José Luis Suárez Martínez (1 de mayo de 1943) Es meteorólogo, pero se jubiló hace siete años. Fue jefe del Observatorio Meteorológico del Aeropuerto de Melilla desde enero de 1971 hasta mayo de 2013. También es presidente de la Asociación de Vecinos Estopiñán desde el año 1995 y de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Melilla desde 1997.
Aunque nacido en Salamanca, asegura que sus raíces son profundamente asturianas pero la profesión como militar de su padre hizo que vivieran en distintos lugares. “Tengo un especial recuerdo de mi infancia en Canarias, concretamente en Tenerife”. Tiene tres hijos que viven todos en Melilla, uno de ellos todavía con él. En cuanto a su filosofía de vida afirma que “hay que vivir a fondo cada minuto porque el tiempo se pasa volando sobre todo cuando uno se va haciendo mayor”.
–¿Cómo se describiría a nivel personal?
–Fiel a mis convicciones y sobre todo muy puntual. Me fastidia la gente que siempre llega tarde.
–¿Qué prenda de ropa no falta en su armario?
–Muchas corbatas, curiosamente casi todas regaladas.
–¿Le gusta llevar alguna joya? ¿Tiene algún significado especial?
–No soy de llevar joyas.
–Expresión melillense que más use o que le llame la atención
–No se me ocurre ninguna. Después de casi cincuenta años en Melilla creo que me he acostumbrado a todo y nada me llama especialmente la atención.
–Un rincón de Melilla del que nunca se aburre de visitar.
–Melilla la Vieja. Es un lugar que me invita a la calma y a la reflexión.
–Su libro favorito. ¿Cuándo leyó el último?
–Me hipnotizó hasta el punto de leerlo en una noche ‘La llave de Sarah’, que narra las vivencias de una niña, Sarah, durante el holocausto. Luego he visto en Televisión dos veces la película. Me llenó más la novela, pero tanto una como otra dejan un sabor amargo.
Ahora mismo estoy leyendo una novela de Julio Verne, ‘Una ciudad flotante’.
–¿Películas o series? ¿Alguna favorita?
–No me gustan las series de cientos de capítulos. Sí veo algunas de las que cada episodio es completo y no por capítulos. Por ejemplo creo que me he visto ya todas las temporadas del Detective Colombo. En cuanto a películas, prefiero las de acción o policiacas. Recuerdo especialmente algunas, como ‘El Puente sobre el Rio Kwai’, ‘Doce del Patíbulo’ o ‘El Fugitivo’.
–Mi tiempo libre lo dedico a...
–Me consumen bastante tiempo la Asociación de Vecinos y la Federación. Pero me queda tiempo para hacer deporte y estar al día de todos los acontecimientos relativos a la controvertida política actual.
–Un recuerdo de la infancia.
–De niño en Canarias recuerdo que hacíamos unos “cochecitos” con una lata de sardinas y cuatro ruedas cortadas de la suela de una alpargata tirados por un cordel. Un año los Reyes me pusieron un triciclo y yo volví a casa con uno de aquellos cochecitos que había cambiado por el triciclo. Tuvo que salir mi padre corriendo a recuperar el triciclo. No se me olvidará nunca.
–Un juguete.
–Sin duda, el triciclo de la pregunta anterior.
–Su fiesta favorita.
–La Navidad, referente familiar de toda mi vida.
–¿Cocina? ¿Se le da bien?
–Se podría decir que soy un cocinillas. Y en opinión de los que lo han probado no lo hago del todo mal.
–No puede resistirse a un plato de...
–Fabada asturiana en invierno y paella en verano. Aunque a unos langostinos de la Mar Chica tampoco les haría ascos.
–¿Qué tarea del hogar no soporta?
–Tener que plancharme las camisas. Me pone de los nervios.
–¿Personaje histórico que le llame la atención?
–Teresa de Calcuta. Creo que Podría ser la encarnación de Cristo dos mil años después.
–Si pudiera viajar al pasado, ¿a qué época le gustaría ir?
–No soy de pensar en el pasado. Prefiero vivir el presente y preparar lo mejor que puedo el futuro.
–¿Viajaría al futuro?
–Si con ello pudiera saber lo que me espera y cómo prevenirlo, sin duda. Pero con vuelta, claro.
–¿Es supersticioso?
–En absoluto. No creo para nada en supersticiones.
–¿Se arrepiente de algo?
–Sin duda de haber perdido el tiempo muchas veces en luchas que no conducían a nada.
–¿Cuál es su principal miedo?
–Morirme sin dejar todas mis cosas atadas y bien atadas para no crear problemas a mis descendientes.
–Algo que deteste de usted mismo.
–Soy muy cabezota. Y eso me ha traído más cosas malas que buenas.
–Un lugar de ensueño para ir de vacaciones.
–Sin lugar a dudas, Hawái.
–Si le tocara la lotería…
–Lo pensaré en el improbable caso de que me toque, pero desde luego lo primero unas vacaciones en Hawái.
–Un chiste.
–Están dos borrachos en un bar y uno le dice al otro. “Deja ya de beber que empiezo a verte borroso”.
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