Un conductor kamikaze con cinco inmigrantes, tres de ellos menores, entró ayer a gran velocidad por el paso fronterizo de Beni Enzar. Dos guardias civiles resultaron heridos cuando procedían a su detención.
El suceso se produjo cuando un turismo cruzó “a la carrera y eludiendo temerariamente el control policial en una arriesgada maniobra, claramente premeditada”, según informó la Delegación del Gobierno en la ciudad.
“El coche, un Volkswagen Golf, matrícula marroquí, accedió a Melilla normalmente, guardando turno en la cola y, una vez en el recinto, al aproximarse al primer control policial, dio un cambio brusco de dirección”, explicaron en un comunicado de prensa.
El turismo “tomó un carril aledaño y, a toda velocidad, burló peligrosamente los controles policiales, provocando daños en una de las barreras y obligando a los agentes a abandonar sus puestos para no ser arrollados”, detalló.
Las Fuerzas de Seguridad establecieron un cerco policial en la avenida de Europa, junto a la frontera, y el vehículo entonces se desvió por una calle próxima, “donde su conductor abandona el coche, tira las llaves y a la carrera se da a la fuga”, según relató la Delegación.
La Guardia Civil logró detenerle “reduciéndolo” y dos de los agentes sufrieron “contusiones, golpes y arañazos por parte del conductor, que con violencia se opuso a la detención”.
Los heridos se encuentran en buen estado tras recibir asistencia sanitaria.
El conductor, un marroquí de 26 años, carente de documentación, pasará a disposición judicial acusado de atentando y resistencia a la autoridad, y de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.
Los cinco inmigrantes fueron hallados por la Guardia Civil ocultos en el vehículo, dos de ellos en el maletero, otros dos en un doble fondo bajo los asientos traseros y el otro en un habitáculo practicado en el salpicadero.
Los subsaharianos requirieron primeros auxilios por parte de los agentes, por entumecimiento, respiración agitada y desorientación, siendo restablecidos sin necesidad de asistencia médica.
Otro conductor kamikaze logró entrar el viernes con nueve inmigrantes arrollando a dos agentes en el puesto de Farhana, donde luego abandonó el vehículo y se dio a la fuga.
Las fuerzas de seguridad investigan una “trama mafiosa” que al parecer organiza la entrada de los conocidos como coches kamikaze en Melilla, un método que llevaba dos años sin utilizarse en la ciudad hasta que en marzo pasado se produjo un nuevo caso.
Entonces seis inmigrantes lograron entrar en un coche kamikaze y un policía resultó herido, mientras que en abril otros diez lo intentaron pero el vehículo impactó en el acceso del lado marroquí.
El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, transmitió ayer personalmente su apoyo a los guardias civiles que intervinieron con el coche kamikaze que logró entrar en la ciudad con 5 inmigrantes ocultos. Una actuación en la que dos agentes resultaron heridos.
Además, El Barkani subrayó que es preciso ahondar en el trabajo de detección y lucha contra mafias sin escrúpulos que, poniendo en riesgo extremo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, posibles transeúntes y los propios inmigrantes, explotan el tráfico de seres humanos a cambio de pingües cantidades de dinero.
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