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Ganas de castañas en Melilla a pesar de la subida de precio y las altas temperaturas

Con la llegada del otoño también lo hace la temporada de castañas. Uno de los frutos que más gustan a los melillenses a pesar de que el tiempo no acompaña y que al igual que el resto de productos de alimentación también ha visto aumentado su precio.

La ciudad ya huele a castañas asadas por sus rincones. A pesar de que este año aún no se ven todos los puestos que se suelen montar en las calles, el que sí está ya instalado desde hace días es el de Mimon, ubicado en la Avenida de los Reyes Católicos. Esta melillense empresaria, se encarga de todo. De las compras, cortar las castañas, echarles sal, asarlas, venderlas y organizar todo lo necesario. En ocasiones, cuando su marido sale de trabajar, se acerca a echarle una mano aunque, tal y como recalcó, la dueña es ella.

Las ventas se castañas parece que han despegado este otoño. Tal y como aseguró Mimon a este diario, no se puede quejar porque recibe a muchos clientes todos los días. Sobre todo, dijo, a partir de las siete u ocho de la tarde cuando los melillenses salen de trabajar y se acercan por unas castañas. 

"Hace mucho calor, pero las ventas están bien. La gente tiene muchas ganas de comer castañas", reconoció.

A pesar de ello, destaca que la situación no es como la de años atrás. La subida de la energía y los productos en general también ha provocado que las castañas asadas hayan visto aumentado su precio. "Todo está caro, las castañas, el carbón, la sal, el papel. Todo", recalcó.

Ante este panorama a Mimon no le ha quedado más remedio que subir también el precio de venta de este fruto seco. Si años atrás vendía seis o siete castañas a 1 euro, este año por el mismo precio vende cinco. 

Otro factor que ha afectado a sus ventas a lo largo del tiempo, según aclaró, fue el cierre de la frontera. Antiguamente, contó, muchos marroquíes pasaban la frontera a Melilla para comprar castañas. Como bien dijo, en el país vecino no es tradición instalar puestos como el suyo por lo que solían acudir y gastar mucho más dinero. "Antes venían y se gastaban 40 o 50 euros en castañas porque se las llevaban a su familia, pero ahora eso ya no pasa. Aquí la gente se suele llevan normalmente uno o dos euros".

Por otro lado, Mimón también detalló cómo elabora las castañas asadas, que corta, sala y asa en un cazo al carbón. Según ella, el secreto para que las castañas salgan buenas es echarle tiempo y paciencia. De media, suelen tardar unos 20 o 25 minutos en estar listas.

Castañas, un fruto que se asemeja a los cereales

A pesar de ser un fruto seco, la composición de las castañas se asemeja más a la de los cereales, tal y como muestra la web del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Las castañas son ricas en hidratos de carbono complejos, estos ocupan casi la mitad de su composición; y no debemos olvidar que los hidratos de carbono han de ser la fuente más importante de energía en nuestra dieta.

Por otro lado, los hidratos de carbono complejos son absorbidos por nuestro organismo lentamente, de manera que mantienen los niveles de azúcares equilibrados y, disminuyen la sensación de hambre durante más tiempo.

Además, la cantidad de grasa también es bastante similar a la de los cereales y por lo tanto notablemente inferior a la que contienen el resto de los frutos secos. Gracias a estas propiedades y a que su contenido en agua es cercano al 50%, la castaña es uno de los frutos secos de menor contenido calórico,y ello la convierte en un alimento ideal para apaciguar el hambre en los días frescos de otoño.

En cuanto a los minerales, las castañas destacan en fósforo y, con menor cantidad, en potasio y magnesio. Los contenidos en vitaminas no son muy significativos, siendo más altos para las vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y B6) y algo más bajos para la vitamina E.

No debemos olvidar que las castañas crudas son ricas en taninos. Por lo que comerlas en este estado puede producir molestias intestinales. En este sentido, se recomienda que las castañas una vez recogidas sean almacenadas durante siete o diez días, para que en este periodo disminuyan los contenidos en taninos y el almidón se transforme en azúcares más asimilables.

En cualquier caso, al comer castañas crudas se recomienda eliminar la piel marrón que hay inmediatamente después de la corteza.

Por otro lado, la cocción o asado de las castañas favorece la transformación de los hidratos de carbono, convirtiéndolas en un alimento más digerible.

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