El especialista Adolfo Alcoba alerta de que los menores suelen ser arrollados, sobre todo, en invierno en la puerta de los colegios. “He atendido a un centenar de niños atropellados en Melilla en los últimos diez años. Digamos que a una media de diez por año, pero estoy convencido de que hay más de los que veo, porque aquí en la ciudad los peatones se tiran y los conductores aceleran al llegar a los pasos de peatones. El número de atropellos no va a más, pero tampoco desciende y como consecuencia del accidente, los chavales sufren estrés postraumático, fobias y conductas regresivas como por ejemplo volver a hacerse pis o perder el lenguaje”. El que habla es el psicólogo Adolfo Alcoba Luque, especialista en Psicología Clínica, profesor de la UNED y trabajador del Ingesa.
La mayoría de los atropellos de niños que se dan en Melilla, apunta el profesor Alcoba Luque, se registran en invierno y frecuentemente en la puerta de los colegios o en los pasos de peatones cercanos a las escuelas.
“Cuando un niño es arrollado por un vehículo, los padres deben dejar que el pequeño hable sobre lo ocurrido y si no lo hace, lo mejor es llevarle a un especialista para que le ayude a ventilar la emoción”, explica Alcoba.
También hay que observar si el niño sufre pesadillas después del atropello, no quiere salir de casa o está irritable e intranquilo en la escuela. Si estos síntomas persisten en una semana, es señal de que necesita asistencia psicológica, añade del profesor de Prácticas de Psicopatología de la UNED.
A los niños introvertidos se les hace más difícil superar situaciones de estrés postraumático tras un atropello. “Para los más abiertos es más fácil, pero el tratamiento depende siempre de los recursos que tenga el niño”, continúa el doctor Alcoba Luque.
En todo caso, aclara el profesor, la evaluación del estrés postraumático que sufre un niño es distinta a la que sufre un adulto. “El niño no acompaña esta experiencia de pensamientos del tipo, ‘me voy a morir’, como hacen los adultos en situaciones similares. Ellos no saben expresar qué les ha pasado”.
Las reacciones de un niño con estrés postraumático, insiste el psicólogo del Ingesa, pueden aparecer en forma de fobias al color del coche que les atropelló, a subir a un vehículo o a cruzar la calzada”, enumera el psicólogo.
Entre 2 y 17 años
En los últimos diez años el profesor Alcoba Luque ha atendido psicológicamente a un centenar de niños de entre dos y 17 años, atropellados en Melilla.
Lo normal, explica el especialista en Psicología Clínica, es que el menor se quede impactado tras el siniestro y se muestre irritable. Los casos más complicados son los de los niños accidentados que presencian la muerte de la persona que les acompañaba.
Sobre la evaluación, diagnóstico y tratamiento del estrés postraumático en niños de edad Preescolar y Primaria expuestos a accidentes de tráfico hablará el profesor Adolfo Alcoba Luque el próximo jueves 27, de 17:00 a 19:10 horas en el salón de actos de la Universidad de Granada del campus de Melilla.
Será en las primeras Jornadas Nacionales de Psicología Clínica y Sanitaria que se celebrarán en la ciudad del 26 al 28 de este mes y que han sido declaradas por la Consejería de Bienestar Social y Sanidad de Interés Sanitario.
Eso quiere decir, según explicó a El Faro el vicedecano del Colegio Oficial de Psicólogos de Melilla, Daniel Ventura Rizo, que las conclusiones de los estudios que se presenten en este evento -que contará con especialistas de Melilla, Valencia, Madrid y Andalucía- servirán para formar a los padres y al personal sanitario de los centros de salud de la ciudad.