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El cementerio: un museo al aire libre

Con más de 100 años de historia, el cementerio de la Purísima Concepción, es un reflejo de la historia de Melilla y no solo de la militar, sino también de la de sus ciudadanos. Hay tumbas que son visitadas por sus familiares todas las semanas, otras de las que la lápida es el último recuerdo que queda de los fallecidos. Algunas de ellas destacan por encima de las demás por sus esculturas o detalles y son una muestra de amor de los familiares al fallecido.

Antonio Bravo, historiador, elaboró un mapa con los lugares más significativos que se puede encontrar al entrar en el cementerio. Bravo describe el lugar como “el mayor museo de Melilla al aire libre”, pues defiende que en este alberga obras de arte.

Para mostrarlo, hizo nos una visita guiada a algunas de las esculturas más significativas, como la escultura de Maria Cosimini, una italiana que falleció en Melilla en 1930. “Lo importante es ver como un cementerio recoge recuerdos, memorias de personas que, tal vez de otro modo, no tendríamos ningún recuerdo. En este caso se trata de una mujer procedente de italia, cuya familia estuvo relacionada con el comercio del pescado ”, explicó Bravo.

También poco después de entrar en el cementerio, se puede ver la escultura de una niña en actitud pensativa. “Una de las cosas que llama la atención cuando se estudian los libros de registro del cementerio es la altísima proporción de niños que fallecían. Los padres de algunos de ellos dejaron esculturas del valor y la intensidad como la que tenemos aquí, en la que parece una niña pensativa con un ramo de flores. Es un reflejo de la memoria y el dolor que para unos padre supuso la pérdida de su memoria. Y esa memoria queda aquí romántica, nostálgica en este paseo que podemos hacer por el cementerio”, relató Bravo.

Adentrándose más en el cementerio, en una de las avenidas principales, hay una escultura que destaca entre las de la zona. Se trata de un pequeño arco en el que abajo hay dos niños de pie y de espaldas que alzan una flor hacia arriba del arco, que está coronado por el busto de los dos niños que fallecieron. “Esta tumba pertenece a los hijos de un comerciante de Melilla, Barea, que mueren los dos niños en el 1917. Podemos entender el dolor que hace que manifiesten el recuerdo de los niños en los dos bustos . Es una de las tumbas más relevantes artísticamente de este cementerio”.

Otra tumba de otra niña cercana a esta, también llama la atención por la belleza de su escultura. Esta pertenece a Nuria Llamas. “Es de los años 40 y arrastra la estética de art decó. Es una pieza de gran valor”, contó Bravo. Añadió que pasear por el cementerio, hace al público descubrir obras como esta que nos hacen ver la importancia de la gente de a pie a través de la historia.

Las muestras de amor también tienen lugar en este lugar de reposo. Una de las que destaca es una escultura de piedra de una mujer, Milagros Peidró, cuyo marido mandó a realizar cuando esta falleció en los años 30. En esta obra también se percibe cierto deterioro. Como explicó Bravo, los familiares ya no están y como las tumbas son propiedades privadas, estas se van deteriorando. “Aún siendo privadas, es un patrimonio que nos pertenece a todos y que forma parte de la memoria de Melilla”, relató Bravo.

Para cerrar el ciclo de esculturas en recuerdos a niños, Bravo nos mostró una al fondo del cementerio. Se trataba de un busto de 1920. “Los rasgos son muy finos, aunque esté muy ajada por el tiempo. Es un trabajo muy bueno”.

Así pues, Antonio Bravo invita a que la gente se anime a dar un paseo por el cementerio de la Purísima. En la guía que él elaboró se pueden localizar las tumbas significativas por secciones: siglo XIX; panteones, patios y mausoleos militares del siglo XX; las distintas campañas en Marruecos; personajes, instituciones y hechos históricos; de la guerra civil; de órdenes y congregaciones religiosas y sepulcros de interés artístico como hemos podido conocer anteriormente.

Sin duda, el cementerio de la Purísima ofrece un gran abanico de historia e historias de las personas que hicieron de Melilla la ciudad que es hoy.

Turismo necrológico

No es solo en Père-Lachaise en París, donde fans de Jim Morrison u Oscar Wilde visitan en el cementerio parisino a algunos de los numerosos personajes célebres que descansan en él. España cuenta también con una Ruta de Cementerios Singulares, integrada en la Ruta Europea de Cementerios. Se llama turismo necrológico o necroturismo y consiste en ir a visitar uno de estos lugares dentro de la ruta turística que se hace de la ciudad, por la cantidad de obras de arte que puede ofrecer el camposanto, además de su historia. A España, este fenómeno llegó tarde,

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