Editorial

La CAM lanza un salvavidas

La Consejera de Hacienda, Dunia Almansouri, adelantó ayer que el Plan de Contingencia Económica de la Ciudad frente a la crisis Melilla y para el establecimiento de las prioridades de cara a la atención a los más necesitados. Para ello, la responsable de las cuentas planea reordenar los presupuestos de este año para ponerlos al servicio de todos los ciudadanos que lo están pasando mal. Además, se acudirá a la financiación externa para contar con mayor liquidez y se exigirán los millones en subvenciones nominativas que el Estado central debe desembolsar a Melilla.

El plan de choque que prepara el Ejecutivo local se desarrollará en tres grandes ejes para atender a las necesidades de las familias y de las empresas y atajar el desempleo que la crisis va a generar.

Con esta decisión, el Gobierno de nuestra ciudad demuestra valentía, está dispuesto a poner toda la carne en el asador por proteger a los melillenses de los duros tiempos que se avecinan una vez se controle la pandemia de COVID-19 y tengamos que hacer el control de daños.

Es fundamental que el Ejecutivo local cuente con un plan de estas características y que sea analizado y mejorado, si cabe, por el resto de grupos parlamentarios de la Asamblea para lograr la mayor unidad posible en la futura reconstrucción de nuestra economía.

El Gobierno local no ha estado cruzado de brazos en estas semanas y ha hecho lo que debía: liderar una apuesta decidida y arriesgada para, sencillamente, salvar Melilla. Porque estamos ante un momento decisivo en el que si no se actúa de esta manera, con decisión y apostando fuerte, nuestro pueblo se nos va de las manos. No, no somos alarmistas, somos sencillamente sinceros con lo que estamos pasando y con lo que estamos sufriendo.

La Administración local, no nos podemos olvidar, es la locomotora de la economía de nuestra ciudad. Nos encontramos en una población donde las administraciones públicas son un componente esencial del PIB y, dentro de ellas, el Ayuntamiento se lleva la palma. Así ha sido siempre, incluso en los mejores tiempos de la economía privada. Cuando el Ayuntamiento tose está muy claro que la clase empresarial y trabajadora de Melilla sufre un resfriado. Por el contrario, si la locomotora pasa por una buena época, se nota en el conjunto de la sociedad.

Por eso, era clave que la Ciudad Autónoma cogiera el toro por los cuernos desde el primer minuto de lucha contra la pandemia y, desde luego, así lo hizo con la toma de medidas que permiten ir respirando tanto a las familias como a las distintas empresas que se veían abocadas a cerrar sus puertas tras el decreto del Gobierno central de inicio del estado de alarma.

Son muchos los padres de familia que sufren en silencio esta cuarentena, que no saben realmente cómo van a poder salir adelante, cómo salvarán sus negocios, cómo alimentarán a sus familias y a las de sus empleados. En Melilla no todos son funcionarios públicos con un sueldo asegurado. Hay muchos empresarios, muchos autónomos que han dado vida a las iniciativas privadas y sobre cuyas espaldas hay muchas bocas que alimentar. Por eso, era necesario que alguien diera tranquilidad mostrando que la Ciudad está a su lado para ayudar.

Pero no perdamos de vista que la situación de la ciudad no es nada fácil. Tenemos una apuesta clara por parte del Gobierno Local con 100 millones de euros. Una cantidad que es un gran tanto por ciento si lo comparamos con el global de los presupuestos de la Ciudad Autónoma y si lo medimos, por ejemplo, con lo que Melilla recibe todos los años desde la Administración General del Estado. Sin embargo, tampoco seamos miopes porque aquí también se necesita del apoyo del Gobierno de la Nación que no se puede quedar cruzado de brazos.

Ya se le ha informado claramente a Moncloa de que Melilla a esta crisis le suma la que padece a causa de Marruecos por el tema fronterizo. Madrid también tiene que tener la misma valentía con Melilla que la que ha demostrado el Gobierno autonómico. Que no nos olviden. Aquí no valen colores, ni signos políticos, aquí solo se trata de salvar esta ciudad, de atender a sus ciudadanos, de seguir siendo estables.

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