La temperatura es clave en la aparición de medusas, explica a El Faro Francisco J. Pérez, coordinador de SEO BirdLife Melilla, y es por ello que el cambio climático favorece la proliferación de estos animales marinos. En este sentido, Pérez recalca que este mes estamos por encima de la media de grados. “Es el factor relevante”, subraya.
“A mayor temperatura del agua, encuentran las condiciones óptimas para formar estos grandes bancos para reproducirse y por lo tanto se las ve en mayor medida”, apunta.
Muy incómodas para los bañistas en las playas, el que las medusas se acerquen a la orilla tiene que ver con varios elementos, como pueden ser los vientos, la lluvia, incluso el cambio de salinidad en el agua, pero sobre todo, recalca, tiene que ver con fenología, es decir, la época en estival que hay.
Y es que las medusas son adultas desde mitad de la primavera hasta el final del verano, el resto del año se encuentran en pólipos o huevos, dice Pérez. Es por ello que no las vemos el resto del año.
Las olas de calor, como la que tuvo lugar la semana pasada, hace que aumenten los grados del mar y ello favorece que se encuentren bancos de medusas como los que se han visto en Málaga esta semana o incluso en Melilla.
Hay personas que tienen la sensación de que las medusas tienden más a aparecer por la tarde que por la mañana. Aunque Pérez no cree que sea un factor relevante, Pérez piensa que puede ser porque la temperatura del agua aumenta a medida que pasan las horas del día y eso hace que ellas vayan subiendo después de haber estado en zonas de profundidad, donde la temperatura es más estable.
Así pues, si se suman unas altas temperaturas a unos vientos o unas mareas predominantes que las atraen hacia las playas, “pues tenemos el caldo de cultivo perfecto para que aparezcan”, asevera Pérez.
Las principales especies que se ven en Melilla son la Pelagia noctiluca, esas que son pequeñas y de color marrón o de tono púrpura oscuro que tiene una picadura bastante más fuerte que la típica aguamala, y la Rhistozoma pulmo, unas de color rosado y de gran tamaño cuya picadura generaba una ligera urticaria, explica Pérez.
En alguna ocasión la famosa carabela portuguesa (Physalia physalis) también se ha dejado ver en la costa melillense y Pérez subraya que “probablemente es la medusa más venenosa que existe en el mundo”.
Si bien su área natural eran las aguas cálidas del planeta, principalmente en la zona tropical, desde hace unos años se la ve en el mar Mediterráneo debido al aumento de la temperatura del agua.
“Son reconocibles porque tienen como una gran vela transparente y gelatinosa que suelen sacar fuera del agua. Importante no confundirla con las Velella velella, que es otro animal similar que sin embargo no es nada venenoso y no tienen tentáculos”, detalla el coordinador de SEO en Melilla.
Recomienda que si se avistan medusas, se avise a los socorristas para así, si hay en gran cantidad, que estos puedan avisar al resto de personas que están en el agua.
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