España hoy cuenta con la inflación más baja de la eurozona, nuestra economía ha crecido un 5,5% y ha superado todas las previsiones y contamos con más de 20 millones de afiliados a la Seguridad Social.
Estos que acabo de dar son datos objetivos, contrastables por cualquier persona. Unos datos que serían buenos en cualquier contexto histórico y económico, pero especialmente significativos si somos conscientes del momento que vivimos.
Esta legislatura ha sido y está siendo especialmente convulsa. Una pandemia mundial, la erupción de un volcán en La Palma, la borrasca Filomena, y la guerra en Ucrania y sus enormes consecuencias económicas y sociales, han afectado, cuando no han determinado y marcado, las acciones del Gobierno de España.
Quizá por la intensidad y el volumen de los acontecimientos podemos hablar de que el actual Ejecutivo de la Nación ha tenido que afrontar el mayor número de retos y adversidades de la historia reciente y, sin embargo, si echamos la vista a los países de nuestro entorno, no solo ha sabido hacerlo con garantías sino que ha servido de ejemplo y elogio por parte de numerosos Gobiernos y organismos internacionales en muchas cuestiones, como en la estrategia de vacunación o la excepción ibérica en materia de control del precio de la energía.
Los retos a los que el Gobierno de Pedro Sánchez se ha enfrentado, algunos sin precedentes en la historia contemporánea como el caso del Covid-19, han sido siempre bajo una doble premisa: proteger a las personas y a las empresas de los efectos de estas crisis y, a su vez, seguir potenciando la modernización de la economía de nuestro país.
Los socialistas hemos desplegado en estos años el mayor escudo social de la historia. Pusimos en marcha los ERTEs como mecanismo para impedir que miles de melillenses y millones de españoles perdiesen su puesto de trabajo, con avales de las líneas ICO para dotar de liquidez a nuestras empresas en los momentos más duros, con la implementación de prestaciones extraordinarias para los trabajadores autónomos cuya actividad se vio afectada por la pandemia o con un subsidio extraordinario para los que agotaron su prestación por desempleo durante el primer estado de alarma.
Gracias al modelo socialdemócrata que pusimos en marcha se protegió a la ciudadanía, se limitó el impacto negativo en nuestro tejido empresarial y se siguió potenciando nuestra economía. Gracias precisamente a ese modelo se ha conseguido recuperar los niveles de empleo previo a la pandemia en 18 meses, al tiempo que se subían los salarios de los trabajadores y se implementaban nuevos derechos laborales.
No solo eso, cuando por fin, estábamos recuperándonos del Covid-19, llegó la guerra a Ucrania y sus enormes consecuencias económicas y sociales han golpeado a Europa y a todo occidente. Nuevamente el Gobierno del PSOE ha desplegado todos sus recursos para proteger a las personas, a nuestros mayores, a los estudiantes, a los autónomos, a las pequeñas y medianas empresas y está aplicando los fondos europeos en modernizar nuestros sectores productivos y hacer que nuestro sector empresarial se modernice, aproveche los nuevos nichos de negocio y que sea más competitivo en un mundo cada vez más globalizado.
Un periodo muy complicado en el que, sin embargo, se ha producido la subida histórica del 8,5% de las pensiones; se ha incrementado un 3,5% el salario de los empleados públicos; se ha aumentado el salario mínimo un 47% en 4 años hasta llegar a los 1.080 euros; se ha subido un 15% el ingreso mínimo vital para las familias sin recursos; se han reducido los impuestos en materia de gas y electricidad; se ha dado ayudas directas a los transportistas; se ha implementado una ayuda de 400 euros para los beneficiarios de las becas…
Y todo ello mientras en Melilla se reanudaban las obras del Hospital Universitario, que ya está en su fase final; se construía el instituto Virgen de la Victoria en los terrenos de Jardín Valenciano; se acometen las obras para el incremento de la producción de agua; se implementa el sistema de entradas y salidas automatizado Entry/Exit System (EES) en el Paso Fronterizo de Beni-Enzar; se construye en Centro de Educación Infantil y Primaria de Gabriel de Morales, que llevará el nombre de Encarna León; se aprobaba un Plan Integral para el desarrollo socioeconómico de nuestra ciudad con más de 356 millones de euros…
Cuento esto porque no queda tan atrás la anterior crisis que padecimos, la económica, y que gestionó el Gobierno del PP con Mariano Rajoy a la cabeza y que contó con el apoyo sin fisuras de los populares melillenses. Una crisis en la que las medidas se limitaron a rescatar a la banca y a ayudar a las grandes fortunas mientras se destruía el empleo, se abandonaba a los autónomos y a las empresas y se dejaba a su suerte a las familias.
En este periodo se congeló la oferta pública de empleo, que trajo el debilitamiento de los servicios públicos, la merma de efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la implantación del copago farmacéutico o el empobrecimiento de nuestros pensionistas a los que condenaron a una subida del 0,25% independientemente de cuanto se encarecía el coste de la vida.
Durante el Gobierno del PP no solo no se llevó a cabo ni una sola infraestructura nueva en nuestra ciudad, sino que se paralizó la obra del Hospital Universitario de Melilla, se bloqueó la obra del Mercado Central, mantuvieron cerrado durante 4 años el centro para grandes dependientes, redujeron en 8 millones de euros los Planes de Empleo, se subió la ratio de alumnos por aula y redujeron el número de docentes en Melilla.
Nadie puede saber qué nos depara el futuro. Si miramos el curso de la historia, las épocas de bonanza han sido interrumpidas, de manera cíclica, por todo tipo de crisis. Lo que sí podemos saber, porque ahí están los datos y los hechos, es cómo se afrontan esas crisis en este país.
Hay dos modelos. El del PP, que consiste en proteger a los bancos y a las grandes empresas para que, en momentos muy difíciles, perpetúen o incluso incrementen sus beneficios multimillonarios en detrimento de la ciudadanía; y el del PSOE, que consiste en no dejar a nadie atrás, en proteger a las personas y modernizar el país para que todo sigamos avanzando.