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Berbel: “Uno de los retos educativos es favorecer la equidad y la inclusividad”

El Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes daba a conocer el pasado martes el Informe Pisa 2022 que contribuye a evaluar de forma sistemática el conocimiento de los alumnos al finalizar los estudios de Educación Secundaria Obligatoria, ESO.

En este estudios tomaron parte ochenta países y 69 mil estudiantes. Concretamente, en España las diecisiete Comunidades Autónomas y las dos Ciudades Autónomas lo que se traduce en cerca de mil centros educativos y más de 30 mil estudiantes con edades comprendidas entre los quince y los dieciséis años.

El contenido de las pruebas se ha centrado este año en matemáticas, lectura y ciencias y como áreas secundarias, pensamiento creativo, competencia innovadora y competencia financiera como opción internacional.

En matemáticas, Melilla se sitúa en penúltimo lugar respecto al resto de comunidades con 404 puntos. En lectura, la Ciudad Autónoma también se coloca en penúltimo puesto con 405 puntos frente a la media nacional de 474. En ciencias, Melilla alcanza 414 puntos en comparación con los 485 de la media de la UE lo que la sitúa tan sólo por debajo de Ceuta.

Los resultados posicionan a la Ciudad Autónoma de Melilla en penúltimo lugar con una caída muy pronunciada respecto a ediciones anteriores. Para el director provincial de Educación, Juan Ángel Berbel, este descenso se debe a un factor esencial, la pandemia. “Tras la pandemia, tuvimos que optar por un modelo mixto. Es decir, se tenía que asistir la mitad de las sesiones en periodo de mañana en el caso de los institutos, y un 60 por ciento, en los colegios. Aunque se redujo la jornada porque se trabajaba en dos grupos, no impidió incidir en las materias que recogían las pruebas”. Entre los datos que concluye el Informe Pisa hay uno preocupante y que no se corrige a corto plazo. Se trata de aspectos ajenos al ámbito educativo, que se contemplan en el índice IC, Índice de Complejidad Educativa, que se centra en variables, tales como el entorno familiar del joven o el nivel educativo de sus padres. “Esto se traduce en que los indicadores económicos, sociales y demográficos inciden positiva o negativamente en los resultados educativos”, explica Berbel.

Según el informe AROPE, sobre exclusión social y pobreza, Melilla se ubica a la cabeza en cuanto a vulnerabilidad y exclusión social, “en 2022 teníamos una tasa de vulnerabilidad del 42 por ciento, lo que nos sitúa a la cabeza de España”, incide el director provincial de Educación. Precisamente, del Informe PISA se extrae que los estudiantes socioeconómicamente favorecidos obtuvieron 93 puntos más en matemáticas que los alumnos desfavorecidos, ya que los primeros tienen la posibilidad de asistir a una clase de refuerzo. En nuestro país esa brecha de rendimiento se sitúa en 86 puntos, “si unimos la tasa de vulnerabilidad y exclusión social que tenemos también estamos a la cabeza de España junto con la ciudad que más población inmigrante acoge. Tenemos un 26 por ciento de inmigrantes y esta variable, por ejemplo, en una asignatura como matemáticas refleja una diferencia de 44 puntos porque es la prueba prioritaria del informe”, explica Berbel.

“Uno de los retos del sistema educativo tiene que ser favorecer, precisamente, la equidad y la inclusión. No existe ningún problema en tener alumnado inmigrante en las aulas, pero hay que apostar por políticas educativas inclusivas”, subraya Juan Ángel Berbel. El reto está ahora en mejorar esas políticas, ya que si se consigue una enseñanza individualizada lo lógico será que en el próximo estudio los resultados mejoren.

La Ciudad Autónoma de Ceuta también contempla unos números muy altos de fracaso escolar en comparación con otras comunidades autónomas, “esto guarda relación con el estatus social, cultural y económico de la familia”, incide el director provincial.

Uno de los aspectos que preocupa y mucho a la comunidad educativa es que Melilla es la primera región en acoso escolar. El promedio en la Ciudad es de 12,6 puntos muy alejado de comunidades como La Rioja o Castilla y león con un 4,1 y un 4,2 respectivamente. “Para revertir estas cifras debemos centrarnos en que el clima escolar sea favorable y que los centros educativos funcionen como lugares de aprendizaje y bienestar. Conseguir este objetivo supone un trabajo diario por parte de los docentes con el respaldo de las familias porque el entorno familiar tiene más afecto hacia el centro educativo cuanto mayor es su nivel de estudios”, señala Juan Ángel Berbel.

Este informe pone de relieve que los tres caballos de batalla en los que se debe actuar son: las tasas de pobreza, la exclusión social y el acoso escolar, aspectos que trascienden el ámbito educativo. “Tenemos que mejorar el clima escolar y lograr que las familias participen en las actividades educativas de los centros no sólo cuando se les convoca. Es decir que no acudan sólo cuando sus hijos tienen problemas sino por propia voluntad”, manifiesta Berbel. Desde la dirección provincial de Educación abogan porque el entorno familiar del estudiante se implique y viva el centro educativo como algo que les pertenece y que puede favorecer que su hijo mejore en equidad, en oportunidades laborales y sociales.

Berbel considera que el trabajo de los docentes se está haciendo bien y quiere dejar claro que los resultados PISA están condicionados por la pandemia, ya que hubo que adaptar el modelo escolar, lo que no sucedió en otras zonas de España, fundamentalmente, en el rural.

Pero no todas son malas noticias para la educación en Melilla, ya que el Informe PISA pone de relieve que los alumnos melillenses aceptan perfectamente a otra personas, independientemente de su condición social, etnia, cultura o religión. Frente al comportamiento de otras regiones, la Ciudad aprueba y con nota.

Respecto a la necesidad de elaborar un estudio más acorde con las peculiaridades que presenta Melilla, el director provincial considera que el Informe PISA es exhaustivo, “sólo hay que saber leer entre líneas todos los aspectos sociales, no sólo los cuantitativos del ranking y la comparativa de los resultados obtenidos en otras ediciones. El estudio en sí sirve de variable para hacer una interpretación adecuada de la realidad educativa. También nos sucede con los estudios internacionales. Los datos son siempre relativos”, señala Juan Ángel Berbel.

Los datos son tan relativos que los mismo alumnos del Informe PISA, dos años después cuando se examinan en segundo de bachillerato de Selectividad, logran un 91 por ciento de éxito. Por ejemplo, las últimas cifras de aprobados en esta prueba superó el 90 por ciento.

La dirección provincial de Educación opta por reunirse con la Consejería de Bienestar Social para mejorar el ambiente familiar. “Si la situación familiar mejora, mejora la educación. Cuando un niño atraviesa dificultades económicas en su casa, la educación pasa a un segundo plano porque hay necesidades primarias más elevadas”, incide Berbel.

El director provincial de Educación se muestra optimista respecto al futuro. En relación con los problemas de índole social habrá que esperar a que las medidas que se adopten en esta vertiente den sus frutos.

 

 

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