Mujeres Vecinales imparte durante el verano cursos de recuperación.
El niño no paraba quieto y los profesores no sabían qué hacer con él. Hasta que uno se sentó a su lado y empezó a explicarle lo que ponía en los enunciados. Poco a poco ha ido comprendiendo mejor los ejercicios. Ha pasado de suspender asignaturas a sacar buenas notas. Las cinco horas que dedica a la semana a las clases de apoyo escolar en la Asociación Mujeres Vecinales les han salvado de formar parte de las listas de fracaso escolar. Como ahora sabe leer mejor y tiene a sus maestros para resolverle las dudas, lleva todos los deberes hechos a clase. Éste es uno de los ejemplos de estudiantes que reciben clases de apoyo en esta asociación. Con tantos alumnos en las aulas de los colegios es casi imposible que los ‘profes’ puedan pararse más de cinco minutos con cada niño. Esto afecta, sobre todo, a los que tienen peor nivel de conocimientos y los que no saben castellano más allá de lo que hablan en la escuela. Por eso son tan necesarios estos programas de refuerzo escolar en los barrios, como éste que está en el Tiro Nacional.
Los maestros de la Asociación de Mujeres Vecinales aseguran que las familias de estos niños no tienen recursos para pagar una academia. Además, en sus casas hay veces que nadie habla castellano, incluso, sus padres son analfabetos y ni siquiera saben leer la tapa de sus libros para saber si se llevan el adecuado en la mochila.
Los ‘rescatadores’ de estos niños’ son María Cintia Molina, Samira Hassan, Yamna Aissa, Mina Mahaman, Juan José Ramos y Abdelah Mohamed. Todos tienen formación de maestros y dedican todas sus energías a incentivar a los pequeños para que saquen cada día mejores notas.
Con la tarea terminada a casa
La presidenta de esta entidad, Luisa Al-Lal, asegura a El Faro que han llegado a ir a un campo de fútbol cercano a la asociación a recoger a algún niño porque no se presentaba en la clase. Por supuesto, no les deja levantarse de la mesa hasta que no hayan hecho todos los deberes.
El objetivo de esta entidad es que los pequeños se vayan a casa con toda la tarea terminada. En muchos hogares nadie les puede echar una mano, así que si les surgen preguntas no podrán avanzar y llegarán al colegio con las cosas sin hacer.
En total, son 102 niños de entre ocho y 16 años divididos en cuatro turnos porque no caben todos en el local de la asociación.
Una melillense que asiste a los cursos de alfabetización tiene inscritos en los programas de apoyo a sus tres hijos. Destaca que sin la ayuda de estos profesores sus pequeños no podrían haber tenido tan buenas notas este año. Afirma que la evolución de los dos mayores ha sido casi increíble. Apunta que el pequeño seguro que mejora sus resultados con estas clases.
Además, esta asociación ofrece clases de recuperación en el verano. Son dos horas las que están reforzando asignaturas como Lengua o Conocimiento del Medio.