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Casi 900 personas iniciaron este año la Enseñanza para Adultos

El Centro de Educación para Personas Adultas Carmen Conde comienza el curso de 2019/2020 en las nuevas instalaciones del Mercado Central. Cuenta entre sus aulas con un total de 884 alumnos que se hallan repartidos en un amplio abanico de enseñanzas. Este año cuentan con una lista de espera para las matriculaciones y su directora, Amalia Sánchez Portillo, contó que el centro cada año va ampliando la demanda. “No tenemos tanto espacio para atender a más personas, tenemos siempre muchísima demanda y con una lista de espera de todas las enseñanzas, y este año tenemos un poquito más que el año anterior”, señaló.

En este centro ofertan desde la enseñanza más básica, “puede venir una persona que sea totalmente analfabeta”, indicaba Sánchez Portillo, aunque también tienen enseñanzas para personas universitarias que acuden a este centro a aprender español.

El nivel más bajo de todos es la enseñanza básica, que consta de dos niveles. Las personas que superan el nivel 2 obtienen la primera certificación oficial que equivale a lo que antiguamente se llamaba el certificado de escolaridad. Ahora se llama “Certificado de Enseñanzas Iniciales 2”. Con dicho título, los alumnos pueden acceder a enseñanzas secundarias, y el Carmen Conde tiene la misma oferta que tienen los institutos en la ESO. “El título es el mismo, el título que obtienen en 4º es el de Graduado en Educación Secundaria, pero es una formación adaptada a personas adultas que no pueden tener tantas asignaturas ni tantos horarios”, explicaba la directora, indicando los alumnos pueden sacarse este título realizando cuatro cursos que son cuatrimestrales. De este modo, aquellos que pueden sacarse el curso en cuatro meses en dos años pueden obtener su titulación.

Tras las enseñanzas básicas, el centro también cuenta con Cursos Específicos, que según la directora, los dividen en tres tipos de cursos. El primero es el programa de aprendizaje del castellano, con este curso los alumnos, que en su mayoría tienen como lengua materna el árabe o el tamazight, aprenden español de forma inmersiva. Existen dos niveles, en el primero, un nivel de iniciación puede entrar una persona completamente analfabeta que necesite aprender y a escribir en castellano; y luego está el nivel de usuario básico que está dirigido a personas que necesitan aprender español pero está formada y alfabetizada en su lengua materna. “Ahí tenemos un perfil muy amplio: desde una persona que estudió en su país una Educación Primaria o Secundaria, pero sabe escribir, a una persona universitaria que tienen carreras de otros países”, indicó.

El centro cuenta este año con el Curso Preparatorio para la Prueba Libre de ESO del Ministerio de Educación. Además, también tienen cursos preparatorios para las pruebas de acceso de Grado Superior, y esta es una oferta del centro a la que acuden muchos de los alumnos del Centro de Educación Para Adultos, aunque también hay mucha demanda de personas de fuera del centro y vienen para prepararse específicamente esta prueba que se realiza en el mes de mayo.

También tienen Enseñanzas tecnico-profesionales. Actualmente tienen una Taller de Peluquería, una formación muy práctica con la que sus alumnas, que son en su mayoría mujeres, realizan prácticas en el taller desde el segundo mes del curso. Además, esta materia tiene una inserción laboral posterior muy buena. Otros años también han tenido un taller de patronaje, moda y confección, aunque este año no ha podido ser porque el taller se encuentra en reformas y no hay profesores que puedan dar las asignaturas.

La novedad de este año son unos talleres destinados al “Desarrollo personal y a la participación personal”. Se trata de una enseñanza no formal y dentro de este programa han ofertado un taller de informática “para personas que son analfabetas digitales para ayudarles en cuestiones muy prácticas como sacar una cita médica o solicitar a la Administración online; hay muchas dificultades en esta ciudad”, explicó Sánchez Portillo. En esta edición se han llenado ya todos los grupos por el momento. Asimismo, también tienen un grupo de educación vial para aquellos que tengan también dificultades “lectoescritoras” y así puedan superar la prueba teórica del examen de conducir.

