El candidato por el PSOE al 22 de Mayo y secretario general de los socialistas melillenses intentó ayer desmarcarse de la campaña electoral, cutre y friki, en palabras del diputado nacional Antonio Gutiérrez, que se está llevando a cabo en Melilla. Dionisio Muñoz puso como ejemplo a su partido frente a la praxis que imputó a otras candidaturas. Olvidó, en el día previo a la jornada de hoy, dedicada precisamente a Internet, que su apuesta por las redes sociales como un elemento más de su campaña hacia las urnas la ha convertido en una plataforma de insulto a periodistas como la que suscribe.
Lo suyo no es más que un ejercicio de hipocresía de idéntico calibre al de aquellos que quieren negar lo innegable. Hablemos por ejemplo del PPL, hostil en exceso contra el PP pero indulgente en la misma medida respeto de aquellos con los que dice que nunca pactará. Nada se ha oído en el partido de Velázquez sobre lo sucedido con las obras de la nueva casa de Aberchán, donde un accidente laboral acabó destapando el empleo ilegal de trabajadores marroquíes, sin que el suceso haya motivado el más mínimo pronunciamiento por parte de la candidatura de Liarte o la del socialista Muñoz.
Hablemos por ejemplo de la coincidencia a la hora de sacar tajada de la presencia de Dudú en Melilla, como un elemento más contra el PP, mientras se silencia que el propio Dudú reconoció públicamente que en las elecciones del 99 sí vino a Melilla, atraído precisamente por el mismo Velázquez que ahora tanto lo denosta en beneficio de su discurso coincidente in extremis con el del socialista Muñoz.
Hablemos por ejemplo del silencio de los socialistas respecto de la renuncia de un candidato de CpM, tras saberse que trascendería su condena por una agresión a una menor, y su empecinamiento extremo por extender a todo el Gobierno Imbroda y al PP la condena por malos tratos en 2008 al exviceconsejero y excandidato de los populares, Mimón Mehamed.
Hablemos de los silencios ilustrativos de Liarte y Velázquez respecto del feo asunto del voto por correo en las Generales o la inclusión de imputados en el mismo procedimiento judicial en los principales puestos de las candidaturas de PSOE y CpM.
No sé a quién quieren engañar jugando ahora a chicos buenos y modélicos. Juegan a lo que juegan y no pueden engañarnos con consignas de última hora.
No obstante, comparto con el no candidato, es decir, el aludido Velázquez, que la oposición al Gobierno Imbroda ha sido mucho peor que la propia gestión del PP en Melilla. También comparto con el no candidato que si algo hay que hace mejor aún al principal candidato del PP para las próximas elecciones es lo funesto que son los componentes del bloque aliado PSOE-CpM, ahora circunstancialmente separado en aras a una estrategia dudosa que, como mucho, no hace otra cosa que exhibir sus muchas y claras contradicciones.
Si alguien de los partidos en liza puede dar lecciones a los demás en esta campaña electoral no son otros que los modestos candidatos de UPyD, tan afanados en demostrar que otra forma de hacer política es posible y, sin embargo, atenazados por la maquinaria de los grandes partidos y candidaturas champiñón como la del nuevo PPL, cuya capacidad de medios para contratar a personal en sus oficinas y organizar actos y repartir propaganda a todo pisto resulta cuando menos chocante.
La campaña es sucia porque una vez más se ha instaurado el todo vale, desde el llamamiento al voto de los españoles melillenses de origen bereber en función de su confesión mayoritaria como musulmanes, hasta la guerra de las vallas o destrucción constante de propaganda cepemista y popular. Unos y otros se acusan de unos actos vandálicos que no benefician a ninguno de ellos. Habrá que preguntarse a quién benefician en realidad.
En esa espiral, las candidaturas parecen haber perdido un poco el norte, y el PP peca de un celo que puede ganarle antipatías, por su empeño ahora en perseguir que en los carteles de CpM aparezca la expresión "Inshallah", tan al uso en nuestra ciudad y tan poco dañina para el conjunto de los melillenses.
También anda por ahí haciendo propaganda indirecta al PPL de Velázquez advirtiendo a los electores que no se dejen confundir por los falsos populares. “No te dejes engañar por los que quieren liarte”, reza un nuevo slogan de unos folletos que intentan aleccionar a la gente sobre las normas básicas a seguir en el ejercicio del voto, en un exceso nuevamente de celo que, sinceramente, me suena a campaña indirecta a favor de un candidato tan desconocido para la mayoría, como es el caso del cabeza de lista del nuevo y controvertido PPL.
La campaña electoral puede conseguir que más de uno pierda los papeles. Hay quien lo hace en Internet, insultando a los periodistas impunemente, quien se tira al monte y pide el voto de los musulmanes como un acto de fe, y quien se trasmuta en lo que no es para intentar engañar a los ciudadanos. Una vergüenza. Por eso dije que con campañas como esta no íbamos a ninguna parte y que lo deseable es que pasara lo antes posible, aunque esto, en Internet y en las páginas del PPL, me haya servido para que su principal candidato me tache una vez más de impresentable.
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