“Los centros deben ayudar a la sociedad a erradicar la violencia”

La secretaria de la Mujer de la Federación de Enseñanza de CCOO, Rosana García, explico a El Faro que el papel de los centros educativos para ayudar a la erradicación de la violencia contra la mujer debe ser aún mayor. Ella ha estado participando en varias de las actividades que se han desarrollado este fin de semana en Madrid, como la manifestación que hubo el viernes por la noche y a la que asistieron familias completas, hombres y mujeres, aseguró, porque luchar contra la violencia de género es una cuestión de todos.

García subrayó que la situación sigue siendo “muy grave” cuando en España han muerto ya más de 1.000 mujeres desde que se recogen estas cifras. Indicó que, a pesar de las muchas medidas que se han puesto en marcha, no son suficientes para acabar con esta violencia machista. Por ello, remarcó que la escuela tiene un papel muy importante que hay que seguir potenciando. “Los centros educativos deben tener como parte de su misión de ayudar a la sociedad a erradicar con esta situación”, destacó.

La secretaria de la Mujer de FE-CCOO de Melilla comentó que es cierto que temas relacionados con la igualdad son transversales y se analizan en varias asignaturas. Pero defendió que siga habiendo charlas de concienciación para los adolescentes, sobre todo, porque remarcó que el grupo de amigos que tienen influye mucho en cómo ven algunos temas.

Las charlas

Cree que mostrarles casos reales de violencia machista puede hacer que los jóvenes se den cuenta de que una mujer no es ‘una cualquiera’ por haber tenido dos o tres novios ni que ir vestida de una forma signifique que una chica da barra libre para que un joven la toque.

“Pero si podemos concienciar al menos a una niña a que el noviete de turno no debe ni tiene que saberse la contraseña del móvil o la puede impedir que vista como desee”, remarcó.

Por ello, indicó que hay que seguir trabajando mucho más en los centros para que los adolescentes no vean mal que una chica salga con su grupo de amigas si así lo desea para tomar algo.

García comentó que hay responsables de Igualdad dentro de cada centro educativo, sobre todo en los institutos, que están haciendo una gran labor introduciendo material en muchas aulas para hablar de la igualdad y de la violencia machista. Pero lo ve insuficiente.

Ella es profesora en el IES Virgen de la Victoria y aún escucha “es que mi novio me quiere tanto que me controla el móvil”. Ésta y otras frases que oye en el recreo o escucha en los pasillos del instituto le llevan a demandar aún más recursos para que al menos las nuevas generaciones no repitan los estereotipos de amor romántico que se tiene desde hace años y se rompa con esta situación que deriva en la violencia de género, añadió.

Relaciones sanas

Además, García puntualizó con la idea de Vox de que todas las violencias son iguales rondando por los medios de comunicación y las redes sociales, fomentar que haya más horas dedicadas a enseñar a los jóvenes a mantener relaciones sentimentales sanas y no tóxicas.

De esta forma, justificó el aumento de horas dedicado a esta cuestión y a hablar de los detalles que llevan a una relación insana y que puede animarles a denunciar su propio caso o el de una de sus amigas. Insistió en que no son clases para mujeres, sino para todos porque la violencia machista también es una cuestión de hombres y ellos pueden denunciar o advertir a un amigo o conocido de que esa forma de tratar a una persona no es la adecuada ni es amor. Remarcó que no se va contra el hombre, sino contra un hombre que ejerce una violencia sobre una mujer.

La responsable de Mujer de la FE-CCOO aseveró que muchas de sus alumnas manifiestan otras dos cosas que le llama la atención. Por un lado, muchas asumen que si salen de casa pueden vivir alguna experiencia mala y, por otro, creen que tienen parte de la culpa si se da ese caso. Por último, señaló que como son en los IES donde se hacen los grupos de amigos que influyen tanto en los adolescentes cree que concienciar en estos centros debe ser una tarea primordial.