Ellas, la mayoría del alumnado

En cuanto a la presencia de hombres y mujeres en estas enseñanzas, la directora señala que dependen mucho de los perfiles de los talleres. Por ejemplo, en el taller de informática podría estar al 50% de hombre y mujeres; sin embargo, otros talleres como el de enseñanzas iniciales, sí que hay una gran presencia femenina, casi un 90%. En el caso de la Enseñanza Secundaria para Personas Adultas (ESPA), pueden llegar a ser un 65% de mujeres. En Educación Vial también son ellas quienes conforman la mayoría y por supuesto en el taller de Peluquería, que suponen prácticamente el 100% del alumnado. Sánchez Portillo aseveró que está también abierto a los hombres, “pero no hay demanda”.

Ganar con la mudanza

El inicio del curso ha comenzado muy bien, y además cuentan que están “encantados” con esta mudanza a las instalaciones del antiguo Mercado Central. Antes el CEPA se ubicaba en varios barrios distintos, por lo que para ellos ha sido muy importante conseguir esa unificación para el funcionamiento del centro y la coordinación de profesores. Han conseguido agrupar toda la enseñanza formal, la básica, así como algunas de las formaciones específicas que ofrecen.

“Por otro lado, hemos ganado en el espacio que tenemos como edificio: un centro digno y seguro con unas condiciones acústicas muy buenas”, explicó la directora. Además, señaló que los alumnos también le han dicho que no tener el bullicio de la calle García Cabrelles, del edificio de la Mezquita, les ha ayudado a concentrarse mejor.

“Nunca es tarde: uno tiene que estudiar y seguir hacia adelante”

La labor que realiza el Centro de Educación para Personas Adultas Carmen Conde con la enseñanza, de los ciudadanos melillenses y aquellos que arriban a nuestra ciudad es muy importante porque es darle una oportunidad para aprender. El Faro ha hablado con algunos de sus alumnos y han puesto de relieve la importancia que ha tenido la educación en sus vidas y aseveran que nunca es tarde para ponerse a estudiar.

Bussian es de Marruecos y lleva casi 15 años en Melilla, pero desde hace uno es alumno del Carmen Conde. Trabaja conduciendo grúas y antes nunca ha tenido tiempo de ponerse a estudiar hasta hace poco, que ha conseguido encontrar hueco para centrarse en sus estudios por la mañana. El año pasado pudo sacarse Primaria y actualmente se haya en 1º de la ESO. “Nunca es tarde: uno tiene que estudiar y seguir hacia adelante; y no tiene que tener miedo”, dice Bussian. Señala que la gente le tiene miedo a estudiar por el idioma, que en muchas ocasiones puede suponer una barrera. Por ello, este alumno, que tiene 57 años, anima a la gente a no tener miedo, porque además los profesores ponen muchas facilidades a sus alumnos.“Te dan ganas de estudiar”, asevera.

Aprovechar el tiempo

Silvana es otra alumna lleva ya siete años en Melilla, se dio cuenta de que había cosas que no sabía cuando su hijo mayor comenzaba a avanzar en sus estudios de Primaria, por lo que cuando un amigo que estaba haciendo Secundaria en el Carmen Conde le habló de este centro de educación para adultos, decidió matricularse.

Ya hizo toda la ESO, desde 1º hasta 4º, y ahora está preparándose las pruebas de acceso para el Grado Superior. “Porque como madre y ama de casa es muy difícil salir por la tarde a hacer otras cosas, entonces tengo que aprovechar los estudios por la mañana y cuando están mis hijos en clase yo puedo prepararme”, cuenta. Tras la prueba, Silvana pretende continuar sus estudios y cuenta que le gustaría enfocarlos al sector sanitario, y hacer la formación profesional de Laboratorio Clínico y Biomédico.

Por otra parte, también nos encontramos a Salima, es una persona sorda y precisa de una interprete para sus estudios. Cuenta que entró en 2015 al centro de educación para adultos y actualmente se encuentra en 4º de la ESO. “Me veo cómo estoy desarrollando mucho mis actitudes y mis capacidades y estoy perfectamente, me entienden muy bien las personas con los signos, lo hacen todo muy visual”, cuenta Salima.

Cuenta que se encontró muchas barreras al principio, y se dio cuenta de que teniendo el título tenía muchas más posibilidades de hacer otros cursos en el futuro y le interesa mucho aprender.

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