Sucesos y Seguridad

Capturan a un toro de 600 kilos que se lanzó al río tras huir de su ganadería

  • El animal se escapó del corral de una empresa en la Carretera de Hidum, saltando dos vallas y rompiendo una puerta

La imagen era casi increíble. Un toro en el cauce del río de Oro. Era tan espectacular que decenas de melillenses pararon durante unas horas sus quehaceres para ver cómo intentaban capturar a este animal entre veterinarios, ganaderos y la Policía Nacional y Local.

El dueño aseguró a El Faro que se trata de un ternero, de la ganadería que hay en la Carretera de Hidum. Pero es que es un animal muy grande: 600 kilos de peso.

El toro fue atrapado sobre las 10:45 horas, pero estuvo durante más de tres horas ‘huido’ de su corral. De hecho, acabó saltando cinco metros de altura de la carretera al río cuando se vio atrapado muy cerca del colegio Constitución.

Los propietarios llevaron incluso un camión con otro toro en el interior como reclamo. Pero sólo los tranquilizantes que le pusieron los veterinarios consiguieron calmar al animal.

Un gran susto

“Por fortuna, todo quedó en un gran susto”. Así lo aseguró el propietario del toro. Explicó que “se volvió loco”. Aseguró que el animal saltó dos vallas y llegó a romper una puerta para salir de la zona donde estaba desde hacía 20 días. De hecho, no entiende la actitud de este animal. “Se supone que era un ternero manso, pero de vez en cuando nos toca alguno que es algo más bravo”, aseveró.

Este empresario de la ciudad indicó que los trabajadores salieron detrás del toro, que huyó en dirección a la Carretera de Farhana.

El temor de todos era que un vehículo chocara contra él causando algún accidente o que embistiera, aunque no tiene cuernos, a los ciudadanos que estaban en la calle.

El animal consiguió llegar a una explanada que hay cerca del colegio Constitución sin causar daños. Ahí le acorralaron. El objetivo era atraparlo o que entrara en el cauce del río para evitar incidentes con los melillenses.

Pero el toro les dio un nuevo susto lanzándose al cauce desde una altura de cinco metros. Por ello, añadió el propietario, los ciudadanos podían ver que el toro cojeaba de una de las patas.

Río arriba y río abajo

Tras esa escena vino la huida por el río. Llegó hasta los puentes que unen la zona del centro de la ciudad con el Industrial. Allí la expectación fue máxima. Decenas de personas se situaron a ambos lados del río y en los puentes para ver a dónde iba el toro y cómo el animal ‘toreaba’ a los ganaderos, el personal del matadero y los agentes de Policía.

Por mucho que los hombres que estaban en el río llamaban la atención del animal para atraparlo, éste hacía caso omiso o se lanzaba hacia ellos ocasionando gritos y risas de los ‘espectadores’.

Como no había forma de contener al toro, los ganaderos optaron por traer otro animal para ‘acompañarlo’. Los hombres trajeron a un toro manso al que ataron para evitar que también se escapara. Pero el protagonista de esta historia no le hizo ni caso. Prefirió seguir tan campante por el cauce del río. Entonces, pusieron en marcha el dicho: ‘Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma’. Y acercaron el camión a la mitad del río. Los intentos continuaron durante varios minutos y ni soltando un poco al otro toro consiguieron atraerlo hacia el camión.

El animal se escapaba cada vez más y en un intento de continuar su camino corrió hacia la desembocadura del río. Justo cuando llegó al puente del Paseo Marítimo, un vehículo de la Policía Nacional le impidió el paso y consiguió retenerlo junto a otros vehículos.

Dardos tranquilizantes

El toro volvió de nuevo al puente que enlaza con la plaza de San Lorenzo. Fue en esos instantes cuando los veterinarios entraron en acción y lanzaron un par de dardos con tranquilizante.

Sin embargo, no tuvieron su efecto y acabaron acercándose al animal para ponerle la inyección de forma directa. Desde Criadero de Carlos explicaron que esos dardos son para perros y la piel del toro es más dura. De ahí que no surtieran el efecto deseado. No obstante, a los pocos minutos, el animal se calmó. Los ganaderos aprovecharon para atarle una cuerda y subirlo al camión.

El sacrificio

El propietario de este toro asegura que habrá que esperar unos 20 días para llevar a este animal al matadero. Es el tiempo necesario para que esos medicamentos no afecten al consumo humano.

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