Carlos Echeverría: “Es importante darse cuenta de que las dos ciudades pueden mirar en otras direcciones”

Hoy se presenta en la Uned a las 19:30 horas el informe ‘Ceuta y Melilla o cómo convertir una grave crisis en la mejor de las oportunidades’. Es el primer trabajo del Observatorio de Ceuta y Melilla, una entidad que nace en el seno del Instituto de Seguridad y Cultura para dar respuestas a una necesidad urgente de responder a los desafíos cada vez más importantes a los que ambas ciudades deben hacer frente. El director de este observatorio, Carlos Echeverría, también profesor de Relaciones Internacionales de la Uned y miembro del Consejo Académico del Instituto de Seguridad y Cultura nos explica por qué surge esta institución y cuáles serán sus siguientes pasos.

–¿Cómo surge crear el Observatorio de Melilla y Ceuta?

–Pues porque para algunas personas como yo, que llevamos muchos años trabajando en temas relacionados con la geopolítica, el estrecho de Gibraltar, las relaciones euromediterráneas y de más, y que, además, en mi caso he tenido el privilegio de ir a ambas ciudades, como en seminarios y otras actividades, era evidente que la situación de Ceuta y de Melilla requieren de un trabajo riguroso y permanente que esté alejado de la política y de cómo en diversas ocasiones son tratadas y, en muchos momentos, olvidadas.

Así que la idea es crear una herramienta que permita estudiar de forma permanente las distintas dimensiones de las ciudades y todo en clave de defensa del interés general y de defensa de los ceutíes y melillenses. Y de que el resto de España, y también Europa, sepan de ellas y de sus necesidades y desafios.

–¿Qué especial atracción tienen Ceuta y Melilla que provoquen esta constitución de un observatorio para ellas en exclusiva?

–Por la situación de las mismas. Yo soy profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas de la Uned, pero si fuera economista o sociólogo, seguirían siendo atractivas. Las ciudades tienen un atractivo enorme por su situación geográfica, por lo que representan y, por ejemplo, para un economista es la frontera más dramática del mundo y te la encuentras de pronto.

Y por su puesto, en términos geoestratégicos, tienen un interés más. Son territorio español, pero situado en otro continente y en una zona geopolítica tan sensible como ésta es importante tener una visión clara y, sobre todo, una revisión permanente, no solo de las autoridades del Estado, sino de la propia sociedad y la opinión pública. Cuántos españoles de otros rincones no solo no han estado en estas dos ciudades sino que no saben si quiera dónde están Ceuta o Melilla y muchas otras cosas que hay que dará a conocer.

El Estado y sus herramientas y otros factores no lo han hecho con la suficiente profundidad, era ya llegado el momento de que creáramos una herramienta que ayude a ello.

–¿Por qué empezar el observatorio con un análisis sobre la economía de las dos ciudades con la presentación del informe ‘Ceuta y Melilla o cómo convertir una crisis en la mejor de las oportunidades?

–Es una dimensión importantísima. Decíamos antes que están en la frontera más dramática del mundo y eso ya de por sí es algo que tenemos presente y difícilmente podemos cambiar.

Luego la economía de ambas ciudades durante décadas ha estado más centrada en su frontera su con el Reino de Marruecos que en cualquier otra actividad económica posible. Era, por tanto, un comercio transfronterizo, y su cierre por parte de las autoridades marroquíes obliga ya a plantearse esto de otra manera.

Pero la economía era un buen arranque también, y eso no hay que perderlo de vista, porque la situación actual de poco más de un año a esta parte ha ido a una situación cada vez más preocupante. Para el resto de los españoles, si antes no estaban suficientemente preocupados por Ceuta y Melilla ahora estamos obligados a estarlo porque evidentemente es el momento de dar respuesta a desafíos muy importantes.

–¿Cómo puede recuperarse Melilla del cierre de la frontera?

–El mensaje que estamos dando en estos informes y los autores, hablan con propiedad porque ambos son economistas, es que aunque antes estaba abierta la frontera para mantener la vida económica no era la más deseable. Ahora es importante que nos demos cuenta de que son ciudades que también pueden mirar en otras direcciones. Son ciudades portuarias, son ciudades que tienen que profundizar sus relaciones con el resto de España y también con la UE. Son unos polos políticos importantísimos y hay muchas cosas que es hora de que se pongan sobre la mesa y que antes estaban, en buena medida, eclipsadas por la realidad de ese comercio transfronterizo. Parecía que en eso se iba a centrar todo y que iba a mantenerse de esa manera. Ahora nos damos cuenta de que no y, por lo tanto, es el momento de explorar otras actividades que podrían haber sacado adelante antes, pero bueno, más vale tarde que nunca.

