Este año se han localizado 58 personas durante el comienzo de la Operación Feriante. Esta comenzó durante la madrugada de ayer lunes, cuando aún no había amanecido y la Policía Nacional ya estaba en el recinto ferial buscando polizones escondidos en las atracciones de feria, desmontadas y preparadas para tomar rumbo a la península. Allí ya encontraron a varias personas, que se tradujo en 36 migrantes localizados: 26 mayores, de los cuales 11 fueron detenidos por la ley 4/2000 y 10 menores. Sin embargo, el dispositivo continuó en la entrada del puerto con ayuda de dos perros, donde en unas tres horas de control localizaron a 15 personas en total, entre las que se encontraba un menor de diez años.
La búsqueda no fue fácil, ya que los y las agentes de la Policía Nacional tuvieron que subirse a los tráileres o incluso meterse entre los mismos hierros de las atracciones, como hizo una agente para ubicar a cuatro migrantes que iban dentro de un tráiler de difícil acceso, pero que uno de los canes había indicado que había personas adentro.
Cada dispositivo se coloca según la hora de salida de los barcos y el primero partía a las 9:30 horas de la mañana, por lo que desde bien temprano feriantes y comerciantes hacían cola para ser registrados. El siguiente barco que zarpaba era a las 14 horas y la Operación Feriante durará hasta que el último camión de los feriantes se vaya.
Una vez dentro del puerto, es la Guardia Civil la que se encarga de los registros. Durante el día de ayer encontraron a siete migrantes en total, de los cuales había otro menor. José Luis Román, Guardia Civil, declaró que “el dispositivo está integrado por la sección de seguridad del muelle, con dos equipos de registro, el servicio cinológico y este año hemos contado con la participación de una unidad del GRS, con 20 componentes y por el mar nos está apoyando el GEAS, con una embarcación que vela para que ningún migrante a nado intente entrar de manera ilegal” .
Cada año se repite la misma situación, que comienza con los feriantes recogiendo las atracciones y puestos de comida tras una semana de feria. Son ellos los que comienzan con la vigilancia, guardando de que nadie se cuele entre los hierros o en el camión.
A partir de las cuatro de la mañana llega la Policía Nacional, que hace un primer registro antes de que los feriantes partan rumbo al puerto, donde tendrán dos controles más: al entrar y ya dentro.
En muchos casos los agentes tiene que hacer malabares para poder encontrar a personas en los rincones más increíbles.
En 2017 fueron 81 personas, en 2018 encontraron 69 y este año el primer balance es de 58, cifras que esconden siempre menores de edad.
Los camiones que llevan un tráiler con huecos por los hierros de las atracciones son los que tienen más probabilidades de esconder a alguien en los rincones más recónditos. En la entrada del puerto, las y los agentes de la Policía Nacional iban parando uno a uno los vehículos que pertenecían a los feriantes, incluso los más pequeños. Les pedían parar el motor y abrir las puertas de los remolques. Seguidamente apartaban a todas las personas de los alrededores, incluidos a los dueños de los vehículos, que tenían que bajarse y ponerse a un lado para que los perros pudieran buscar a los polizones en el camión o furgoneta.
El perro, en casi todas las ocasiones cogido de la correa por un agente, comenzaba a olisquear todos los rincones del transporte e incluso se llegaba a meter en algunos de los remolques. Si este no ladraba, se decía de continuar al vehículo, si ladraba, los agentes de policía comenzaban la búsqueda de la posible persona escondida entre los amasijos de hierros.
El primero en ser encontrado, que los medios han testificado, es un menor de diez años que estaba escondido en la parte de arriba de una de las atracciones más populares. Un agente lo localizó tras subir él mismo a la parte de arriba del tráiler. El pequeño bajó con ayuda y lo metieron al furgón policial al igual que al resto de polizones adultos encontrados en el resto de atracciones.
En uno de los camiones, localizar a las personas escondidas fue más difícil. No había otra forma de acceder al tráiler que metiéndose por dentro de las placas de metal que cubrían los engranajes, partes y hierros de la atracción. Así pues, una agente se metió por dentro y durante unos quince minutos localizó a cuatro inmigrantes escondidos por dentro. Algunos de ellos se hicieron daño al salir del tráiler, ya que este era de difícil acceso. Las furgonetas también fueron registradas, aunque son un escondite poco probable dado el tamaño y el poco espacio.
Como declaró la Guardia Civil, esta operación entra dentro de la normalidad del control fronterizo, con la característica de los transportes de feria.
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