Este año de pandemia ha dejado una gran desprotección en muchas familias. Han perdido el trabajo, no llegan los pagos de los ERTE a tiempo o directamente no han podido ‘buscarse la vida’ como siempre en la calle con trabajos en ‘b’ o en la frontera. Si no fuera por las ONG, no podrían seguir adelante. Una de ellas ha sido el Banco de Alimentos. No hubo descanso para ninguna entidad solidaria y tampoco para esta institución que llegó a repartir en el 2020 un total de 349.719 kilos de alimentos. El esfuerzo de esta entidad permitió llegar a 11.132 personas y se hizo en un puerta a puerta, bien con personas del Banco de Alimentos o bien con las 15 entidades autorizadas que colaboran con esta entidad.
El presidente del Banco de Alimentos, Pedro Paredes, explica que se tuvo que hacer un gran esfuerzo y trabajo en temas logísticos para poder contar con 60.000 kilos de plátanos de esos 349.719 kilos de alimentos que se repartieron entre las familias. De hecho, también se pudieron distribuir otros 40.000 kilos más de fruta, verduras y productos cárnicos o lácteos que fueron donados por Mercadona. Éste es el resumen de las cifras que durante un año han facilitado que decenas de familias pudieran tener comida en sus hogares y sin tener que pasar por un proceso que puede llegar a estigmatizarlas aún más, como es hacer las colas del hambre que hemos visto en otras ciudades.
Todos estos productos se han llevado a las casas de las 11.132 personas a las que se ha ayudado tanto directamente en el puerta a puerta, como a través de 15 entidades benéficas autorizadas por esta institución. Y es que no solo era cuestión de evitar esas colas, sino que también Melilla, por sus dimensiones, permitía hacer esta entrega.
Entre ellas había y hay familias que nunca antes habían precisado de esta ayuda, pero se encontraron en paro o en ERTE. Y se sumaron familias con miembros mayores o con dependencia y se llamó a los colegios para preguntar a los directores si conocían de familias que necesitaran esta aportación.
Durante las semanas de confinamiento la ayuda llegó a las personas que vivían al día y que no tenían la opción de salir a la calle a ‘buscarse la vida’. “Fue un trabajo duro, importante e intenso de 11 horas diarias de lunes a domingo”. añadió. Asimismo, se atendió a las familias sin recursos que contaban además con contagios de Covid-19, lo cual ya impedía completamente que pudieran salir de casa. “Todo esto para ser eficaces y atender a las familias más necesidades, hemos estado en constante colaboración y contacto con Servicios Sociales”, explicó Paredes, que apuntó que se implementó un sistema para que esta área del Gobierno contactara con el Banco de Alimentos y así poder llegar a las familias.
Otro colectivo que precisó de la ayuda fue mujeres víctimas de violencia de género. Siempre es rápida la atención a estas mujeres, pero aún lo fue más en ese periodo.
Las cestas de alimentos, indicó, se adaptan a cada familia, según sus miembros y la edad de todos, como si hay niños, se aportan papilas o potitos. Incluso se han podido repartir productos de limpieza y aseo, así como pañales.
Este año han contado con 30 voluntarios y poco a poco han ido participando según se les llamaba en un trabajo que era una cadena. Había que preparar lotes o llevar alimentos a las casas.
Paredes también comentó que se pudo instalar una cámara frigorífica para pode organizar mejor el reparto de los alimentos perecederos y se puedo contar con ella gracias a la Consejería de Servicios Sociales.
Aunque también 49.000 kilos se lograron gracias a las donaciones, como personas individuales, clubes, empresas... “Gracias a esa solidaridad se pudo batir el récord triplicando el número de kilos en la Gran Recogida”, aseveró.
Por otro lado, Paredes explicó que la puesta en marcha de las ayudas a través de bizum, por ejemplo, les está dando una capacidad grande para poder adquirir alimentos que precisan para completar los lotes familiares.
Ha pasado un año, pero se sigue repartiendo en las casas a decenas de familias porque la pandemia ha impedido mejorar la situación. “Es un trabajo en equipo y Melilla sigue siendo solidaria porque nos siguen llegando donaciones”, concluyó Paredes aseverando que el objetivo sigue siendo llegar cuanto antes a las personas que lo necesitan en coordinación con los Servicios Sociales.
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