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Capricho o tradición, los huesos de santo no notan la crisis

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Las confiterías de Melilla preparan los panellés de mil sabores y los buñuelos de chocolate, crema y nata para satisfacer los paladares más golosos.

Los dulces son irresistibles, y sino que se lo digan a los confiteros y pasteleros de Melilla que durante estos días están viendo cómo los expositores que muestran los panellés, los huesos de santo y los buñuelos están siendo repuestos porque desaparecen enseguida. La crisis afecta al bolsillo de los ciudadanos, pero ¿quién se puede negar a comprar aunque sea un cuarto de kilo de estos manjares? Y es que con la excusa de que es una tradición del día de Todos los Santos o que viene visita a casa para tomar un café, los melillenses estaban esta mañana de compras buscando las mejores pastelerías para comprar estos tres dulces tan característicos de esta época.
José España, propietario y confitero de la pastelería España, lleva toda su vida dando forma a los huesos de santo y a los buñuelos. Asegura que la Confitería España  continúa realizando estas recetas de sus padres de forma artesanal, y es que el secreto de que estos dulces estén tan ricos no sólo depende de que los ingredientes sean los mejores, sino de que las manos que amasen sean cuidadosas y expertas. “La receta es la de siempre, pero quien trabaja más fino y utiliza buena materia prima se acaba notando”, aseguró en declaraciones a El Faro.
En la Confitería España no saben cuántos kilos de dulces harán, porque siempre esperan a ver la respuesta del público para elaborar más o menos.
José España comentó que cuando comenzó en esta profesión había muchos menos variedad de dulces, es decir, que de huesos de santo estaban los naturales y otros pocos, como el de yema o chocolate, pero ahora podemos disfrutar de los que están rellenos de castaña, trufa, limón o turrón de jijona.
En cuanto a los buñuelos, podemos comprar estos pequeños dulces rellenos de fresa, chocolate, vainilla, nata o limón. Cómo para que alguien de la familia o de los amigos rechace comerse uno de ellos.
En la Confitería Gurugú también tuvo ajetreo ayer con la venta de los panellés, huesos de santo y de los buñuelos. De hecho, para las doce de la mañana, tan sólo les quedaban buñuelos de chocolate y panellés de varios sabores. Los huesos de santo volaron de los expositores.
Limón, naranja, café o almendra son los sabores de los panellés de esta fábrica artesanal de dulces, que no sólo atraían la atención de los melillenses que deseaban cumplir con la tradición de la compra de estos dulces, sino de los niños, ya que los colores de estos manjares hacía más atractiva la compra.
En la pastelería Royal también vendieron ayer kilos y kilos de buñuelos y huesos de santo.
Y es que aunque el precio puede parecer alto, los buñuelos están entre doce y 16 euros, los panellés sobre los 26 y los huesos de santo entre 25 y 26, nadie puede resistirse a un dulce el 1 de noviembre, bien por goloso o por tradición.

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