Cerca de 40.000 musulmanes celebrarán el Ramadán en la ciudad desde hoy, según señala la Comisión Islámica de Melilla. Esta festividad religiosa de tradición islámica dará comienzo hoy al ayuno y se prolongará hasta el domingo 25 de junio. Durante estos 28 días, que vienen marcados por el calendario lunar, los musulmanes practicarán el ayuno diario desde el alba hasta la puesta de sol, un intervalo que va aproximadamente desde las cuatro y media de la madrugada hasta cerca de las nueve de la noche.
Los comerciantes del mercado apenas notan
un incremento en las ventas por la fiesta
Al caer el sol y según dicta la tradición, las familias se reunirán para cenar y así ingerir el alimento del que se han visto privados durante el día. De esta forma, cogerán fuerzas para afrontar el día siguiente. La dieta del ayuno terminará con la celebración del Aid el Fitr, que tiene lugar durante los tres días posteriores a la finalización del Ramadán.
Una dieta estricta
Pasar prácticamente quince horas al día sin comer y beber agua durante un mes no es fácil. Así de contundente se muestra Hassan, un musulmán de cerca de 65 años que regenta un puesto de frutas y verduras del Mercado Central. Sin perder la sonrisa de su rostro, Hassan dice que lleva ya más de tres años sin poder celebrar el ayuno por su delicado estado de salud. Hace tres años le implantaron un marcapasos y desde entonces se siente más frágil y, por eso, se acoge al precepto que exime a los ancianos y a los enfermos, así como a las mujeres embarazadas o con la menstruación, a realizar este “sacrificio”. Para este pequeño comerciante, un buen musulmán no es todo aquél que hace el Ramadán, sino también el que da limosna y ayuda a los más necesitados.
Hassan asegura que estos días ha notado un ligero incremento en las ventas de sus verduras para preparar algunos de los platos tradicionales que cenan durante este mes, como la harira, una sopa marroquí a base de legumbres y tomate, aderezada con cilantro, perejil, jengibre y pimienta para dar más sabor.
Los ancianos, enfermos, mujeres embarazadas
y con la regla están exentos del ayuno diario
Eissa, otro vendedor de un puesto cercano al de Hassan, asegura que antaño la gente sí que compraba grandes cantidades de comida para preparar estas fechas, “pero eso ya se ha perdido”.
Otros dos comerciantes de ultramarinos del mercado, Mohamed y Farid, añaden que los horarios de trabajo no suelen variar mucho a pesar de que las jornadas pueden ser muy cansadas por el calor, el esfuerzo y la falta de alimento durante tanto tiempo. Hadid, por su parte, recuerda que muchos siguen el horario marcado por Marruecos para tener certeza de la hora exacta en la que se encuentran durante el ayuno.
Marruecos retrasó una hora sus relojes el pasado domingo ante la inminente celebración del Ramadán con tal de hacer más llevadero el ayuno musulmán. Este cambio de hora se aplica cuando no se han cumplido ni dos meses del último cambio, hecho el pasado 26 de marzo, en coincidencia con la Unión Europea, cuando el reloj se adelantó una hora. Los relojes pasarán en Marruecos a la hora GMT hasta el 2 de julio, cuando volverán a su estado actual (GMT+1). En los últimos años, el gobierno marroquí ha optado por adaptar el reloj específicamente durante el Ramadán, con el fin de que oscurezca más temprano y pueda así adelantarse el esperado momento de la ruptura del ayuno. Este año, como el pasado, Ramadán va a ser particularmente penoso, por ser las jornadas más largas del año, las que están en torno al solsticio de verano del 21 de junio.
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