La protesta, que no contaba con autorización, cortó la Avenida Juan Carlos I Rey y terminó con gritos contra El Barkani frente a la Delegación l Los padres aún no tienen el resultado de las autopsias practicadas a los dos jóvenes.
Entre 250 y 300 personas volvieron a manifestarse ayer, entre las cuatro y las seis y media de la tarde, para reclamar justicia por la muerte de los dos jóvenes melillenses, Pisly y Emin, abatidos por la Marina Real marroquí el domingo 27 de noviembre cuando navegaban por aguas de Punta Negri.
Esta segunda protesta, convocada a través de las redes sociales, no estaba autorizada por la Delegación del Gobierno. De hecho, un policía local intentó impedir que los manifestantes cortaran la Avenida Juan Carlos I Rey, pero en cuanto los ánimos se caldearon un poco, el agente desistió y dejó que los manifestantes, que portaban grandes pancartas con fotos de los fallecidos, tomaran la calle.
Lo que en principio iba a ser una concentración de amigos de las víctimas en la Plaza de España, finalmente se transformó en una protesta anti El Barkani en toda regla. Los participantes empezaron pidiendo justicia al grito de “¡Pilsy y Emin, no estáis solos!”, “¡Marruecos mata, España calla!” y “¡Sólo tenían ganas de vivir!” para terminar exigiendo al delegado del Gobierno en la ciudad que diera la cara o corrigiéndole unas declaraciones que los padres de los dos jóvenes aseguran que Abdelmalik El Barkani hizo en Televisión Española, en las que se refirió a la muerte de Pisly y Emin como “incidente”.
Los manifestantes corearon hasta el cansancio “¡No es un incidente, es un asesinato!”, “El Barkani, dónde está”! o “¡El Barkani defiende a tu pueblo”! También se quejaban de que ellos estuvieran de luto y los asesinos de Pisly y Emin, “de tapas”.
Sin noticias de la autopsia
Los padres de Pilsy y Emin (Dris Mohamed y Abdeselam Ahmed) encabezaron ayer, una vez más, la segunda manifestación que los amigos y conocidos de sus hijos organizaron a través de las redes sociales y sacaron a la calle con pancartas de “Queremos saber la verdad” o “Queremos justicia”. La familia de los fallecidos, como el resto, quiere “que la justicia actúe”.
El padre de Pisly aseguró ayer a la prensa que aún no saben qué ocurrió el domingo 27 de noviembre, sobre las 20:20 horas, en la lancha en la que viajaban los dos jóvenes melillenses por aguas marroquíes cerca del Cabo Tres Forcas.
Tampoco tienen los resultados de ninguna de las dos autopsias practicadas a los cadáveres de sus hijos: Una en Nador y la otra en el Anatómico Forense de Melilla.
“De momento aún no nos han comunicado nada oficialmente y no nos podemos pronunciar. Ni tenemos los resultados de la autopsia, ni tenemos nada en nuestras manos. Estamos esperando a que se pronuncie el Gobierno español o en este caso, el delegado del Gobierno”, señaló el padre de Pilsy.
También añadió que en Nador les aseguraron que los resultados de la autopsia practicada en Marruecos tardarían unos diez días. “Desde el miércoles (6 de noviembre) que se hizo la autopsia (en Melilla) estamos pendientes. Daremos un margen de dos o tres días más y (si no hay resultados) tomaremos las medidas que tengamos que tomar. De momento, esperar. Estamos esperando”, añadió.
El padre de Pilsy también aclaró que ni él ni la familia de Emin han convocado la manifestación, pero que se suman y se seguirán sumando a todas las protestas que se organicen pidiendo justicia. “Donde esté la gente con nuestros hijos, ahí estaremos nosotros”, recalcó.
El padre de Pisly subrayó además que las familias se encuentran pendientes de los resultados de las autopsias. “Una vez que nos lo comuniquen, daremos una rueda de prensa con los datos que tengamos. Entonces hablaremos”.
“No es un incidente”
Por su parte, el padre de Emin reconoció que está muy agradecido del respaldo que han encontrado en los cientos de melillenses que por segunda vez salieron ayer a la calle a exigir justicia por “el asesinato” de sus hijos. “No lo esperábamos. El pueblo de Melilla se ha volcado con los chavales porque eran dos inocentes, dos buenazos y es una injusticia lo que han hecho con ellos”.
