Sociedad

El Carillo/Ángel Squembri: “Aprender de mis errores ha sido mi mayor éxito para lograr ser quien soy”

Ángel Sánchez Vargas (9 de octubre de 1978) Sus apellidos reales son Sánchez Vargas, aunque todo el mundo le conoce por el apellido de su padre, Squembri. “Supongo que soy empresario, aunque me gusta pensar que sigo siendo diseñador gráfico”, asegura. Sobre su familia dice que son su “motor y gasolina”. Y su filosofía de vida es “vive y deja vivir”.

Estudió Bellas Artes y se enfocó en Gráfica Publicitaria a través de un grado superior de formación profesional y un máster en Publicidad Online que enlazó con un MBA Business Expert en Gestión y Administración de empresas. “Después de todas estas volteretas decidí poner los pies en la tierra y tomar bien las riendas de todo lo estudiado para fundar y dirigir una Agencia Creativa de nombre Squembri que cuenta con más de 14 años de experiencia en el sector, sedes en Granada y Málaga y más de 20 premios nacionales e internacionales como son los Anuaria, Clap o Agripina”.

Explica que cuentan con clientes, como Cruzcampo, Fundación Ronald McDonald, El Corte Inglés, Junta de Andalucía, Caja Rural o NH Hotel Group, entre otros muchos. “Han depositado su confianza en Squembri, lo cual hace que me sienta orgulloso de mi agencia y de mi equipo”.

Además Squembri, se ha dedicado a la docencia, la formación y vinculación con el sector de la creatividad y el diseño perteneciendo al CdeC (Club de Creativos de España), a la ADC*E (Art Directors Club of Europe), además de promover el diseño andaluz a través de la AAD (Asociación de diseñadores de Andalucía) de la cual tiene el cargo de vicepresidente.

“En paralelo a esta carrera soy socio de varios negocios vinculados al mundo del turismo y la hostelería”, añade.

–¿Cómo se describiría a nivel personal?

–Me considero una persona muy optimista, extrovertida, empática y creativa. Si le preguntas a mi chica seguramente te diga otra cosa, por eso soy tan optimista.

–¿Qué prenda de ropa no falta en su armario?

–Converse negras y unas Adidas rojas Gazelle. Son dos prendas que me acompañan desde el año 1994.

–¿Le gusta llevar alguna joya? ¿Tiene algún significado especial?

–Normalmente no llevo colgantes o pulseras, ni siquiera reloj. Sí llevo un piercing en la ceja de una época anterior de la que me cuesta desprenderme.

–Expresión melillense que más use o que le llame la atención.

–Tengo bastantes expresiones ‘melillitas’ que ya son leyenda entre mis compañeros de trabajo; ‘tssss’, ‘na má’ o ‘chivani’. Éstas y algunas otras forman parte de mi vocabulario.

–Un rincón de Melilla del que nunca se aburre de visitar.

–Melilla es una ciudad muy pintoresca y de estampas para enmarcar. Para mí es casi pecado bajar a Melilla y no darme una vuelta por Melilla la Vieja o por el centro de la ciudad. También me gusta navegar con mi primo Juanjo y siempre aprovecho para salir a pescar con mi padre o echar un vistazo a Melilla desde el mar.

–Su libro favorito. ¿Cuándo leyó el último?

–Es una pregunta complicada. En diferentes momentos de mi vida hay libros que me han marcado. Hubo una época en que no podía parar de leer libros de Paul Auster, recuerdo ‘Brooklyn Follies’ como uno de mis favoritos. Luego estuve hechizado con la colección de Harry Potter. Llegó otra fase en la que estuve enganchado a las novelas de ciencia ficción, donde disfruté como un niño con ‘Tulipanes de Marte’. Y ahora ando más volcado en novela negra y libros sobre emprendimiento. El último lo acabé hace un rato, ‘La noche del fuego’ de Pablo Poveda, una colección curiosa, pero no muy reseñable.

–¿Películas o series? ¿Alguna favorita?

–Por una cuestión de tiempos me he acostumbrado a ver series, rara vez veo una película a no ser que sea de ciencia ficción. De lo último que estoy viendo destacaría ‘Raised by Wolves’, ‘Mare Of Easttown’ y ‘El inocente’.

–Mi tiempo libre lo dedico a...

–Si algo he aprendido con los años es que debemos dedicar todo el tiempo posible a la familia. Es algo que ya tenía claro desde que nació mi hija Zoe. Pero lo vivido en este último año me ha servido para potenciar ese sentimiento familiar, hasta el punto de que mientras escribo estoy esperando que llegue el taxi que nos llevará al aeropuerto para coger un avión a Melilla. ¿Para qué? Para visitar a mi familia y amigos.

–Un recuerdo de la infancia.

–Tengo muy buenos recuerdos con mis primos en verano acampando en la Bocana, tardes sin preocupaciones en el paseo marítimo, la primera vez que entré en el colegio La Salle o el sabor de la tortilla de patatas con guisantes de mi padre.

–Un juguete.

–Cualquier figurita de películas de los 80.

–Su fiesta favorita.

–Desde que soy padre, las Navidades con mis hijos, Zoe y Leo.

–¿Cocina? ¿Se le da bien?

–Mucho y relativamente bien. Mis padres siempre nos hicieron muy participes en las labores de casa y la cocina era una de mis favoritas.

–No puede resistirse a un plato de...

–Unos pinchos del Sadia o el cous-cous que hace mi madre y cuya receta ha pasado a mi hermana Vero.

–¿Qué tarea del hogar no soporta?

–Poner lavadoras. En casa compartimos tareas, pero con los años he conseguido librarme de ponerlas.

–¿Personaje histórico que le llame la atención?

–Complicado quedarme con uno. Mis preferidos: Nikola Tesla, Stephen Hawking, Isaac Asimov, Keith Haring, Cruz Novillo, Robert Zemeckis o Moebius.

–Si pudiera viajar al pasado, ¿a qué época le gustaría ir?

–Siempre he pensado que nací demasiado tarde. No me hubiera importado vivir la década de los 80 con unos años más.

–¿Viajaría al futuro?

–¿Dónde hay que firmar?

–¿Es supersticioso?

–En absoluto, pero por si las moscas no me pidas que pase por debajo de una escalera.

–¿Se arrepiente de algo?

–He cometido muchísimos errores en la vida, pero pienso que aprender de ellos ha sido mi mayor éxito, para lograr ser quien soy hoy. No me arrepiento de nada.

–¿Cuál es su principal miedo?

–El principal es perder a un ser querido, sobre todo, a uno de mis hijos. Intento no pensar demasiado en ello, pero es un miedo recurrente en mi conciencia.

–Algo que deteste de usted mismo.

–A veces detesto el nivel de empatía que tengo. Sé que soy muy cansino intentando siempre agradar a todo el mundo, sobre todo, porque trabajo con muchísima gente diferente a diario.

–Un lugar de ensueño para ir de vacaciones.

–Bali.

–Si le tocara la lotería…

–La repartiría entre mis seres queridos, aunque guardaría un buen pellizco para mí.

–Un chiste.

– “Van dos y se cae el de en medio”. Odio los chistes.

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