, en el caso de la ropa, probárselo, lo prefieren. Alia, una ciudadana que cuenta que suele visitar plataformas de venta ‘online’ para comprar ropa, sobre todo pijamas.
A pesar de ser una compradora ‘a distancia’ asegura que prefiere hacer sus compras en las tiendas físicas, porque en ocasiones en Internet las cosas pueden tener un tamaño distinto al esperado o por equivocaciones de talla. En esos casos para devoluciones y cambios de productos, la comodidad del comercio en línea puede volverse en contra del consumidor porque también tiene que hacer más gestiones, ya que como señala esta ciudadana en la tienda física, con la ropa se puede estar uno probando hasta dar con la talla correcta.
Por otro lado, encontramos a Manu, revela que hace muchas compras por Internet y la mayoría de los productos con los que se hace son de tecnología. Cuenta que prefiere la tienda física porque así puede ver el producto. “Pero si sé lo que quiero comprar y está más barato, lo compraré por Internet”, expresa, y añade que “lo malo en Melilla es la aduana que te lo pueden retener”. Aunque este joven dice que por contraparte, “lo bueno es el IPSI, que los impuestos son menos”.
Otra joven, Tamara, cuenta que es muy asidua a comprar ropa ‘online’, aunque suelen las prendas que busca suelen ser siempre anchas para no tener problemas con las tallas. Algo que en las tiendas físicas, al ser in situ, se suele ser más eficaz.
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