Un joven se enfrenta a una posible condena de dos años y medio de prisión como presunto autor de un delito de robo con fuerza en las cosas. Según relata la fiscal en su escrito, el acusado fue descubierto a través de las cámaras de seguridad del centro penitenciario de la ciudad, que lo filmaron robando en el interior de un vehículo. Estos hechos tuvieron lugar el pasado 5 de marzo y ayer fueron llevados ante el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 1.
El procesado aseguró en la vista que esa noche no salió de su casa, donde estuvo viendo la televisión con su madre hasta que fue reclamado por agentes de la Policía Nacional. Señaló que los funcionarios llamaron a su porterillo tras recibir la descripción física del ladrón, que coincidía con la suya. “Me dijeron que tenía que acompañarlos y ya en comisaría me informaron de que era por un robo con fuerza”, manifestó el joven.
La propietaria del vehículo afectado por el robo apuntó que conocía al procesado desde que era pequeño porque ambos vivían en el mismo barrio. “Cuando era chico lo llevaba conmigo al colegio en el que trabajo como maestra”, dijo.
Daños en el coche
La mujer aclaró que no presenció los hechos, sino que tuvo conocimiento del robo a través de la Policía. Según dijo, encontró roto el cristal de una de las ventanas del vehículos y uno de los tiradores estaba totalmente arrancado de la puerta. Además, la silla del bebé apareció arañada y le desaparecieron unas gafas de sol.
Por otro lado, prestó declaración la vigilante del centro penitenciario que observó a través de las cámaras de seguridad cómo se ejecutaba el robo con fuerza. “Un compañero y yo vimos a un individuo encapuchado y le hicimos un seguimiento con las cámaras, porque nos pareció raro que a esas horas fuera con la capucha”, relató.
Según explicó la trabajadora, se dieron cuenta de que tenía una actitud sospechosa y de que, cuando pasaban coches, intentaba disimular. Finalmente, vieron a través de las cámaras cómo se dirigía a un descampado y rompía el cristal de un coche. “Llamamos a la Policía al ver que se metía dentro del vehículo”, rememoró. La vigilante admitió que no podría identificarlo por el rostro, pero sí por la vestimenta que llevaba.
Ayer también declaró la madre del joven acusado, quien sostuvo que no salió de casa por la noche. Sin embargo, no supo aclarar a qué hora llegó a la vivienda.
La misma ropa
La última persona que declaró fue uno de los agentes de la Policía Nacional que intervinieron en la detención. Afirmó que, tras recibir el aviso del robo, un compañero se desplazó hasta el lugar vestido de paisano, pero no localizó a nadie. “Íbamos por la calle Río Darro cuando vimos al acusado salir del portal con la misma ropa que nos habían descrito, con una sudadera de cuadros”, expuso el policía. El funcionario aclaró que la vigilante reconoció al procesado como la misma persona que aparecía en las grabaciones.
Según se puso de manifiesto en la sala, el acusado cuenta con numerosos antecedentes penales del año pasado y del presente. Se le ha condenado por otros dos delitos de robo con violencia, otro de receptación y uno contra la seguridad vial por conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas.
La defensa solicitó la absolución de su representado alegando que no había suficientes pruebas para condenarlo. El magistrado tendrá que dictar sentencia.
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