El secretario general de Comisiones Obreras (CCOO) en Melilla, Francisco López, ha indicado que la alta inflación que tiene el país –especialmente en el sector del transporte- afecta a Melilla especialmente, ya que, “hasta que no exista una aduana comercial con Marruecos, todos los productos se encarecen al tener que venir de la península”. Ello produce, según ha destacado, “una pérdida de poder adquisitivo aún mayor por parte de los asalariados”.
En este sentido, el secretario general del sindicato a nivel nacional, Unai Sordo, indicó, la semana pasada, que el 10,8 por ciento de subida de precios en el último año –motivado por los precios de la energía, de los alimentos, del vestido y del calzado, “es decir, de productos de consumo muy básicos en la economía de cualquier persona o familia”- supone “un balance muy preocupante”.
Sordo afirmó también que “lo que más llama la atención” es la inflación subyacente, es decir, aquella que no tiene en cuenta los precios de la energía ni de los alimentos, ya que ha subido por encima del seis por ciento. En su opinión, ello significa que “las empresas están repercutiendo el incremento de los costes, producto de la guerra de Ucrania, a la cesta de la compra”.
Así, todo hace indicar, a su parecer, que los trabajadores están “pagando el pato de esta crisis de precios”, ya que, mientras que la remuneración media de los asalariados crece al 2,8 por ciento, la remuneración del capital, que se mide a través del excedente bruto de explotación, lo hace en un 8,5 por ciento. “Es decir, se está remunerando al capital al triple que lo que se están remunerando los salarios”, explicó Sordo.
Por lo tanto, lo que toca ahora, según cree, es fortalecer la estrategia en los convenios colectivos, junto con una política fiscal “más ambiciosa” por parte del Gobierno que haga que los beneficios de las empresas repercutan en el conjunto de la sociedad “a través de una política redistributiva”.