Los bonos turísticos están pensados para que la gente se anime a venir a Melilla sin tener que dejarse un ojo de la cara en el intento. Con billetes de avión a 1.200 euros por barba para los no residentes en la ciudad autónoma, como hemos visto en alguna ocasión en Air Nostrum, no despega el turismo en nuestra ciudad ni aunque encontremos alguna reliquia histórica, de esas que mueven masas, en las Cuevas del Conventico.
En mi opinión, los bonos turísticos son una muy buena idea, siempre que estén disponibles en las épocas del año en las que más turismo se mueve en España, coincidiendo con las vacaciones de verano, Navidad, puentes o Semana Santa. Y eso, como todos sabemos, no siempre ha sido así. En 2021, los paquetes turísticos salieron a finales de agosto, en plena Operación Retorno de la Dirección General de Tráfico. Parece una broma macabra, pero así fue.
Aquello se resumió como una mala gestión del ex consejero socialista Mohamed Mohand. A él lo cesaron, pero con su cese no han cesado los problemas. Los 'problemillas' de gestión siguen siendo marca de la casa.
El Patronato de Turismo, que está bajo la responsabilidad de la líder del PSOE, Gloria Rojas, tiene sin cobrar a las agencias de viajes que tramitan los bonos turísticos. Llevan así entre cinco y cuatro meses, lo que no impidió que Rojas presentara hace apenas una semana como un éxito de su gestión que se hayan vendido 5.299 bonos turísticos, de los que al menos 4.100 (pueden ser más) no se han abonado todavía a las empresas que han adelantado a la Administración ese dinero de su bolsillo.
Eso significa que las agencias de viaje, que todos sabemos que las ventas online han convertido en una especie en extinción, están financiando a la Ciudad Autónoma, de la misma manera que las gasolineras están adelantando dinero al Gobierno central para sacar adelante los descuentos de 0,20 euros por litro de combustible. Para que se entienda, tenemos agencias de viaje en Melilla a las que Turismo les debe, como mínimo entre 50.000 y 150.000 euros.
Vuelvo y repito, los bonos turísticos son una buena iniciativa a la que, además, se le está dando buena difusión fuera de Melilla, en los autobuses de Madrid. Eso necesariamente tiene que servir no sólo para traer turistas a Melilla sino, además, para crear o consolidar empleo en la ciudad, no para llevar a la ruina a las empresas que tramitan esas ayudas.
Las pymes no pueden, en ningún caso, convertirse en una fuente de financiación irregular de una Ciudad Autónoma que, como recordaréis, a bote pronto, no pagó el servicio de socorrismo del año pasado y eso provocó que los socorristas se quedaran sin cobrar y que los ciudadanos nos quedáramos sin socorristas en el cierre de la pasada temporada de verano.
Es inaceptable que la explicación que se da desde el Patronato de Turismo sea que ha habido "problemas informáticos" porque si no somos capaces de solucionar un problema informático en cuatro meses, entonces no vamos a ser capaces de traer turismo a Melilla.
La justificación tampoco puede ser que si hay un técnico de vacaciones o de baja; que si lo sustituyó uno nuevo; que si tiene que comprobar uno a uno los bonos que se han vendido... Todo eso es leyenda y folclore autóctono. Hay que trabajar y solucionar el problema ya. Vamos tarde. Es así de simple.
Si hay un problema informático hay que arreglarlo en horas, no en cuatro meses, especialmente si ese "problemilla" pone en riesgo a pequeñas empresas locales.
El que mucho abarca, poco aprieta. Lo dice el refrán, no lo inventé yo. Con eso quiero decir que no se puede pretender fomentar el turismo, cesar al consejero de Turismo y no sustituirlo porque luego nos encontramos con que no hay nadie que responda por un problemilla informático que acumula entre cinco y cuatro meses de impago a las agencias de viajes.
Eso ha llevado a una de las empresas que tramita los bonos turísticos a parar la tramitación justo cuando más llamadas llegan desde Madrid, donde la publicidad está surtiendo efecto. Eso ha llevado además a que el resto de agencias baraje parar los bonos turísticos.
Hace poco más de una semana, hubo una reunión con los empresarios y desde el Patronato de Turismo dijeron que iban a ser ágiles y a empezar a pagar cuanto antes. Nueve días después, estamos donde estábamos. Buenas palabras, promesas, pero los bonos turísticos no se han abonado todavía.
Este miércoles, la vicepresidenta Gloria Rojas, dijo a El Faro que ya había hecho el trámite de fiscalización del pago. Y así, llevamos cinco meses dándole largas a un problema que no deberíamos tener si el turismo fuera una prioridad en Melilla.
Gloria Rojas lleva mucho encima: la secretaría general del PSOE, la Vicepresidencia del Gobierno, la Consejería de Presidencia y Administraciones Públicas que, por cierto, este miércoles recibió un toque de los sindicatos porque no ha avanzado nada en la consolidación de empleos de los interinos que llevan años cubriendo plazas estructurales en la Asamblea. Encima, el Patronato de Turismo. No es que no quiera. No tiene tiempo para un problemilla informático que puede llevar a la ruina a las agencias de viaje de Melilla.
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