Apartir del próximo lunes comenzarán a circular por la ciudad los cuatro nuevos autobuses urbanos que la COA compró el año pasado y que estaban aparcados a falta de ser matriculados para echarlos a rodar. Son de estreno, ecológicos, adaptados a las personas con discapacidad física. Sería una pena que circularan con asientos vacíos. Los melillenses deberían concienciarse y aprovechar más y mejor el transporte público. Media España se ha hecho ya a la idea de que lo moderno es ir en bici, caminar o usar el bus, en lugar de dar vueltas en busca de aparcamiento para dejar el coche justo en la puerta de casa o del trabajo. En Berlín o Barcelona, lo ‘cool’ no es conducir un 4x4, sino una bici. Hay que salir un poco a que nos dé el aire continental porque así traemos de vuelta a Melilla nuevas y más sanas costumbres. Y además, la ciudad se presta a ello: No tiene grandes cuestas y hay aceras tan amplias que bien podrían compartirse con los transeúntes. Además, los peatones y conductores deben aprender a compartir el espacio urbano con los ciclistas. Es de lógica y justicia. Poco a poco hay que hacerse a la idea de que lo bueno también puede ser barato y sano. Con la crisis sería interesante cambiar de hábitos. La COA ha preparado nuevos itinerarios para sus líneas urbanas, tiene intención de poner paneles informativos en las paradas para que sepamos cuánto le queda al bus para llegar y ahora nos trae coches de estreno que no contaminan. Sólo falta usarlos. Un gran empresario de la industria cárnica suele contar en ‘petit comité’ que el secreto para hacerse rico está en vigilar los pequeños gastos y en no poner todos los huevos en la misma cesta. A él le ha funcionado, desde luego. ¿Por qué no probar a recortar el gasto en combustible por el euro diario del bus y un paseo de vuelta a casa? Lo difícil del cambio es decidirse a hacerlo. Pero una vez que se empieza, el cuerpo pide más. Y Melilla lo agradecerá.