La iniciativa, organizada por Kahinarte, reúne a alrededor de medio centenar de niños.
La tradicional plaza del Rastro se llenó en la mañana de ayer de ritmo, juegos y diversión gracias a la iniciativa Baraka, que se incluye en las acciones que organiza Kahinarte. El coordinador de la iniciativa, Francesco Bondanini, explicó a El Faro que el objetivo prioritario de Baraka es continuar dinamizando la zona del Rastro, aunque en sentido más genérico, la intención es aprovechar espacios como esta plaza. Para ello, no sólo se contó con la presencia de niños del vecindario, sino que también acudieron de distintos puntos de Melilla. Bondanini destacó que el Rastro es un espacio que siempre ha contado con mucho dinamismo. Con iniciativas de esta índole se pretende, tanto recuperarlo como aprovechar las zonas comunes para que todos los ciudadanos conozcan más Melilla y disfruten de ella. Es por ello por lo que desde primera hora de ayer se concentraron numerosos menores, además de las persons asiduas a los cafetines de esta zona de la ciudad que, gracias a distintos juegos, música y diversión en general disfrutaron de una mañana de domingo diferente a las habituales. Además de los juegos tradicionales de calle como la comba, el pilla pilla o el escondite, los niños también pudieron pintarse la cara, jugar al ajedrez (gracias a la Federación Melillense de este deporte) o recuperar las jardineras de la plaza, para lo que se plantaron distintas macetas. Estas plantas fueron cedidas por Guelaya Ecologistas en Acción de Melilla. En la siembra participaron numerosos pequeños que contaron con la ayuda de una monitora. Melilla Con Bici también estuvo presente en esta actividad. Hasta allí se acercaron voluntarios que no quisieron perder la oportunidad de ayudar y aportar su granito de arena para dinamizar una de las zonas con más solera y tradición de la ciudad. Pero lo mejor de la jornada fue una pequeña cabalgata por la plaza, en la que participó un singular gigante que simulaba un típico rifeño tocando la flauta; una figura que durante años ha sido muy popular en Melilla y sus alrededores. Acompañando a este gigante se encontraban los niños con sus tambores. Fue uno de los momentos donde no sólo participaron los menores sino todas las personas que se encontraban en la zona. Una vez más, Kahinarte demostró su capacidad de generar iniciativas para todas las edades y con el objetivo de acercar la cultura y la tradición a todos los ciudadanos.
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