Dos años después de la crisis migratoria que convulsionó Ceuta en mayo de 2021 (“la invasión pacífica”, la ha denominado aunque ha recordado que hubo tres fallecidos) y pasados casi catorce meses de la firma en Rabat entre el rey de Marruecos, Mohamed VI, y el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, de la declaración que formalizó una “nueva etapa de partenariado” entre ambos países con supuestas grandes ventajas para las ciudades autónomas, el periodista Ignacio Cembrero se ha desplazado este viernes al campus local para hacer balance de lo acontecido desde ambas fechas de referencia.
El ponente, que ha abierto una cita coorganizada por la Facultad de Derecho de la Universidad de Cádiz (UCA), la UNED de Ceuta y Melilla, el Aula Universitaria del Estrecho y el Centro de Estudios Internacionales y Europeos del Área del Estrecho, ha repasado cómo han trasladado a la práctica Madrid y Rabat, sobre todo esta última, los 18 puntos de aquel acuerdo.
A su juicio el país vecino, del que no ve “por ninguna parte” injerencia alguna en la “corrupción electoral” que se investiga en Melilla, cree que el Reino alauita solamente ha cumplido en materia de inmigración con el compromiso de “relanzar y reforzar la cooperación en el ámbito de la migración”.
“Si nos fiamos de los datos de Interior lo cierto es que la llegada de inmigrantes por tierra y por mar ha caído, hasta un 63,3% si se compara el primer trimestre de este año con el primero de 2021, lo que demuestra que Marruecos está haciendo un esfuerzo, pero también, aunque Asuntos Exteriores no lo quiera reconocer, que hasta marzo del año pasado estuvo usando la inmigración irregular para ejercer presión sobre España”, considera evidente Cembrero.
El punto 3 de la declaración conjunta (que dice que “la plena normalización de la circulación de personas y de mercancías se restablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo”) no se ha ejecutado ni de lejos en lo tocante a las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla.
“Las autoridades marroquíes”, ha explicado el redactor de Elconfidencial.com, “son extremadamente reticentes porque entienden que sería un paso hacia el reconocimiento de la soberanía de las dos ciudades a pesar de que en la segunda estuvo abierta durante más de un siglo y medio y solo en la última década se hicieron 80.000 expediciones en las dos direcciones…”.
Según ha lamentado, “es una broma que a Marruecos le permite ir dilatando la apertura y tengo bastantes dudas de que el algún día veamos la reapertura en Beni Enzar o la inauguración en el Tarajal”. Como agravante, “Marruecos no aplica el régimen de viajeros en las fronteras terrestres, con lo que no se puede entrar en en el país vecino con pequeñas compras, algo que perjudica al turismo. Aduanas del país vecino lo prevé, como casi todos los países y se aplica en los aeropuertos de Marrakech, Casablanca o Agadir, peo no en Ceuta y Melilla”.
Tampoco se ha avanzado mucho con la “delimitación de espacios marítimos en la fachada atlántica” porque Marruecos pretende incluir en la delimitación de espacios marítimos el Sahara Occidental, un territorio sobre cuya soberanía Sánchez cambió la posición histórica de España en primavera del año pasado, algo que no ha traído grandes avances en las relaciones comerciales con Marruecos, pero si graves perjuicios sobre las de Argelia.
Cembrero ha explicado que, a pesar de los incumplimientos de Rabat, que ha continuado tildando en ocasiones de “ocupadas” a Ceuta y Melilla (con rectificaciones o matices más o menos contundentes), España ha seguido “batiéndose el cobre” en distintos foros como las instituciones comunitarias, a la que no ha denunciado los excesos de celo fronterizos y donde se ha negado a condenar el encarcelamiento de periodistas en el país vecino.
No son los únicos “favores” que se han hecho al Reino alauita, al que se ha incorporado a la candidatura de España y Portugal a la organización de la Copa del Mundo de fútbol de 2030, invitación que Rabat ha aceptado entusiasmada y tuvo además el privilegio de confirmar al planeta.
Para el periodista uno de los posibles puntos de tensión en la relación entre UE y Marruecos serán las sentencias de la Justicia europea que se esperan para finales de verano sobre los acuerdos de asociación que incluyen el territorio saharaui sin el beneplácito del Frente Polisario. Cembrero cree que el país vecino está “muy envalentonado” desde la firma de su entente con la administración estadounidense de Trump.
“Probablemente veamos nuevas etapas de relaciones convulsas al margen de la ya existente entre Rabat y Francia aunque ahora parezca que con España estamos en luna de miel”, ha augurado Cembrero, que a la luz de los informes del CNI que ha leído cree que desde Marruecos se ve a España como “el país que impide completar su integridad territorial, que tiene dos vertientes”.
“Hoy en día es el sur, el Sáhara, en el que están concentrados y van a seguir estándolo muchos años, pero también el norte, postergado, con Ceuta, Melilla y los peñones… No habrá una relación normal, siempre sosegada, mientras Marruecos no remate su integridad territorial por el sur y por el norte”, ha resumido sobre unas aspiraciones anexionistas que llegan hasta el río Senegal sobre Argelia, Mali, Mauritarnia…
Desde el punto de vista del que fuera corresponsal, Marruecos sabe que el sueño del gran espacio bajo su soberanía no podrá culminarse del todo, pero sí al menos en lo tocante al Sáhara y a las ciudades autónomas y los peñones españoles, en un Estado “muy jerarquizado y centralizado” en el que estima que podría encajar una solución autonómica si no se topase con potenciales conflictos como el de que también la reclamase el Rif.
A preguntas de parte del más de medio centenar de asistentes a su conferencia, Cembrero ha dicho no creer que Marruecos esté “chantajeando” a Pedro Sánchez con material extraído de su teléfono con el programa israelí espía Pegasus que Rabat niega rotundamente haber utilizado (“sería reconocerlo implícitamente”, ha advertido) y ha lamentado en repetidas ocasiones que España no haya publicado la carta con la que desde La Moncloa se cambió de posición sobre el Sáhara.
¿Qué haría el PP si llegase al Gobierno tras las elecciones del 23 de julio? “No lo sabe, creo que hay división entre sus asesores, que en mi opinión son bastante competentes, pero creo que un presidente como Núñez Feijóo sin ninguna experiencia internacional lo último que querrá es tener una crisis con un vecino hábil y retorcido”, ha pronosticado.
El periodista también ha lamentado que en el país vecino se carezca de “opinión pública” y que la situación haya incluso “empeorado” durante las últimas décadas, en las que cada vez es menos rara la entrada en prisión de policías, y ha opinado que “algo sabía” España de la crisis migratoria de mayo de 2021, bastante “organizada” al otro lado de la frontera con instigación oficial.
El consejero de Educación y Cultura en funciones, Carlos Rontomé, ha aprovechado el evento para valorar la introducción de la exigencia de visado Schengen en la frontera para todos los marroquíes que desean acceder a Ceuta. “Somos de distintos partidos, pero el Gobierno de la Nación reaccionó rápido”, ha concedido.
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