l El goleador melillense consiguió el gol del triunfo a los dos minutos de saltar al terreno de juego l La escuadra azulina tuvo que remontar un marcador adverso en un partido gris, propio de principio de temporada. La UD Melilla se llevó los tres puntos de su visita al recién ascendido Córdoba B que abría la temporada en El Arcángel. Y eso que los cordobeses empezaron mandando en el marcador con el gol de Rafa Gálvez y el conjunto de Moya estuvo contra las cuerdas durante muchos minutos. Los melillenses tiraron de experiencia para remontar la contienda con los tantos de Mahanan y Chota.
Y es que el conjunto de Juan Moya, que metió en la zaga a Bolaños a causa de las molestias de Aloisio, sufrió mucho para llevarse el gato al agua. Primero por el intensísimo calor que hizo sobre el tapete verde de El Arcángel, en el que se sobrepasaron los 40º, y segundo por la animosidad de un rival que vendió carísima la derrota.
Con Amarito muy metido en su papel de puñal en la banda izquierda, la Unión Deportiva avisó al filo del 15' de juego gracias a una doble ocasión de Guille Roldán y Sufián, que nunca dejó de incordiar a la zaga local.
Juan Moya había alertado durante toda la semana de la peligrosidad del oponente. Y no se equivocó. Rafa Gálvez y Miguelito le pusieron algo de picante al asunto con dos disparos que, sin entrañar demasiado peligro, hicieron que Munir gritara presente. Y en apenas unos minutos llegaron dos jugadas muy polémicas. En el 28', Pepe metió un pase de tiralíneas al hueco y Migue Montes, llegando desde atrás, cazó el servicio y lo mandó a la red. Gálvez Rascón señaló fuera de juego.
Y, a renglón seguido, penalti de libro. Corría el minuto 30 cuando Guille Roldán encaró a Sillero en boca de gol. El meta cordobesista, como un jabato, se lanzó a los pies del delantero melillense y le derribó claramente en el interior del área. El árbitro se hizo el sueco y dejó seguir la jugada. El Melilla tenía el mando y, aunque sin crear demasiado peligro, acechaba la meta de Sillero. Sin embargo, la última y más clara ocasión del primer tiempo llegó en el 42', cuando Miguelito conectó un derechazo que Munir mandó a córner.
Nada más comenzar la segunda parte, la UD Melilla perdonó el 0-1. Sufián se coló por la banda de Néstor como un cuchillo se clava en la mantequilla y puso el gol en bandeja a Migue Montes, al que Fran González le robó la cartera en última instancia. Sensacional el partido del ex zaguero zaragocista pese a la derrota. Y después de un tímido intento de Juan Guerra, el Córdoba B firmó el 1-0.
Falta lateral que bota Zafra que Rafa Gálvez, llegando desde atrás como una exhalación, mandó a la red. El gol hizo reaccionar al Melilla, que se fue en busca del 1-1 con descaro y ambición.
Así, en el minuto 63, consiguió su propósito en otra falta lateral. Esta vez la botó David Vázquez y Mahanan, aprovechando la mala salida de Sillero, hizo el empate. Y en el minuto 74, Juan Moya, que instantes antes había visto como al Córdoba B le anulaban un gol, metió en el campo a Chota. Sabía decisión.
Chota es ese tipo de jugador por el que no pasan los años y al que se le ve ese olfato goleador tan necesario cuando el rival aprieta e incómoda. En una contra de manual, de esas pim-pam-pum a tres toques, Sufián se la puso a Migue Montes como se las ponían a Fernando VII y éste, a su vez, se la dio de primeras a Chota, que no perdonó. 1-2 y fin de la película. Y fin de la película pese a que quedaban por delante 12 minutos, en los que lo único que pasó fueron tánganas y la expulsión de Juan Guerra, que, fruto de los nervios y la impotencia, pisó a Pepe sobre el césped.
Así pues, victoria importante del conjunto norteafricano que inicia con buen pie una temporada en la que parte, en principio, con objetivos muy diferentes a las precedentes.
Ayer, la escuadra que dirige Juan Moya no hizo un partido para enmarcar, con un juego espeso en el centro del campo y con algunos desajustes defensivos propios de principio de campeonato y que irán yendo a menos a medida que avance la competición.
La salida de Chota a falta de un cuarto de hora para el final y con empate en el marcador resultó decisiva para el devenir del encuentro. El delantero melillense, máximo goleador de la historia de la UD Melilla en Segunda División B, volvió a dejar claro que su presencia en el campo supone un plus de peligrosidad para su equipo y un plus de preocupación e incomodidad para el adversario. Ayer, Chota saltó al campo justo cuando tocaba defender un saque de esquina y al minuto siguiente estaba en boca de gol para hacer lo que mejor sabe, perforar la meta contraria. El carismático jugador azulino, capitán durante varias temporadas de la UD Melilla y degradado en la presente a soldado raso, respondió como lo que es, un gran profesional y un ejemplo a seguir. Jugador con carácter y personalidad tanto dentro como fuera del campo, que esta temporada volverá a ser el estandarte en el que se fijen los jugadores canteranos.