Se suman cuatro positivos más en coronavirus al primero que se detectó el sábado en el centro penitenciario de Melilla. Los cinco provienen de los 33 detenidos residentes del Centro de Estancia Temporal (CETI) de Melilla por el motín registrado el pasado 26 de agosto. El sindicato ACAIP-UGT exige que se hagan test masivos tanto a internos como funcionarios y se les proporcione un material de protección adecuado, pues hasta ahora habían estado usando mascarillas de tela. "Hay que ser realistas, pues en un ambiente tan cerrado, como es el de este tipo, va a ser difícil controlar el brote por eso pedimos a toda la comunidad sanitaria, administrativa y política que se involucren al máximo con el fin de evitar una tragedia", explican fuentes del sindicato. Matizan que, aunque sea el momento de estar unidos y aunar fuerzas contra el brote, aseguran que en su debido momento "exigirán responsabilidades por esta impresentable negligencia", pues piensan que la opinión pública debe conocer los hechos.
De momento no hay previstas más pruebas de las ya realizadas a los 33 detenidos del CETI, a algún interno más y a tres funcionarios de la prisión. Sin embargo, desde el sindicato advierten de que estos estaban repartidos en tres departamentos distintos a los que hay que sumarle los tres turnos de funcionarios que ha habido durante casi 15 días, detallando que una parte de los detenidos está en aislamiento. Así pues, serían entre 20 y 30 funcionarios los que habrían estado en contacto con ellos.
Aseguran que "les ha dado un bajón" por la situación y que los presos tienen una mezcla de "preocupación e indignación". Desde el sindicato entienden que era cuestión de tiempo que entrase algún caso al centro, que se ha mantenido a cero positivos durante todos estos meses, porque cada vez son mayores los contagios de la ciudad y posiblemente lo trajeran o familiares o trabajadores, pero que ahora están hablando de cinco de golpe que han estado conviviendo con dos internos mínimo.