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El cierre fronterizo incrementa un 200% el precio del género para la hostelería

Una de las razones por la que se ha retrasado la apertura de restaurantes y de establecimientos de la hostelería, se debe a los costos de los productos utilizados en la cocina para ofrecer tapas y comida. Chakib Mohamed, presidente de la Asociación de Empresarios de la Hostelería de Melilla, informó de que al no poder acceder estos alimentos desde Marruecos, como se hacía antes, y el que provengan de la península dispararía los costes hasta un 200 por ciento, lo que obligaría a readaptar las cartas.

Explicó que en la ciudad las cartas están adaptadas a los productos que pueden conseguir a buen precio y que sean frescos, por lo que llegaba a Melilla desde Marruecos, sobre todo, el pescado. Al estar la frontera cerrada, estos artículos no llegan y se verían obligados a comprarlos en la península.

Esto haría que los precios no sean competitivos, como lo eran antes de la crisis del coronavirus y, además de adquirir los alimentos en la península, pagarán por el transporte, un gasto adicional y aumentarían los costes de las tapas y las comidas.

“El tema de verduras y todo encarece hasta 200 o 300 por ciento. El pescado, alguno, encarece hasta el 200 por ciento y la calidad no es la misma. También el tema de transporte no es tan ordinario como se debe”, indicó.

Mohamed aseveró que esta situación se la han transmitido a Delegación de Gobierno en las reuniones que han sostenido durante el estado de alarma, así como en las fases de la desescalada. En esos mismos encuentros, han trasladado su inquietud por los trabajadores transfronterizos que “son piezas fundamentales” en el desarrollo de la hostelería.

Puso en valor su trabajo, y reiteró que son trabajadores fundamentales en el sector, porque “prácticamente son los que organizan, por eso nos va a ser difícil reabrir”. Estima que sean entre un 15 o 20% de quienes trabajan en la rama.

Destacó que trabajan en puestos específicos los que ejercen por lo que no se pueden sustituir, ya que solo ellos lo conocen. “Nosotros estamos esperando a ver cuándo pueden pasar a Melilla y que puedan retornar a su país, porque al ser transfronterizos no pueden pernoctar en el país”.

Más comercios

Desde la Asociación de Hostelería estiman que entre la primera y la segunda fase, abran entre un 50 y 60% de los establecimientos de esta rama, quedando el porcentaje restante para las siguientes fases de la desescalada. “Los restaurantes, la semana que viene se incorporarán”, dijo, así como los lugares de copa y ocio. Aclaró que hay hosteleros que esperarán un poco más para su apertura, como lugares de eventos, entre otros.

En las últimas semanas, con la apertura de los locales “ha habido más demanda que oferta”, porque los establecimientos han ido abriendo poco a poco y los melillenses han salido a las terrazas desde el primer día de la fase 1. Los fines de semana, además, el trabajo se multiplica y se vive con más intensidad. “Ante una oferta mínima de locales, estamos hablando de un 15% que haya mucha más gente, se ha desarrollado la actividad de terrazas con un poco más de esparcimiento”. De la misma forma recordó que se mantiene el estado de alarma y, con el confinamiento que se produjo, cree que en estas primeras semanas habrá un mayor consumo, pero harán falta a las personas que venían de fuera quienes visitaban los restaurantes durante los días de semana.

Los hosteleros hacen un llamamiento a la responsabilidad ciudadana en la desescalada

El presidente de la Asociación de Empresarios de la Hostelería de Melilla, Chakib Mohamed, instó a la ciudadanía a cumplir con las normas y directrices de Sanidad.

“Nosotros no somos los policías, ni nada”, por lo que pide mayor responsabilidad por parte de la ciudadanía. En los establecimientos de hostelería, se debe mantener la separación entre las mesas y no pueden reunirse más de 15 personas, como lo indica las medidas de la segunda fase de la desescalada. “Pido un poquito de responsabilidad para no complicar nuestra labor, que ya es difícil en sí”.

Aseguró que esta situación ocurre a escala nacional, ya que después de siete semanas de confinamiento y con el inicio de la desescalada, hay algo de “relajamiento” por parte de la ciudadanía, así como ganas de ver y socializar con las personas que no han podido hacerlo durante todo este tiempo.

Las medidas higiénicas y de distancia se mantienen en estos establecimientos, aseguró Mohamed.

Los trabajadores desinfectan las mesas y sillas, evitan entregar cartas para minimizar la manipulación de objetos, y utilizan artículos individuales como sobres de sal, azúcar, entre otros.

 

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