La asociación exige que se abra un expediente al segundo jefe de la Comandancia de Ávila tras ser detenido por agresión.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) solicitó ayer a la Dirección General del Instituto Armado que tome medidas contra el comandante que el pasado 24 de marzo fue detenido acusado de agredir a un empresario de Melilla, unos hechos de los que ya informó El Faro. En la actualidad, ese mando ocupa el puesto de segundo jefe de la Comandancia de Ávila. La AUGC considera que su comportamiento fue “vergonzante” y explica en una nota de prensa que ya protagonizó unos hechos igualmente criticables en Canarias en los años 2005 y 2006.
Ayer, el delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, manifestó que, de confirmarse los hechos, “no es una conducta ejemplar” la de este oficial de la Guardia Civil.
Los datos judiciales de los hechos a los que ha tenido acceso El Faro indican que los hechos ocurrieron sobre las 2:00 horas del 24 de marzo pasado. La víctima, un conocido empresario de la ciudad, se encontraba en la calle General Villalba, frente al supermercado Ati. Según consta en la denuncia, al subir a su vehículo fue agredido súbitamente por el comandante de la Guardia Civil, al que no conocía de nada. El empresario recibió golpes en la cara y patadas en el cuerpo.
Minutos antes, la víctima había estado hablando con una mujer, que más tarde supo que se trataba de la ex esposa del mando de la Benemérita. Ambos, la mujer y el comandante, acababan de mantener una discusión. Cuando su ex marido se marchó, apareció el empresario melillense, con el que la mujer entablo una conversación. Pero a los diez minutos apareció de nuevo el comandante y se produjo la agresión. La mujer medió y consiguió que su ex marido depusiera su actitud. De hecho, éste incluso llegó a pedir disculpas al denunciante.
Al poco tiempo llegaron al lugar patrullas de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. El supuesto agresor se identificó como comandante de la Benemérita y fue conducido a la Comisaría, donde pasó la noche tras negarse a declarar. Las únicas lesiones que presentaba, según el reconocimiento médico al que pidió ser sometido, eran una contusión en el labio superior y escoriaciones leves en la parte posterior de su mano derecha.
En cambio, el empresario tenía numerosos hematomas en el cuerpo, un corte “en la región orbitaria derecha de tres centímetros”, que necesitó tres puntos, y un hematoma que ocupaba “toda el área orbitaria derecha, con edema e imposibilidad de abrir párpados”, según el informe del médico forense. El empresario melillense explicó al juez que el comandante le había atacado por la espalda, cuando se disponía a entrar en el coche. Manifestó que le había golpeado fuertemente con algo en el ojo, al parecer, con el zapato. Tras el impacto, cayó al suelo y se hizo una bola para tratar de protegerse. Allí comenzó a recibir patadas y pisotones hasta que la mujer con la que había estado hablando antes consiguió separarlos.
Perdón por la equivocación
A continuación, el comandante de la Benemérita se disculpó por los hechos y pidió que lo perdonase porque se había equivocado. De igual modo, la mujer le pidió que no denunciara a su ex marido.
Durante la declaración, el empresario entregó al juez varias imágenes de los hechos y la camisa que vestía en el momento del suceso, en la que había manchas de sangre y huellas de un par de pisadas.
Por su parte, el comandante se negó a declarar ante el juez, no solicitó en ese momento que le examinara el médico forense ni presentó ninguna denuncia contra el empresario.
En la actualidad, el procedimiento se encuentra parado a la espera del informe de Médico Forense, donde se deberá determinarse el alcance de las heridas del denunciante y las secuelas que pueden dejarle. A continuación se procederá a la apertura de un juicio oral.
“El incidente”, según el Delegado del Gobierno, “no es tolerable”
El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, señaló ayer que tiene constancia de que el pasado 24 de marzo “hubo un incidente” en el que se vio involucrado un miembro de la Guardia Civil que no estaba en horas de servicio.
En opinión de El Barkani, se trató de un comportamiento “que si no es tolerable en una persona de a pie, menos aún en un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado. Por lo tanto, me parece muy bien cualquier iniciativa que se tome para el esclarecimiento de las circunstancias en que se produjo y que además se tomen las medidas oportunas al respecto”. Y añadió que la acción del guardia civil “no es una conducta ejemplar, si al final es lo que ocurrió”.
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