Este lunes se han inaugurado en la UNED las III Jornadas sobre trata y explotación sexual con la presencia de la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, y la jefa de la Unidad Contra la Violencia de Género, Laura Segura. La primera ponencia ha estado a cargo del sociólogo e investigador Luis Ballester, que se ha centrado en el uso de la tecnología como factor de cambio de este tipo de delitos.
La delegada del Gobierno ha agradecido la participación de Luis Ballester y ha defendido la coordinación y colaboración de todas las instituciones, entidades y organizaciones y la creación de espacios de sensibilización y prevención como elementos claves a la hora de erradicar la trata.
Moh, que ha puesto en valor estas jornadas organizadas por la Unidad de Coordinación Contra la Violencia Sobre la Mujer, en colaboración con Fiet Gratia, ha apuntado que “sería bueno que no tuviéramos que llevar a cabo este tipo de jornadas porque no existiera este tipo de delito y esta vulneración de los derechos humanos”, pero “desgraciadamente, mientras siga existiendo, tendremos que seguir creando espacios para poder sensibilizar a la ciudadanía y, sobre todo, para poder trabajar de manera coordinada en la erradicación de esta lacra”.
Por su parte, Laura Segura, ha recordado que estas Jornadas se llevan a cabo esta semana debido a que el día 23 de septiembre es el Día Internacional Contra la Trata con fines de Explotación Sexual de Mujeres, Niñas y Niños. Por eso, quiso hacer hincapié en que el desarrollo de estas jornadas, que llevan por nombre ‘nuevas realidades en el abordaje integral de la lucha contra la trata de seres humanos y explotación sexual’, van a estar enfocadas desde la perspectiva de género y de la infancia.
La jefa de la Unidad Contra la Violencia de Género resaltó que es muy importante centrarse en estos dos factores para entender la trata con fines de explotación sexual. En este sentido, apuntó que el 60% de las víctimas de trata son mujeres, una cifra que aumenta considerablemente hasta el 90% cuando hablamos de trata con fines de explotación sexual.
"Es una violación de los derechos humanos extendida, pero también invisible", señaló Segura, que apuntó que los datos no reflejan la realidad de la trata debido a la dificultad de identificar este delito. “Es difícil porque se confunde, a su vez, con otros delitos y, además, hay una línea muy fina entre trata con fines de explotación sexual, explotación sexual en sí, prostitución...”, ha apuntado. Todas esas realidades se van a abordar en estas Jornadas con las entidades y organizaciones especializadas que están a pie de calle trabajando con las mujeres “que están sufriendo esta violencia y, a su vez, también con las instituciones que abordan este delito”.
Segura ha recalcado la importancia de la necesidad de la formación y de la sensibilización de todos y cada uno de los profesionales y de la sociedad para desactivar la demanda de la prostitución “que es el principal origen de la trata”.
Por lo tanto, “la formación a profesionales es fundamental”. “Sin esa formación, a veces, no tenemos herramientas para poder detectar esas realidades de la trata”, ha argumentado, y se ha referido a la necesidad de “activar estos mecanismos de trabajo coordinado y de red, que son tan importantes en la lucha contra la violencia de género”.
El ponente de hoy es el investigador y sociólogo Lluis Ballester, que tal y como ha explicado Segura “lleva mucho tiempo trabajando en materia de trata y explotación y, a su vez, con jóvenes y la prevención y en cómo las nuevas tecnologías están afectando muy directamente al consumo de pornografía y prostitución”.
Ballester ha abordado los cambios que se están produciendo en prostitución y trata por la introducción de tecnologías de pantalla “que han activado, al menos, dos procesos: La creación de nuevos demandantes de prostitución, de una nueva demanda a partir de la pornografía, y el incremento de posibilidades de ocultación de las situaciones de explotación sexual”.
Un hecho que sucede, ha relatado, porque “los contactos ya no se hacen en calle, en club… sino que se están haciendo en espacios cada vez más ocultos”. “Inicialmente, esto empezó en los años 90 en pisos, pero en este momento se está haciendo la migración hacia contactos a partir de las webs. Eso significa una ocultación extrema”, ha señalado.
Ahondando en esta cuestión, Ballester ha revelado que el contacto se hace ahora, en muchos casos, a partir de la pornografía o a partir de búsquedas directas en las webs. “Esa ocultación significa más aislamiento de las mujeres que están en situaciones de explotación sexual y, además, la grave dificultad para las organizaciones y para la propia Administración de dar ayuda, de ofrecer la posibilidad de apoyo a las mujeres que están en las situaciones más difíciles”, ha relatado.
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