La directora funcional del área de Sanidad, María Jesús Gutiérrez, aseguró ayer a El Faro, que la única manera para importar pescado a través de Marruecos es con el Documento Veterinario Común de Entrada (DVCE). “El ministerio de Sanidad ha dicho que sea así, y nosotros cumplimos”, comentó.
La presentación obligatoria de este documento para poder importar pescado desde fuera de la Unión Europea a Melilla entró en vigor el pasado lunes día 15. Desde ese día el único pescado que ha llegado hasta la ciudad, proviene de la península. Cantidad que representa dos terceras partes del volumen que se recibe asiduamente.
Gutiérrez explicó que con este documento, el ministerio se asegura “la trazabilidad desde el origen de la mercancía en el extranjero hasta la persona que lo importa así, entre otros, de producirse alguna alerta sanitaria, se podrá actuar en consecuencia para poder atajarla”.
El DCVE funciona de manera electrónica a través de una aplicación llamada SISAEX por lo que según explica Gutiérrez, “no admite falsificaciones ni fotocopias en color” tal y como ocurría con el anterior documento. Consta de dos partes, una que rellena el importador en la que viene la matrícula del transportista, el nombre del importador, el número de cajas, la relación de productos (con un código) la cantidad y el peso.
La otra parte la rellena el inspector veterinario de la Aduana, y en ella se detalla el tipo de inspección que se ha hecho, a que hora se produjo, el día y su firma. Una copia se la queda el transportista, otra la aduana y otra es para en Ministerio
“El DCVE lleva funcionando en España muchos años, pero en Melilla no se hizo efectiva su aplicación hasta el día 15 de este mes”, explicó Gutiérrez.
En Melilla, tal y como contó Gutiérrez, este documento sí se utiliza ya para importar fruta y verdura desde el extranjero. “Quienes comercian con estos alimentos tienen agentes en la aduana que les hace todas las gestiones, presentan una factura, una recopilatoria, y se encargan de presentar la mercancía en la aduana y cobran por ello”. Esta es una nueva opción que tienen los pescadores de la ciudad para traer el pescado de Marruecos si no quieres encargarse ellos de hacer las gestiones. Gutiérrez explicó que, según sus cálculos, esto les supondría una cantidad cercana, “según las cantidades importadas, de 10 a 30 céntimos el kilo”. Y aseguró que, “aunque al final incremente el precio, nos aseguramos la trazabilidad del pescado”. Y recordó que, si no están conformes, “pueden hacer ellos todas las gestiones para que les salga gratis”.
Además del DCVE, en el que el transportista señala el lugar de destino final de la mercancía, tienen que presentar una declaración jurada simple. Es un escrito en el que explican donde han comprado el pescado para asegurar el origen y responsabilizarse así del pescado que están pasando. Estos documentos son de carácter nacional, “es una formalización, un trámite administrativo para importar la mercancía”, comentó Gutiérrez.
Antes de la implantación de este documento había uno que se rellenaba de forma manual. “Llevaba el anagrama del Ministerio de Sanidad, pero se rellenaba a mano”, comentó Gutiérrez. Llevaba unas casillas con el tipo de pescado o marisco, y al lado de ellos había unos huecos para escribir la cantidad de cajas que se entraban al país. Una vez en la Aduana, el veterinario registraba la mercancía y comprobaba que la cantidad a importar fuese acorde con la declarada en este documento. Entonces se firmaba y se sellaba.
Según pudo saber El Faro, antes de la entrada en vigor del DCVE, algunos transportistas entregaban este documento en el punto de entrega al Oficial del Mercado con modificaciones en las cantidades declaradas en la Aduana. Muchas de estas cajas extraviadas se destinaban a la venta ambulante o se vendían a particulares. Según estas mismas fuentes consultadas por El Faro, hay a personas a los que no les interesa trabajar con el DCVE y están boicoteando a sus propios compañeros. Por eso desde el lunes solo llega a Melilla pescado desde la península y no desde el país vecino.
Geoestrategia: estos controles al pescado marroqui son una represalia por el cierre de la aduana comercial de beni enzar... yo solo digo una cosa en este jueguito de ver quien la tiene mas grande os aseguro que los melillenses la tenemos mas pequeña...
Dejalos comer pescado de piscifactoría yo ya tengo claro donde ir a comer pescado en nador