Calderón aseguró que intentan encontrar a los culpables de los incendios, pero que es complicado porque no están organizados y los actos se producen en distintos puntos.
La quema de contenedores se ha convertido en los últimos meses en una gamberrada cada vez más habitual en la ciudad. Hace un par de semanas, en el barrio del Industrial, los bomberos sofocaban el incendio de uno de cartón que también afectó al colindante. Pero además de la gamberrada en sí, detrás de la quema de estos contenedores también hay un coste económico. Según la información publicada en el Boletín Oficial de Melilla (BOME) del 4 de febrero del año pasado, sobre la compra de una remesa de contenedores, cada uno de estos cubos de basura tiene un coste de unos 900 euros. En el BOME se hacía referencia a la adquisición de 35 contenedores de residuos, de 3.200 litros de capacidad cada uno, con un presupuesto total de 31.500 euros. Ésta fue una de las últimas remesas de este tipo de mobiliario urbano que adquirió la Ciudad. Por ahora, según explicó el consejero de Seguridad Ciudadana, Javier Calderón, no ha sido necesario comprar nuevos depósitos de residuos para reponer los quemados porque la Consejería de Medio Ambiente tiene varios almacenados. Sin embargo, la quema continuada de éstos provocará que antes o después la Ciudad Autónoma tenga que volver a invertir una partida presupuestaria para reponer los cubos. Además, a estos costes hay que añadirle el trabajo que tienen que realizar bomberos y policías locales para la extinción del fuego y el de los trabajadores de la limpieza para adecentar la zona en la que se produce el incendio. El consejero de la Ciudad apuntó, a este respecto, que si aquéllos que los queman fueran conscientes de que ellos mismos son también los que pagan este mobiliario urbano a través de sus impuestos, quizás se lo pensarían dos veces antes de hacerlo. No obstante, desde la Consejería de Seguridad Ciudadana, su máximo responsable explicó que según sus investigaciones no se trata de un grupo organizado y que precisamente eso es lo que dificulta la tarea de la Policía Local. Calderón señaló que son conscientes de que se trata de un problema y que hay épocas en las que este tipo de incidentes son más numerosos. El consejero dijo, además, que estos incidentes no se producen en un punto concreto de la ciudad, lo que hace que sea más complicado detener a los infractores. El máximo responsable del área de Seguridad Ciudadana indicó, que a pesar de ello, están trabajando para intentar detener a algunos de estos “gamberros” y aseguró que en los casos en los que los encuentren recibirán sanciones “ejemplares”. La otra parte de esta realidad son los vecinos, que también sufren las consecuencias de estos actos vandálicos, mientras que se reponen los cubos. No obstante, Calderón indicó que los contenedores se instalan de nuevo con la mayor brevedad posible, ya que por el momento no es necesario pedirlos a la península. Asimismo, aunque por ahora no se haya producido ningún daño personal, estos fuegos también son un riesgo para los ciudadanos que pasan por el lugar en el que se producen. Ante esta realidad, Seguridad Ciudadana trabaja para intentar identificar a los autores y acabar con esta práctica.
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