–¿Cómo se va a poder plantear el cambio total de la economía de la ciudad si no hay consenso político ni para aprobar las bases de las ayudas para empresas afectadas por la Covid-19?

–Bueno, pues efectivamente eso que ha dicho es una dificultad añadida más. En este caso es propia nuestra. Debemos desarrollar la suficiente madurez y seriedad para hacer esos planteamientos políticos que son divergentes y, que es normal que lo sean, no nos dividan y nos debiliten aún más. ¿Por qué? Porque estamos en un momento crítico en el que, lo preciso, lo obligado es unir fuerzar. ¡Ojalá lo consigamos nosotros con esta propuesta y actividad del observatorio!

–En Ceuta este documento ha sido elaborado por la consejera de Hacienda, pero no en Melilla. ¿Cómo harán para que se tenga en cuenta por el Gobierno?

–Nosotros lo que pretendemos con el observatorio es poner sobre la mesa esas inquietudes, facilitar un marco de discusión de esas dificultades para encontrar soluciones. El observatorio es pura y simplemente una herramienta para dinamizar el conocimiento y la acción.

–¿Cuáles son los proyectos futuros?

–Tenemos previsto trabajar sobre otras cuestiones de importancia, por ejemplo, sobre la frontera, sobre las relaciones con la UE, de las diferentes herramientas que debe desarrollar el Estado en beneficio de las ciudades...

–¿Se plantean analizar lo que significa el porcentaje de población inmigrante para Melilla, así como qué supone el elevado número de niños extranjeros o el CETI?

–Es uno de los estudios que se puede hacer. Esta situación, la de ser la frontera más dramática del mundo, ser frontera terrestre con un país que reclama a las dos ciudades, hace que la dificultad sea aún mayor. Aunque todo eso hay que gestionarlo. Hay que poner sobre la mesa estos desafios. La clase política, tanto la que tiene responsabilidad de Gobierno con la que no, deben dar soluciones.

–Ha hablado de que se pueden analizar las relaciones con la UE ¿Por dónde cree que hay que empezar?

–Lo primero que debemos tener claro, primero los españoles y luego los miembros de la UE es que esas fronteras no exigen una responsabilidad. Es decir, las fronteras están ahí y son una herencia de la diplomacia y hay que protegerlas, salvaguardarlas, y pensar que son fronteras y normalizadas, en las que el tránsito se debe dar de una forma seria y rigurosa. No olvidemos que la UE se presenta ante el mundo como un actor global y político, económico importante. Y lo que no puede tener son fronteras que en su funcionamiento cotidiano no den esa imagen. Así que la idea de frontera claro que la vamos a analizar y será el siguiente paso una vez se ha hecho el análisis económico. Ahora ya estamos en esa segunda fase.

–¿Cómo afectará la Covid-19 a las relaciones de Melilla con Marruecos?

–La Covid-19 está afectando a las sociedades a nivel interno. Fíjese cómo estamos los españoles en nuestras familias y en las pequeñas poblaciones. Y va a tener indudablemente su impacto en una zona en la que el tránsito humano era fluido hasta que se mantuvo ese comercio atípico, esa relación tan curiosa que era el comercio transfronterizo. Pero eso se acabó y no por el coronavirus. Pero la Covid va a tener su impacto en el día después de esta situación actual. Probablemente no será la vuelta a aquella fase del comercio atípico, pero exigirá en un momento dado un intercambio humano y una fluidez de movimiento. Hoy por hoy es una dificultad más para Ceuta y Melilla

–¿Cómo está actuando Marruecos con Melilla y Ceuta?

–Evidentemente es un comportamiento que aporta unas dificultades a la vida cotidiana de las personas y en el ámbito de lo político y lo diplomático es una actitud más que criticable. Nunca ha sido una vecindad fácil la hispano-marroquí pero ahora es una dificultad mucho más compleja y ya veremos cuál es su evolución.