La ONG colaboradora de Acnur dice a la Delegación que no se puede hacer distinción entre inmigrantes para darles opción de pedir protección l Aseguran que hay muchos subsaharianos que tienen este derecho y no pueden ejercerlo
El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, aseguraba este fin de semana que el Gobierno respeta escrupulosamente el derecho de asilo. El comisario de Derechos Humanos del Consejo Europeo, Nils Muiznieks, y diversas organizaciones internacionales no tienen tan claro como El Barkani que el acceso a la protección internacional se esté realizando de forma adecuada en nuestra ciudad. La secretaria general de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) aseguró ayer en declaraciones a El Faro que los inmigrantes subsaharianos siguen sin poder llegar al lado español para pedir esta protección. Galán señaló que se está produciendo una diferenciación según el país de origen de los extranjeros a la hora de ofrecerles la posibilidad de solicitar asilo y recalcó que el Gobierno tiene que evitar que esto siga sucediendo. Más allá de si el inmigrante decide o no ejercer su derecho, o de si finalmente el Estado acepta o no su solicitud, desde CEAR tienen claro que lo que no puede hacerse es limitar la posibilidad de acceder a esta protección.
Galán aseguró, además, que la legislación de asilo no exige que los inmigrantes presenten su documentación para poder acceder a esta protección. “Es ilegal exigir a estas personas que presenten su identificación”, recalcó. Cabe recordar que la directora general de Política del Ministerio del Interior, Cristina Díaz, que visitó esta semana Melilla, dijo a los medios de comunicación que “si los subsaharianos pasan por frontera y vienen con su documentación, se les puede identificar y piden asilo, serán objeto del programa de protección y acogida por parte del Estado español”.
Galán criticó también la distinción que hizo El Barkani entre “dos tipos de inmigrantes que no son comparables”, en referencia por un lado a los subsaharianos que intentan saltar la valla y por otro a los refugiados sirios que llegan a la ciudad huyendo de una guerra. “Nosotros tenemos datos objetivos de que muchos de los inmigrantes que saltan la valla también están huyendo de situaciones complicadas en sus países y tendrían derecho a protección internacional. No tenemos dudas de que esto es así”, dijo Galán. “El problema es que si no pueden llegar a territorio español para pedir asilo, la única forma que les queda de acceder a esa protección es saltar la valla”, apostilló la responsable de CEAR.
Un derecho sin distinción
El delegado dijo también que como prueba de esta diferencia entre los inmigrantes que saltan la valla y los sirios, está el hecho de que de los casi 2.500 subsaharianos que han entrado en Melilla irregularmente a nuestra ciudad sólo cinco pidieron asilo una vez que habían entrado. En este punto, Galán insiste en que más allá de que la protección sea pedida o concedida, está el hecho de que el Estado tiene que garantizar a estos ciudadanos el acceso a este derecho. Además, la responsable de CEAR pone otro dato sobre la mesa, que ilustra la imposibilidad de los subsaharianos de llegar a las oficinas de asilo habilitadas en Beni Enzar. “De las más de 400 solicitudes que se han tramitado, ni una sola era de subsaharianos. Ninguno de estos inmigrantes ha podido llegar hasta la oficina a pedir asilo”, apostilló.
Acuerdo con Marruecos
En cuanto al hecho de que sea el Gobierno de Marruecos el que impide a los subsaharianos pasar al lado español de la frontera para pedir asilo, Galán es tajante: “No nos vale que digan que la culpa es de Marruecos. Se llega a acuerdos con el país vecino para muchos otros asuntos, así que si existe este problema, también es responsabilidad del Gobierno español sentarse con el de Marruecos a buscar una solución”, apostilló.
La secretaria general de CEAR recordó que cuando se anunció la puesta en marcha de las oficinas de asilo en Melilla y Ceuta, desde su organización advirtieron de que aunque se trataba de una iniciativa positiva, había que buscar una vía para que los inmigrantes subsaharianos que entran a la ciudad saltando la valla, también tuvieran opciones de llegar al lado español a pedir asilo.
Para los sirios es más sencillo. Muchos pagan en el lado marroquí para pasar con documentación perteneciente a algún ciudadano del país vecino con el que guarda algún parecido físico. Para los subsaharianos, ni siquiera esta opción se contempla, por lo que al final, insiste Galán, la única alternativa que les queda es saltar la valla.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, afirmó a final del año pasado que entre los inmigrantes que saltaban la valla podría haber “yihadistas”. Es cierto que es imposible saber quién salta la verja hasta que no ha llegado a Melilla. Puede haber “yihadistas” como afirma el ministro, pero también puede haber ciudadanos que huyen de conflictos en sus países de origen y a los que no se les está permitiendo acceder a un derecho internacional, el del asilo. Por ello, desde CEAR insisten en que hay que buscar una solución y reclaman que los gobiernos de los dos lados de la valla se sienten a negociar para que los subsaharianos tengan los mismos derechos que el resto de inmigrantes que llegan a nuestra ciudad, entre las que también cabe la posibilidad de que haya yihadistas.
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