El inmueble está deshabitado y sólo funciona en el mismo una cafetería que hoy será objeto de inspección técnica .
Los Bomberos de Melilla acudieron alrededor de las 15:00 horas de ayer a un edificio del centro de la ciudad en el que se había producido el derrumbe de un tabique a causa de la acción del viento.
El inmueble afectado, que se encuentra en la calle Sidi Abdelkader, está deshabitado, con la sola excepción de la cafetería que ocupa su planta baja.
Fuentes del Cuerpo de Bomberos contactadas por El Faro explicaron que “varios ventanales se encontraban abiertos”, lo que facilitó que las corrientes de aire golpearan con fuerza el interior de este edificio de tres alturas.
Las mismas fuentes precisaron que “un tabique de cerramiento” situado en “la última planta” no pudo resistir la fuerza del viento , lo que causó que se desplomara “por el hueco del patio”.
Los escombros cayeron sobre lo que es “el techo del bar de abajo”, añadió la fuente, lo que hizo recomendable que el local cerrara su actividad en la tarde de ayer.
No en vano, uno de sus tabiques interiores quedó dañado por el impacto de los escombros en el patio. Por ello, hoy está previsto que la cafetería sea objeto de una inspección técnica que decida si el local puede seguir funcionando con normalidad.
Numerosas salidas
Aunque no revelaron el número exacto, los Bomberos acometieron numerosos servicios a lo largo del día de ayer por incidencias relacionadas con el temporal de viento que afectó a Melilla.
Por la mañana, los agentes del Cuerpo tuvieron que desplazarse a la intersección de las calles Cervantes y Ejército Español, pues en un edificio allí ubicado fue necesario retirar “unos ornamentos de la fachada” que estaban en riesgo de desprenderse. Asimismo, cayeron algunos cascotes, pero no hubo que lamentar ningún daño personal.
Aparte, destacaron que en la calle Ibáñez Marín se produjo la caída de unas “losas de la fachada”, que procedieron a retirar sin más incidencia.
En la plaza de San Lorenzo, los Bomberos tuvieron que retirar la luminaria de una farola que amenazaba con desplomarse sobre el suelo. En el mismo lugar, como pudo presenciar El Faro, un árbol fue arrancado de cuajo por el vigor del viento.
Vallas caídas
Los Bomberos informaron también de que varios vallados de obras cayeron sobre la calzada de distintas calles, dificultando el tráfico de vehículos, por lo que acudieron a colocarlas en su sitio, así como a apuntalarlas. Citaron como ejemplos los ocurridos en la calle Gurugú y el Paseo de Ronda.
Este periódico observó asimismo que varias vallas situadas ante el Palacio de la Asamblea habían caído al suelo como consecuencia del viento.
El cercano Parque Hernández permaneció cerrado al público ante el riesgo de que se desprendieran ramas de árboles sobre los transeúntes.
Los Bomberos añadieron que tuvieron que desplazarse a la residencia de ancianos de la calle Mustafa Arruf para “cortar cuatro tramos del vallado de su perímetro” que habían quedado dañados por el temporal y se corría el riesgo de que se desplomaran.
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