Cerramos y nos vamos. Si uno lee la convocatoria de la Plataforma de Empresarios para la concentración que tuvo lugar anoche frente a la Delegación del Gobierno uno no sabe si está leyendo un documento de un partido de la oposición, pero, desde luego, no es de unos empresarios. Porque partiendo de la base de que un conjunto de empresarios está en el derecho de opinar de lo divino y de lo humano, como conjunto de la sociedad melillense, entiendo que determinados puntos no tienen nada que ver con la reivindicación empresarial.
Es normal que protesten por determinadas cuestiones como la no permisividad de entrada para ciudadanos marroquíes que acuden a Melilla a comprar. Es normal que protesten porque se lleva más de un año del cierre de la frontera comercial con Marruecos y que nada se ha hecho por parte del Gobierno. Es normal que protesten por el alto número de parados que no encuentran salida en Melilla y, de manera especial los jóvenes. Hasta ahí podemos estar todos de acuerdo.
Sin embargo, hay una cuestión que está clara: Marruecos está intentando ahogar tanto a Melilla como a Ceuta y los mismos usos que se están usando para una frontera se está viendo en la otra. Pero démonos cuenta que no es una cuestión de un Gobierno del PSOE, sino que con el PP estaba comenzando a ocurrir de igual manera. El problema está en Madrid. Porque da igual que gobierne el PSOE o el PP para determinadas cuestiones relacionadas con Marruecos. Existen temas que se consideran de Estado como el narcotráfico, la lucha contra el yihadismo o el control de la inmigración irregular que pasan por encima de los golpes que el Gobierno del país vecino ofrece, de vez en cuando, a las esquilmadas economías de Melilla y de Ceuta. Por eso, en estos momentos, quiero recordar una frase que resultó muy polémica, pero que es una verdad como un templo, pronunciada por el expresidente Imbroda cuando dijo que la solución para Melilla estaba en mirar hacia el Norte. Lo demás, tal y como se está poniendo la cosa, es perder el tiempo.
Pero donde no tengo que estar de acuerdo con este grupo de empresarios es en introducirse en temas que les quedan muy lejos de sus competencias como si la frontera es un coladero, que lo es; que si hay muchos MENA circulando por Melilla, que los hay o situaciones relacionadas con la inmigración. Pero la frontera era un coladero antes y ahora y MENA había circulando antes y ahora. Y todo vuelvo a repetir que está en Madrid porque ni siquiera quienes han sido delegados del Gobierno tienen la culpa. Se hartan de partirse el cobre, ya sea Abdelmalik el Barkani o Sabrina Moh y al final, buenas palabras y ni caso.
Sin embargo, donde me sorprende más que se hayan metido es en hablar de los temas de la Sanidad y de la Educación. De las listas de espera o de las ratios en los centros escolares. Un asunto que queda bien lejos de unas reivindicaciones empresariales.
Porque entiendo que este conjunto de empresarios, si de verdad quieren jugar a políticos, lo tenían bien fácil y se podían haber presentado a las pasadas elecciones autonómicas de mayo o a las generales del pasado diez de noviembre.
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