Cientos de melillenses se echaron ayer a la calle para pedir justicia para Pisly y Emin, los jóvenes que murieron abatidos por los disparos de la Marina Real de Marruecos hace exactamente dos meses. A partir de las 16:00 horas la plaza Comandante Benítez se convirtió en un hervidero de personas dispuestas a marchar por la avenida Juan Carlos I para demandar que se esclarezcan los detalles que rodearon la muerte de estos dos jóvenes melillenses.
La convocatoria estuvo encabeza por los padres de Pisly y Emin. Además, asistieron los principales representantes políticos de CpM, PSOE y PPL, así como dirigentes de formaciones sindicales o de la Comisión Islámica (CIM), entre otras instituciones de la ciudad.
Ante de comenzar la protesta, se extendieron en el suelo dos pancartas en las que aparecían los rostro de los fallecidos acompañados de la frase ‘Queremos Justicia. Todos somos Pisly y Emin’. De igual forma, los amigos de los jóvenes portaron otra que rezaba ‘No estáis solos’. A la cabeza de la marcha iba una bandera española que ondeó durante todo el camino. Los padres lideraron la protesta, rodeados de familiares y amigos, mientras que los representantes políticos optaron por situarse en un segundo plano, concretamente en el grupo que cerraba la marcha.
Los manifestantes (400 según la Policía Nacional y 2.500 según los organizadores) se dirigieron por la avenida Juan Carlos I hasta la Plaza de España. Por el camino, lanzaron consignas como ‘No eran marroquíes, eran españoles’, ‘No es un incidente, es un asesinato’, ‘No nos mires, únete’ o ‘¿Dónde está El Barkani?’.
Durante el camino, algunos se quejaron de que la Policía Nacional no hubiera retirado los coches estacionados a ambos lados de la avenida para que la protesta discurriera con mayor fluidez.
Cuando la manifestación llegó a la Plaza de España, se le sumaron los sirios del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) que piden su traslado a la península. Éstos se unieron al grupo que cerraba la protesta, pero tras un par de minutos de duda decidieron desentenderse de la marcha.
Finalmente, los manifestantes se situaron frente a la sede de la Delegación del Gobierno, donde el padre de Pisly, Abdeselam Ahmed, pidió a los presentes que se guardaran cinco minutos de silencio en memoria de los fallecidos mientras él sostenía una bandera española a media asta. Tras unas palabras de los progenitores a los presentes, la protesta se dio por concluida. Hubo muestras de dolor y emoción por parte de todos los que acudieron y, afortunadamente, ningún incidente reseñable. La presencia policial fue escasa y todo se desarrolló sin problemas de ningún tipo.