El capellán del Centro Asistencial cumplirá el próximo mes 23 años de servicio en nuestra ciudad. Ahora hace un recorrido por los proyectos que ha puesto en marcha en estos años en Melilla
El capellán del Centro Asistencial de Melilla, Ramón Buxarrais Ventura, cumplirá en septiembre 23 años desde que llegó a nuestra ciudad. La Diócesis de Málaga, a la que pertenece Melilla, ha entrevistado a este obispo emérito, que también fue capellán en la prisión local.
Buxarrais recuerda que cuando las religiosas de las Hijas de la Caridad tuvieron que marcharse de la ciudad, le preguntaron que hasta cuando se quedaría él en la Gota de Leche, su respuesta fue contundente: “Si ustedes quieren yo me quedo”.
Cada día se encarga de celebrar la misa en la capilla del centro y visitar a los 115 ancianos sin recursos que viven en estas instalaciones. “Cantamos alguna cosa, hacemos alguna broma, contamos algún chiste y después doy la mano a todos”, explica.
Pero más allá de esas horas que pasa al lado de los mayores del centro asistencial, la labor de Buxarrais ha sido mucho más intensa en nuestra ciudad. El capellán es el responsable de la creación del Voluntariado Cristiano de prisiones y de la ONG Insona (Iniciativas Sociales en Nador). El voluntariado nació de los años en los que estuvo en contacto con los presos de la cárcel. Allí acudía tres o cuatro veces en semana junto a Darío, un párroco de Nador. En el centro penitenciario conoció de cerca lo que era la pobreza. Por eso, los 300 euros que recibía por la labor que realizaba allí los repartía cada mes entre 30 presos. “Todavía vienen y me saludan por la calle. Me une cierta amistad con ellos”, reconoce.
Sus años en la cárcel de Melilla
De esa experiencia en la prisión, que asegura que le ayudó a ser más comprensivo, nació el Voluntariado Cristiano de Prisiones, que creó junto a Adolfo, un seglar que acudía con él a tocar la guitarra. Esta entidad es, por ejemplo, la que se encarga de buscar un trabajo y cuidar al preso que cada año es liberado durante la Semana Santa de nuestra ciudad.
Proyectos en Marruecos
El paso por la cárcel, también está detrás de la creación de la ONG Insona. El capellán de la Gota de Leche explica que la idea surgió de sus conversaciones con el padre Darío, al que preguntó qué podrían hacer por el pueblo marroquí. “El me dijo: Cultura, padre. Dales cultura a esa gente”, explica Buxarrais. Con esa idea se crea una escuela profesional al lado de la parroquia de Nador, que costó 83 millones de las antiguas pesetas.
Pero el interés del capellán por mejorar las condiciones de vida en el país vecino no ha parado en esta escuela. A pesar de que está a punto de cumplir 83 años, el padre continúa con proyectos entre manos. Su objetivo ahora es crear un centro de promoción de la mujer en el Cabo de Agua, situado a 70 kilómetros de nuestra ciudad. Aún no cuentan con financiación, pero su objetivo es ayudar a mujeres a desarrollarse a través de las enseñanzas que se impartirían en este centro.
A pocos días de llegar a los 83 años, y a pesar de todo lo que ha hecho en estos 23 años en nuestra ciudad, Buxarrais asegura que cuando muera quisiera que no lo recuerden. “Pasó una persona que se llamó Ramón Buxarrais Ventura. Y nada más. No deseo que nadie me recuerde. Quiero morir aquí y que me incineren y que mis cenizas vayan a la fosa común, sin nombre ni epitafio.
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