Las competiciones de la semana náutica dejan exhaustos a los participantes, por lo que nada más atracar en el puerto les espera un buen plato de comida, ya sea de arroz o fideuá. El cocinero, Hassan, ha preparado ya durante varios días platos para unas 80 personas. El plato es para todos los participantes, organizadores, etc.
Hassan, el cocinero durante los tres días, nos relató que era “una fideuá de marisco para 200 personas” “He utilizado 15 kilos de fideuá,10 kilos de pescado, 10 kilos de gambas para que salga bueno”, contó. Además estaba cocinando pollo y patatas fritas “para los más pequeños”. En resumen, pone en los fogones lo que le piden los clientes y que mañana habrá arroz mixto y postre.
Pepe Cabrera, uno de los coordinadores, explicó que “Esto es una atención que se les da a los participantes para que cuando lleguen de las regatas, que suele ser tarde sobre las cuatro o las cinco, tengan algo de comer aunque tengan un tentempié en el barco”. Cada día hay un plato distinto, el primer día fue paella, luego fideuá y mañana paella de marisco, nos contó.
Niñas y niños que ya estaban en el lugar comiendo su pollo con patatas, nos explicaron que están muy contentos con la comida y que han ido a todas las actividades de la Semana Náutica. Entre las preferidas, está la de salvamento, en la que aprendieron a socorrer a una persona en el mar. “Coges a la persona por la espalda y te la llevas a la orilla”, nos contó una joven.
Aunque los más pequeños ya habían empezado a su plato cuando eran varias personas las que esperaban la llegada de los barcos para poder empezar a comer. “Estamos esperando a que lleguen los regatistas, ver cómo han pasado el día y tomarnos una cervecita”, nos manifestó María. “Mi padre y yo somos de un barco de apoyo. Eso es que estamos en mitad del mar esperando por si necesitan algo los barcos participantes”, explicó Juanma. Antonio, patrón de un barco de apoyo, también estaba esperando la comida. “Te reúnes a toda la tripulación de los barcos y es un momento bonito de reunión de hablar, de este rollito”. No sabe si probarán un plato típico de Melilla, pues cada día es sorpresa.
Para calmar un poco el hambre mientras se espera, en la barra del bar ya están atendiendo a los invitados. “Acabamos de empezar a servir comida y bebidas. Cervecita fresca no falta”, nos contó Laura, que por la mañana trabaja en el taller de manualidades y por la tarde en la barra.
Sin duda y a pesar de la espera, participantes, colaboradores e invitados han disfrutado de un buen plato de comida durante estos duros días de competición en el mar.