La CIM exige la protección de la unidad familiar con la regularización de los miembros que con arraigo

La Comisión Islámica de Melilla (CIM) exige la protección de la unidad familiar con la regularización de sus miembros con arraigo y no documentados. En una nota de prensa, expresa que la Delegación del Gobierno deniega la residencia a un hombre que tiene documentos de servicios sociales que acreditan que lleva viviendo en Melilla 40 años.

En concreto, en este comunicado, la CIM dijo “recordar y poner sobre aviso a la Delegación del Gobierno, sobre las muchas de sus resoluciones dadas a las solicitudes de residencia que, presuntamente, conculcan y vulneran los derechos fundamentales, por la no apreciación de los derechos que por ley corresponden a los sujetos y, que derivan de sus respectivos casos presentados”.

La comisión subrayó que a la Delegación del Gobierno que, el punto número dos de los seis que solicita desde hace meses para mejorar la situación social de la ciudad hace referencia esta cuestión. Dice lo siguiente: “La protección de la integridad y unidad de las familias, con la regularización de los miembros de la unidad familiar con arraigo y no documentados”.

Un caso concreto

Asimismo, la CIM subrayó en este comunicado que para mostrar cómo se da este tipo de situación ponía el ejemplo de un señor al que llaman Mohamed. Explicó que se trata de “un hombre cabal, nacido en nuestra ciudad, lo que acredita su partida de nacimiento, con un hijo también nacido en Melilla”.

Según la comisión, este señor es un padre al que el informe de la consejería de Políticas sociales le certifica 40 años de residencia en el domicilio actual. Asimismo, subrayó que tiene dos hermanas en nuestra ciudad con permiso de residencia de larga duración y, una de ellas en solicitud de nacionalidad. Además, remarcó que ha poseído seguro medico de la Seguridad Social y posee un seguro privado de asistencia médica.

Para la CIM, “a este honrado melillense la Delegación del Gobierno le deniega la residencia, le condena a no tener derecho, pese al fuerte vinculo de arraigo social, familiar e incluso laboral que acredita”.

Argumentó que este hombre “vive en la agonía perpetua de ser melillense nacido y vecino de esta tierra en la que, y a pesar de no haber tenido nunca antecedentes de ningún tipo, se le fuerza a vivir separado de su gente, de su propia realidad como melillense”.

Por ello, la CIM aseveró que a Mohamed “claramente se le roba su pasado, su presente y su futuro, solo porque la Delegación del Gobierno le comunica una resolución desfavorable a la petición de ser reconocido como residente, en esta tierra que le vio nacer”.

Por todo ello, la CIM remarcó que este hombre tiene una vida de 40 años “sumida en una realidad sumergida, invisible, abocada al constante miedo de la expulsión y a la pérdida de lo que más quiere: estar como siempre estuvo con su familia”.

La situación social

De esta forma, la CIM argumentó que una situación como esta “no deja ver un camino posible de cohesión social, porque con estas realidades, no se puede construir una sociedad que aspira a tener un nuevo horizonte”.

La entidad insistió en que “así no se humaniza conforme al derecho un contexto de ciudad, donde precisamente, el propio derecho, presumiblemente, se convierte en un instrumento de arbitrariedad y las personas sufren las consecuencias de un trato injusto”.

Por último, en este comunicado, la comisión solicitó a la Delegación del Gobierno “el afrontar con responsabilidad estos temas y, abordarlos desde una gestión equilibrada, razonable y proporcional, atendiendo a las realidades de cada caso, sin que esto signifique ver cada caso, desconsiderando las circunstancias de arraigo de los sujetos y sus derechos”.