Detrás de la manifestación de ayer estaba, sobre todo, el enfado por unas supuestas declaraciones de El Barkani en las que afirmaba, que lo ocurrido en Punta Negri es un “incidente”. Los padres de los dos jóvenes abatidos en Marruecos no saben si El Barkani lo dijo antes o después de recibirlos en su despacho de la Delegación del Gobierno. En el encuentro aseguran que El Barkani se puso a su disposición. “Nada más”.
Sin embargo, ayer el padre de Pisly no entendía lo que quiso decir el delegado del Gobierno y se encaró a la prensa, preguntando insistentemente si los periodistas allí reunidos creían que había sido un incidente. “Es un crimen, no es un incidente. El presidente de la Ciudad dijo que era un brutal asesinato”, afirmó con vehemencia.
En este punto le apoyó, también con mucha fuerza, el padre de Emin. “Es un crimen. Han matado a dos chicos que lo único que tenían en esos momentos eran ganas de vivir”, remarcó.
Este último añadió que había recibido una llamada de una funcionaria del Consulado de Nador que le dijo que “posiblemente” tendrían que correr con algunos gastos.
Malika, la madre de Pisly, se erige como el alma de la protesta
Malika, la madre de Pisly, uno de los dos jóvenes asesinados por Marruecos hace quince días en aguas marroquíes (foto superior derecha), se ha convertido en el alma de la protesta.
La mujer hace gala de una fuerza que muy pocas madres tienen cuando acaban de perder un hijo. Malika no llora. Ella grita e invita a la gente que se le queda mirando a que se sume a su protesta: “Hoy por ti, mañana por mí”, animó a corear a los manifestantes o “No nos mire, únete”.
La suya es la fuerza de la mujer musulmana. Una fuerza que rompe todos los estereotipos. Ella dice a los amigos de sus hijos lo que hay que gritar y cuándo y dónde hay que gritarlo. Ella da fuerzas a los que pierden la voz. Malika no se cansa. El dolor la hace bella. La suya es una belleza sin adornos ni lujos ni pretensiones. Es la belleza de una madre joven y humilde que quiere saber quién mató a su hijo.
Consultada por El Faro sobre de dónde saca las fuerzas para dirigir la manifestación, Malika responde con armas de líder: “Si es para reivindicar la paz, la igualdad y la justicia, yo tengo fuerza para todo. Toda la juventud de Melilla y todos los que estamos aquí nos enteramos por la redes sociales. Estamos pidiendo justicia”, dijo.
Ella partió con las mujeres desde la Plaza de España, donde se dieron cita a las cuatro de la tarde los manifestantes, hasta el inicio de la Avenida Juan Carlos I Rey. Allí se desplegaron las pancartas y salió la marcha.
En un principio Malika estaba en segunda línea. Los hombres, que acompañaban a los padres de Pilsy y Emin (foto inferior derecha) encabezaban la protesta. Pero los gritos de Malika y las mujeres se escuchaban más que los de los hombres. Fue entonces cuando ellos dieron un paso atrás. Se hicieron a un lado y dejaron todo el protagonismo a las mujeres, que coreaban consignas del tipo “¡Manos en alto, es un asesinato”!
Cuando la manifestación llegó de nuevo a la Plaza de España, cortó durante breves minutos el tráfico. Fue entonces cuando Malika salió de detrás de la pancarta y animó a la gente a gritar alto y claro contra El Barkani, pidiendo que el delegado del Gobierno “diera la cara”, peguntando “dónde está El Barkani” o reclamando a El Barkani que estuviera del lado de su pueblo.
Fue ella también la que se acercó a los policías nacionales que montaron una barrera para evitar que los manifestantes cruzaran la calle y se dirigieran hacia el edificio de la Delegación.
Ella sabía que el escenario era suyo y que si no sale a la calle a pedir explicaciones por la muerte de su hijo, nadie lo hará en su lugar. Malika no quiere que el “asesinato” pase sin pena ni gloria. Le sobran fuerzas para seguir gritando. Esta mujer tiene la fuerza de un torbellino y el dolor convertido en belleza.