El miércoles se anunciaba que la hostelería va a echar la persiana durante quince días. Desde el domingo no se podrá abrir ningún negocio de este tipo a menos que sea para llevar comida a domicilio. Para protestar contra esta medida más de medio centenar de personas se concentraron hoy en el plaza de España. Y es que los hosteleros no comprenden por qué se pone el foco en este sector. Uno de los empresarios de este ámbito económico, Carlos Crouseilles, aseguró que “cerrar ahora para muchos supone no volver a abrir el local”.
Crouseilles explicó que el fallo ha sido dejar que crezca el número de contagios hasta llegar a esta situación. Indicó que se debieron tomar medidas de sanción y de concienciación para evitarlo, pues subrayó que el sector ha estado aplicando medidas de aforo, por ejemplo, que no venían en las normativas para garantizar una seguridad a sus clientes.
Este empresario explicó que son unos 1.700 los empleos directos de bares y cafeterías. Pero recordó que son muchos más los trabajos que dependen de este sector, como los provedores, porque ahora se quedan sin encargos los pescaderos, los panaderos o las empresas de reparto de bebidas.
Además, manifestó la incertidumbre que tienen porque ni los asesores les aseguran que puedan pedir un ERTE si no lo habían solicitado antes y desconocen cuándo van a llegar las ayudas prometidas por la Ciudad.
Para Jorge, otro propietario de dos establecimientos de hostelería, estas medidas “no van a solucionar absolutamente nada”. “Nos deja sin empleo, sin dignidad, sin trabajo, sin sueldo”, aseveró.
Este empresario explicó que dos semanas de cierre, tras este duro año, es “recibir una ostia tras otra cuando ya venimos muy golpeados este sector”. En este sentido, subrayó que durante la primera ola de contagios, fue de los primeros en cerrar su negocio porque veía que era necesario para ayudar a confinar a la gente antes del estado de alarma. Pero cree que ahora esta medida del Gobierno local de cerrar toda la hostelería es “un sinsentido”.
Además, este y otros hosteleros creen que el cierre de sus negocios no va a evitar que la gente se siga reuniendo porque no ha dejado de hacerlo en la primera parte de la pandemia ni ahora tampoco a pesar de los datos. Indicó que la Policía no podrá entrar en un domicilio si hay una reunión, pero sí que podría detectarlo en un bar o un restaurante. Por ello, aseveró que hay otra forma de establecer medidas de control sin cerrar la hostelería, pero que hay que trabajar y que el Gobierno local no lo está haciendo.
Farid también es un empresario de la hostelería y afirmó que este año ya llevan muchas cargas de deudas. “Es un jarro de agua fría”, aseveró cuando “nosotros cumplimos y hacemos un esfuerzo para ello. “El que no cumpla, que se le sancione y que le cierren. Pero que no nos metan a todos en el mismo saco”.
Y para él cerrar estos quince días es un problema más porque estamos en un mes en el que tienen que pagar trimestrales, impuestos, “supone una gran carga y nos pone al filo del abismo”.
Por su parte Miguel Ángel, también propietario de un local de hostelería, y cree que las medidas que se han adoptado no son las correctas y se manifestó aunque no se pueda echar atrás esta decisión de las autoridades. “No somos los culpables de los contagios”.
“Para muchos compañeros, el cierre de 15 días es no levantar cabeza. Una ruina total. Y no solo para nosotros, sino para proveedores, gestorías y es que esto es una cadena”, añadió.
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