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Cientos de familias melillenses piden alimentos, ropa y medicamentos

Las hermanas del Monte María Cristina demandan más voluntarios para atender a todas las personas que les solicitan ayuda · Sus despensas se quedarán sin alimentos este mes.

“Este año lo que estamos percibiendo es que está viniendo muchísima gente a pedir alimentos básicos y ropa, incluso llevamos dos o tres meses en los que se demandan medicinas de las más necesarias, como jarabe de niños para la fiebre”, aseguró la hermana Mercedes Moraleda, del Centro de María Inmaculada. La crisis económica se acentúa en la ciudad y cientos de familias de todas las culturas y confesiones están entrado en una situación límite.
“Está habiendo tantísima demanda que es increíble. Llevamos unos meses que no para de venir gente pidiendo ropa y alimentos”, apuntó. “Viene gente del Monte María Cristina, pero también de otras zonas, como Cabrerizas, El Pueblo o de la Cañada. Sin embargo, llega un momento en que no podemos atender a todos”, afirmó la hermana Mercedes.
En algunas casas se recibe algún tipo de prestación, pero a penas llega para pagar el alquiler de la vivienda y las facturas de luz o agua. En otras, no entra nada de dinero y las deudas se acumulan día a día, tanto que no pueden ni si quiera comprar un cartón de leche o medicamentos para un resfriado. Las hermanas del Monte María Cristina están desbordadas por las peticiones.
“Hay muchísimo trabajo y no damos a basto. Menos mal que llamas a gente que ya conocemos y te responden. Además, lo hacen desde la gratuidad más honda y no desean si quiera que les des las gracias porque aseguran que no están haciendo nada extraordinario”, explicó Moraleda.
Cada día hay decenas de personas solicitando una ayuda puntual o entrar en el programa del Banco de Alimentos, pero la hermana Mercedes incluso indicó que les hacen falta voluntarios para atender a todas estas demandas. Así, comentó que tienen a 20 familias sin asignar, porque necesitan a gente que pueda, cada quince días, dedicar unas horas a repartir los alimentos y hacer una visita a estas casas.
En cuanto a los medicamentos, están intentando hacer lo que pueden. La compra de estos productos se hace gracias a los donativos de los melillenses. Las hermanas guardan este dinero para situaciones de necesidad. Hacen una valoración, según las peticiones, por ejemplo, no pueden comprar paracetamol para todas las familias, pero sí ayudan a una a costear los medicamentos complementarios de una quimioterapia.
Son muchas las familias que llegan con recetas en la mano y no pueden atender a más. “El tema de los medicamentos es una dificultad que se ha añadido en estos meses. Es una necesidad nueva y no sé hasta donde podemos responder nosotras”, apuntó Moraleda.

Un proyecto solidario

Es aquí donde entra en juego la solidaridad de un grupo de melillenses pertenecientes a la Cofradía del Flagelado. Su hermano mayor, Juan Antonio Ramos, informó hace varias semanas que la Casa Hermandad estaría abierta a las donaciones de alimentos no perecederos y ropa que los ciudadanos quieran hacer y que serán entregados en el centro de María Inmaculada de Melilla. También la Banda de Música de esta Cofradía y la Asociación Melilla Cofrade están colaborando con este proyecto para recaudar todo lo necesario y evitar que la despensa de estas hermanas esté vacía cuando se acaben los productos del Banco de Alimentos, algo que pasará este mes de mayo, mientras que se recibe el siguiente cargamento que no llegará hasta  junio.
“No llega el cargamento a tiempo. Nosotras terminamos antes el reparto de los alimentos y el siguiente reparto llega con retraso. La siguiente fase de entrega no se espera hasta finales de mayo, pero nos quedamos sin alimentos ya”, aseguró Moraleda.
Más de 120 familias dependen de esta ayuda y otras tantas, de forma puntual, se acercan a esta entidad para pedir leche, medicamentos o algo de ropa para los niños, que las hermanas obtienen de donaciones de melillenses.
Así, la hermana Mercedes destacó que hay sitios desde los que se las llama para que vayan a recoger alimentos con poca fecha de caducidad que no pueden vender o personas que llegan al centro de María Inmaculada con una donación de alimentos.
¿Qué se necesita? Leche y galletas y ropa de bebé y niños, según indicó Moraleda. De esta forma, aseguró que las personas que se acercan hasta este centro es para solicitar ayuda para sus hijos o nietos. “Lo primero que demandan son cosas para los niños”, explicó.
La campaña para recoger alimentos y ropa en el Flagelado y Melilla Cofrade está en marcha y corre por todas las páginas del Facebook. De hecho, la hermana Mercedes recibió este mensaje sin saber que ya se había emprendido esta iniciativa para colaborar con ellas. La Casa de Hermandad del Flagelado estará abierta a las donaciones todos los jueves de 20:00 a 22:00 horas, y en el caso de que los melillenses no puedan ir a estas horas, pueden contactar en el teléfono 628 20 63 88 o enviar un email a direcció

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para que vayan a recogerlo donde les indiquen.

