A CCOO no le ha sorprendido que la obra del Jardín Valenciano se paralice. El responsable de Educación en el sindicato, Ricardo Jimeno, aseguró ayer en declaraciones a El Faro que desde que conocieron el presupuesto de adjudicación de la obra consideraron que se trataba de una oferta “muy temeraria”. Señaló que era cuanto menos extraño que una empresa estuviera dispuesta a hacer estos trabajos por 3 millones de euros menos que el presupuesto por el que el proyecto había salido a licitación. Jimeno lamentó que una vez más vuelva a repetirse la misma situación y dijo que tal vez el Ministerio de Educación debería replantearse los criterios que sigue a la hora de decidir a qué empresa le adjudica una obra.
El sindicalista apuntó que da la sensación de que el único requisito que se tiene en cuenta es el económico y consideró que ya se ha demostrado en numerosas ocasiones que esto, a la larga, puede traer problemas. Jimeno dijo que resulta curioso que sólo unos meses después de presentar una oferta por 3 millones de euros menos que el dinero que se ofrecía para hacer la obra, la empresa diga que necesita una ampliación de más de 2 millones para realizar el trabajo, es decir, alcanzar prácticamente el presupuesto que se había calculado inicialmente.
Jimeno insistió en que el Ministerio tiene un problema a la hora de adjudicar obras que está perjudicando a los melillenses. Apuntó que ha sido una decepción este nuevo escollo en el camino, porque hasta hace unas semanas tenían la sensación de que las obras estaban avanzando a muy buen ritmo.
En cuanto a la afirmación del director provincial de Educación, José Manuel Calzado, de que este parón no afectará a los plazos de finalización del instituto, Jimeno se mostró convencido de que Calzado se equivoca. El sindicalista indicó que ya desde el primer momento en que se empezó a dar una fecha para la puesta en marcha de este centro educativo, ellos dudaron de que se cumpliera porque al final siempre surge algún problema. Ahora, con el parón de la obra, esta convencido de que este tiempo no se recuperará y de que los melillenses tendrán, una vez más, que esperar más de lo previsto para poder ver el instituto terminado.
Culpa compartida
El miembro de CCOO consideró que en este caso existe una culpa compartida entre la empresa y el Ministerio de Educación. Por un lado, criticó que la constructora no hiciera bien los cálculos a la hora de presentar su oferta. Por otro, lamentó que Educación, una vez más, se equivocara a la hora de elegir a la empresa que se va a encargar de las obras.
En cualquier caso, confió en que la situación pueda resolverse lo antes posible por el beneficio de todos. Recalcó que en este tipo de asuntos al final los realmente perjudicados son los docentes y los estudiantes de la ciudad. Reiteró que se trata de un centro muy necesario, que se lleva reivindicando desde hace tiempo y dijo que Melilla no puede permitirse un nuevo retraso en la puesta en marcha de estas instalaciones.
Por su parte, CSI-F consideró que la paralización de las obras sería “un golpe definitivo” para la Educación en Melilla. El sindicato exigió a la Dirección Provincial una aclaración sobre el asunto y que se reanuden de forma inmediata las obras del instituto.
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