El virus que hasta hace un año era desconocido se ensañó en la segunda ola con la ciudad. Una pandemia que comenzó en marzo y que aún mantiene alterada la “normalidad” con el fin de controlar los contagios. En los últimos cuatro meses de 2020, el número de nuevos positivos aumentó más de un 1.000% con respecto a los contagios registrados de marzo a junio.
La primera ola, desde marzo a junio (donde se incluyen las etapas de la desescalada), junto a dos meses de la “nueva normalidad”, (julio y agosto), suman 350 nuevos positivos. Fueron cinco meses en que se logró controlar el número de contagios y la ciudad tenía cifras envidiables con respecto al resto del territorio nacional. En marzo fueron 45 los nuevos positivos, 64 en abril, 8 en mayo, 5 en junio, 11 en julio, comenzando su escalada para alcanzar los 217 nuevos positivos en agosto.
El estado de alarma, decretado por el Gobierno nacional el 14 de marzo, limitó las comunicaciones, la movilidad, confinó a la ciudadanía e hizo que la ciudad tuviera “un efecto isla” durante tres meses. Con la nueva normalidad comenzaron a abrirse poco a poco las conexiones con la península.
A finales de julio, el día 31 se conoce de un brote activo de 5 casos. La ciudad venía de registrar por varios días consecutivos en ese mes cero casos. Desde que se detecta ese brote, los nuevos positivos comienzan una escalada que llevó al consejero de Economía y Políticas Sociales, Mohamed Mohand, a plantear la posibilidad de solicitar el estado de alarma con el fin de decretar medidas para frenar los contagios.
En Melilla, la Justicia echó para atrás dos órdenes de Salud Pública con el que se confinarían varios centros, incluido el CETI, donde se habían detectado casos de coronavirus. La medida no se aplicó al no ser ratificada por la Justicia y la decisión fue apelada por la CAN ante el Tribunal Superior de Andalucía que, semanas después, comunicaba que las órdenes eran proporcionales y estaban ajustadas a derecho.
Desde finales de julio, los nuevos contagios comenzaron a aumentar. En julio se registraron 11 nuevos positivos, cifra que se incrementó a 217 en agosto.
La escalada del coronavirus avanzó. En septiembre se registraron 681 nuevos positivos, en octubre los nuevos casos aumentaron hasta registrarse 1.891 en un mes. En noviembre la tasa inició su descenso y se contabilizaron 1.162 nuevos positivos.
En diciembre, el número de positivos acumulados fue de 706, de acuerdo a las cifras aportadas por la Consejería de Economía y Políticas Sociales.
Octubre y noviembre fueron los meses en que la pandemia golpeó con más fuerza a Melilla. Octubre fue el mes del 2020 en que se registró el mayor número de nuevos positivos, 1.891 y en que fallecieron 14 personas como consecuencia del virus; mientras que en noviembre el número de nuevos casos fue inferior, contabilizándose 1.162. Sin embargo, fue el mes en que más víctimas por la pandemia se han registrado. 21 fallecimientos en 30 días.
Según los datos publicados en el portal de Transparencia Covid-19, la semana del 26 al 31 de octubre fue una de las negras de la pandemia, registrándose en siete días siete muertes como consecuencia del coronavirus. Le siguieron otros siete días duros. Desde el 1 al 7 de noviembre se produjeron otras nueve muertes.
En la segunda ola, la curva de la pandemia fue ascendiendo, lográndose doblegar en noviembre al registrar más curados que nuevos positivos. En septiembre se produjeron 681 nuevos casos; 469 curados y tres fallecidos. El mes siguiente seguían siendo más los nuevos casos que los curados, registrándose 1.891 positivos, 560 curados y 14 fallecidos.
En noviembre, fueron 1.162 los nuevos positivos, 2.087 los curados y 21 fallecidos. En ese mes, el día 13, por medio del informe diario se comunicaron 485 personas que habían superado la enfermedad. Correspondían a la actualización de altas de varios meses atrás.
En diciembre, los nuevos positivos fueron 458 y los curados 957. Además se registraron cuatro fallecidos. En el 2020, 44 personas perdieron la vida como consecuencia del Covid-19.
A lo largo del 2020 y hasta la fecha, la vida diaria de todos los ciudadanos ha cambiado. El uso de mascarillas es obligatorio, mantener la distancia social y lavarse las manos constantemente ya son parte del día a día.
Pero el año pasado, también puso a prueba a la ciudadanía que estuvo confinada por tres meses, los comercios no esenciales debieron bajar sus persianas durante el estado de alarma y ahora, la mayoría tiene limitaciones de horarios para evitar el avance de la tercera ola.
La hostelería que, en la primera ola, se mantuvo cerrada, abrió en la desescalada con distintas normas de Salud Pública. En octubre, por el avance de la segunda ola, por una orden de la Consejería de vieron a cerrar y se bajó el telón de la cultura.
Melilla inicia el 2021 con las mismas normas con las que cerró el 2020. Se mantiene el confinamiento nocturno, el cierre perimetral de la ciudad, las restricciones en la hostelería y con limitaciones de horario para los comercios. Aunque haya comenzado el proceso de vacunación, aún quedan muchas semanas por delante para seguir haciendo frente al Covid-19.
En 120 días, en los últimos cuatro meses, la ciudad registró 42 fallecidos como consecuencia del Covid-19. De los 45 que se contabilizan en Melilla por la pandemia, más de cuatro decenas se produjeron entre septiembre y diciembre.
En septiembre se produjeron tres fallecimientos; 14 en octubre; 21 en noviembre y cuatro en diciembre. En lo que va de enero una persona perdió la batalla contra la enfermedad.
Durante la primera ola fueron dos las víctimas en Melilla. La primera falleció el 26 de marzo a casi dos semanas de haberse decretado el estado de alarma y el 2 de abril se produjo el fallecimiento de otra persona como consecuencia del virus.
El creciente número de casos de coronavirus durante la segunda ola también generó el ingreso de decenas de personas en el hospital Comarcal y algunos de ellos requirieron ingresar a la Unidad de Cuidados Intensivos.
Melilla tiene disponibles 14 camas UCI Covid, y llegó a registrar el 70 por ciento de ocupación, siendo una de las más altas del país durante el mes de noviembre.
Aunque el margen en el número de camas Covid en el Comarcal es mayor, pues cuenta con 164, hubo fechas del 2020 en que había hasta 45 pacientes en planta, poniendo a prueba al hospital.
Melilla enfrenta el 2021 con la campaña de vacunación ya iniciada, aplicándose inicialmente a cuatro grupos definidos en una estrategia nacional. Los usuarios y trabajadores de la Residencia de Mayores, el Centro Asistencial Gota de Leche, el Centro Gámez Morón y los pisos tutelados de la Consejería de Salud Pública son parte de primer grupo de prioridad.
El segundo y tercer grupo son el personal sanitario y sociosanitario de la Ciudad de Melilla,tanto del ámbito privado como público. Los grandes dependientes y los trabajadores a su cargo, dentro de los que incluyó a los usuarios de TEAMA, Aspanies, entre otras entidades que trabajan “con personas con un alto grado de discapacidad”; así como las trabajadoras de ayudas a domicilio completan el cuarto grupo de prioridad.
En la ciudad se está aplicando la vacuna de Pfizer a la espera de que lleguen las de Moderna. El proceso de vacunación se hace en dos etapas, se aplica una primera dosis y a los 21 días hay que aplicar la segunda. Son dos pinchazos contra la Covid-19.
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