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La constructora instalará este año también una clase de usos múltiples, despachos y aseos
El acuartelamiento de Santiago es el lugar escogido para montar las aulas modulares con el objetivo de reducir la ratio de alumnos de tres años en las clases de los colegios. Estos estudiantes serán los que estarán matriculados en un futuro en el nuevo colegio que se construirá en Gabriel de Morales. Pero, ¿cómo son esas aulas prefabricadas? Este año se instalarán cuatro de una superficie mínima de 50 metros cuadrados.
La licitación por la que se ha ofertado esta instalación es de 682.000 euros. Pero no sólo incluye cuatro clases. Hay mucho más que se montará este año para ir creando un nuevo centro en estas instalaciones. En concreto, se contará con cuatro aulas exteriores que harán las veces de patio de juegos. Estarán descubiertas pero valladas.
Las instalaciones
Asimismo, habrá un aula de usos múltiples de al menos 150 metros cuadrados, una sala de profesores de 30 metros cuadrados y dos aseos para los maestros de seis metros cuadrados.
También se instalarán un almacén de doce metros cuadrados, un despacho para la dirección del centro y otro de secretaría, ambos con otros doce metros cuadrados. Además, se instalarán un aseo adaptado y otro por cada dos aulas que haya en el centro para los estudiantes, que deberán contar con dos inodoros y dos lavabos.
Pero a estas dependencias hay que sumar espacios de “circulación”, como es un vestíbulo, pasillos y galerías de acceso a las aulas que deben tener una cubierta.
Todas estas zonas contarán con los servicios de electricidad, iluminación, climatización, fontanería, saneamiento y telecomunicaciones, entre otros.
Los módulos deben ser desmontables de forma que no sufran ningún tipo de deterioro si hubiera que desplazarlos o almacenarlos.
Por otro lado, el proyecto de licitación, publicado en la Plataforma de Contratación del Estado, recoge más requisitos que se exigen a la empresa a la hora de instalar las aulas. Una de ellas es que estarán climatizadas para el calor y el frío, incluidos los vestíbulos.
También se recoge que las ventanas tendrán instaladas persianas exteriores del tipo convencional, todos los mecanismos eléctricos que se dispongan en las aulas de Educación Infantil serán de protección para niños y las puertas dispondrán de dispositivos de seguridad que impidan que los niños se puedan pillar los dedos.
Se cerrará el hueco que pudiera existir entre los módulos prefabricados y el terreno, bien por medio de un zócalo bien mediante ladrillo enfoscado con mortero de cemento, añade el proyecto.
Los elementos de los aseos de los niños estarán fijados de forma especial para evitar que se puedan mover o caer con un golpe.
Además, se realizarán los cierres (pequeñas vallas) que delimitan los patios de juego de cada aula. No pueden ser escalables ni presentar aristas que puedan causar heridas.
La envolvente exterior de los módulos tendrá un acabado en chapa de acero lacada, que debe contar con protección frente a la radiación social y la corrosión. También se destaca que habrá que utilizar colores para conformar la imagen del centro para niños.
En la imagen se ve cómo estarán distribuidas las aulas. Asimismo, se destaca que habrá tres fases: la primera con 684 metros cuadrados; la segunda, para 2018 de 339; y la tercera, para el 2019, de otros 339 metros cuadrados.