El Banco de Alimentos

Las hermanas de María Inmaculada llevan varios años colaborando con el Banco de Alimentos y esta labor se hace gracias al trabajo voluntario de personas que ayudan a esta entidad situada en el Monte María Cristina.
La hermana Mercedes indicó que gracias a la iniciativa de los melillenses que colaboran con ellas son capaces de hacer un seguimiento a todas las familias que reciben alimentos. Esto es muy importante, ya que debe haber un control sobre cómo están en sus casas todos sus componentes y de esta forma, comprobar si ha aumentado el número de miembros que viven en estas casas o si todos están en una situación de desempleo.
Los voluntarios están divididos en grupos de dos personas con vehículo y cada uno visita una media de diez familias.
“Este año la gente ha respondido muy bien y hay unos diez grupos de repartos”, según indicó la hermana Mercedes.
Hace un par de semanas que esta congregación volvió a echar su solicitud de colaboración con el Banco de Alimentos y no han tenido otra opción que aumentar la demanda, con el objetivo de poder llegar a atender a través de este programa a más familias necesitadas de Melilla.
“Con todo y con eso no hay suficiente. Ahora mismo, las despensas están prácticamente vacías. A pesar de que se haya repartido todo con mucha coherencia y de que no hemos dado todos los alimentos de golpe”, explicó.
Con este sistema de reparto de cada quince días, las familias reciben todos los alimentos que tienen asignados y se evita que no se hagan un buen reparto de esta ayuda a lo largo de los 30 días o que pueda darse el caso de que vendan algunos productos en vez de consumirlos en casa.
Moraleda aseguró a El Faro que de forma puntual, varios componentes de la Cofradía del Flagelado colaboran con esta entidad, por ejemplo, cuando llegan los camiones cargados con los alimentos y tienen que transportarlos hasta el centro. Las hermanas no tienen dinero suficiente como para pagar que un camión les lleve toda la mercancía hasta el Monte María Cristina, puesto que este porte les cuesta aproximadamente unos 50 euros el viaje. Así, piden voluntarios con coches que hagan este traslado de alimentos y puedan ahorrar este dinero para invertirlo en las miles de demandas que se hacen a lo largo del mes en este centro.

Un grupo de jóvenes solidarios

Moraleda comentó que desde esta institución no sólo se valoraba la iniciativa de recoger alimentos y ropa por parte del Flagelado o Melilla Cofrade, sino que se han puesto a disposición de María Inmaculada para que, de forma puntual, cuenten con la banda, es decir, unos 80 jóvenes de Melilla que podría colaborar con ellas, desde la recogida de alimentos a echar una mano de pintura en el centro o hacer un taller de música para los niños que son atendidos en esta institución. Así, elogió la iniciativa solidaria de este grupo de jóvenes, no sólo porque pueden aportar sino porque pueden hacer algo por otras personas.

Ayudas que no son tan puntuales

Todos los jueves hay reparto de ropa, y la demanda es tan grande que las hermanas tomaron la decisión de dar 20 números para atender sólo a esas personas. La hermana Mercedes indicó que no les gustaba hacer esto porque resultaba impersonal, pero que no podían atender a tanta gente en una mañana. Incluso, han tenido que confeccionar una carpeta con las ayudas puntuales que se les ofrece a las personas que piden desde alimentos a ropa, para llevar un control y que nadie aproveche de la solidaridad de los melillenses que llevan comida y ropa a este centro de María Inmaculada.   
Ha habido pocos jueves en los que se hayan quedado sin ropa, ya que son muchos los ciudadanos que van a esta institución a donar prendas que ya no utilizan, pero la demanda sigue creciendo. La hermana Mercedes comentó que hay gente que lleva ropa en buen estado y otras que no, pero incluso esas prendas que “dan casi vergüenza utilizar por lo mal que están, son recogidas por otras personas que conocemos del campo de zonas cercanas a Melilla y que las quieren aunque las vayamos a tirar”. Sillas de ruedas o carritos de bebés son otras de las cosas que demandan en esta institución.

Ayuda a una niña que no tolera las proteínas

Las hermanas de María Inmaculada recibieron hace unas semanas una llamada de una trabajadora social del Hospital Materno Infantil de Málaga que les pidió que se hicieran cargo de ayudar a una niña de dos años que tiene una enfermedad por la que no tolera las proteínas y que necesita beber una leche especial muy cara, ya que los botes, que son pequeños, cuestan 36 euros y necesita unos doce al mes. Pero esta ayuda sólo la podrán dar hasta finales de mayo.

dn

 

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