Desde el Colegio de Médicos de Melilla advierten de que la situación en el Hospital Comarcal es cuando menos delicada. La pandemia de coronavirus que sufrimos desde hace casi un año ha puesto contra las cuerdas los recursos sanitarios con los que cuenta el centro y ha dejado extenuados a los profesionales que desde hace meses hacen frente al virus.
Ya sabíamos que la capacidad del hospital es muy limitada y por ello está proyectada la construcción de uno nuevo, que de haber estado operativo hubiera supuesto una colosal ayuda para enfrentar la situación que estamos atravesando. Pero la realidad es que los recursos sanitarios de la ciudad son muy limitados y están siendo presionados como nunca antes.
Además, la curva de contagios no termina de aplanarse. Ayer, se registraron el mismo número de nuevos contagios de covid-19 que pacientes curados y no logramos despegarnos de los 1.000 casos activos. La situación es crítica y estamos al borde del abismo. Tampoco, según los profesionales médicos, las nuevas camas UCI que venían a reforzar al servicio de Cuidados Intensivos, punta de lanza en la lucha contra la enfermedad, no son las ideales para atender a los pacientes más graves y advierten de que nos encontramos haciendo malabares sobre una cuerda floja. Un repunte de los casos más complicados pondría en serios problemas la posibilidad de atenderlos como es necesario.
Llevamos meses peleando contra el coronavirus y ya hemos visto la virulencia con la que golpea, por lo que una situación como la que se ha dado con la tercera ola de la pandemia no debería ser una sorpresa y se deberían haber tomado con antelación las medidas oportunas ante una contingencia que era más que probable.
El virus aún sigue con nosotros y nunca es tarde para reforzar a los sanitarios de nuestra ciudad, tanto en medios humanos como técnicos. Nos jugamos mucho como sociedad y no se entendería que mejorar el servicio no fuera una prioridad.